DIAGNÓSTICO REMOTO
Emergencias móviles cuentan con herramientas tecnológicas —basadas en aplicaciones, chat y piensan ya en las
videoconsultas— como nueva forma de asistencia
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Amazon comienza a extender uno de sus tentáculos al negocio de la salud; en junio de 2018, invirtió US$ 1.000 millones en la compra de la startup farmacéutica Pillpack; y ahora busca que su asistente virtual, Alexa, sea capaz de agendar consultas médicas, entre otras funciones en salud. La compañía de Jeff Bezos no está sola en esa camino; Google y Apple están dando pasos en medicina digital, una tendencia que prepara el despegue definitivo.
En Uruguay, la aplicación de telemedicina -esto es, herramientas tecnológicas en salud a distancia- comienza a asomar. Por ejemplo, la Asociación Española lanzará en un plazo de 60 o 90 días su «sistema de teleconsulta», adelantó el gerente general, Julio Martínez. El concepto, que se está desarrollando desde hace dos años, constará gradualmente de 10 o 12 módulos de interacción virtual entre el paciente y el médico, centralizados en una aplicación. La herramienta habilitará distintas funciones: desde repetir medicamentos y solicitar orientación (por ejemplo, cómo tomar las medicinas), hasta eventualmente acceder a consultas médicas programadas por video. Actualmente, la institución cuenta con un sistema de videoconsulta que conecta a sus médicos de urgencia ubicados en el interior del país.
«Seguramente en la emergencia móvil que lanzamos, la Española Móvil, va a estar también (la teleconsulta) para orientación y probablemente en el área de triage», adelantó Martínez. En casos de bajo riesgo, el paciente podrá indicar sus síntomas a través de la app y se le informará en el plazo aproximado en que será atendido en la emergencia, lo que acortará los tiempos de espera de los usuarios.
Seguramente en la emergencia móvil que lanzamos, la Española Móvil, va a estar también (la teleconsulta) para orientación y probablemente en el área de triage»

La incursión de la mutualista en telemedicina se remonta a 2012, cuando realizó una experiencia piloto de control a distancia de los resultados de las mediciones de glicemia, recordó Martínez.
Hoy, la telemedicina encuentra campo fértil para su expansión en Uruguay no solo por los avances tecnológicos y una mayor demanda generada por las nuevas generaciones de pacientes. La implementación de la historia clínica electrónica (HCE) ha sido decisiva al favorecer la adopción de herramientas digitales, dicen las instituciones.
La aplicación de la HCE «nos permite tener acceso a la información clínica del paciente (antecedentes, consultas previas, tratamientos y laboratorio) en el lugar donde se lleva a cabo la asistencia. Esto redunda en una mejor calidad y seguridad de atención y una mayor eficiencia en el uso de los recursos. Además, mejora la legibilidad de la historia, un reclamo histórico de los pacientes», valoró el director técnico de Semm, Escipión Prósper. «Esta ya se implementa en todos los policlínicos y en los vehículos destinados a los llamados de baja complejidad». Semm realiza en promedio 35.000 asistencias mensuales; el 85% son de baja complejidad.
Otra forma de aplicación de telemedicina es la orientación telefónica (ante la llamada del paciente a la emergencia, el médico disipa sus dudas en casos de patologías de baja complejidad). Semm atiende cada mes unas 7.000 orientaciones telefónicas, detalló Prósper.
Para Daniel Bulla, director técnico de la emergencia móvil UCM, la expansión de la telemedicina representa «la innovación y el camino del futuro». «No cabe duda que este es un tren al que uno se tiene que subir sí o sí si quiere seguir ejerciendo la medicina. Esto no implica que uno abandone a los pacientes o no los vaya a ver. Es una nueva herramienta a disposición para brindar servicios que terminan beneficiando a muchísima gente», destacó Bulla, quien además integra la comisión directiva de la Asociación Iberoamericana de Telemedicina y Telesalud y es socio de la Sociedad Uruguaya de Telemedicina.
En EE.UU. el número de consultas virtuales alcanzó los 23 millones en 2017, según datos de la consultora IHS Markit citados. La cifra crecería a 105 millones para el año 2022.
En particular, UCM cuenta con una app, disponible para dispositivos Android e iOS, con la cual el usuario puede ver su historia clínica, chatear con un médico, y solicitar servicios, «como que lo vea un profesional o informarse sobre una policlínica». A futuro, «tendrá otro tipo de prestaciones, como puede ser la videoconsulta», proyectó Bulla, aunque aclaró que todavía no hay fecha para esta adición ya que antes estiman sumar exámenes médicos remotos, por ejemplo, electrocardiogramas.
No cabe duda que este es un tren al que uno se tiene que subir sí o sí si quiere seguir ejerciendo la medicina. Esto no implica que uno abandone a los pacientes o no los vaya a ver. Es una nueva herramienta a disposición para brindar servicios que terminan beneficiando a muchísima gente»

En el mundo, la evolución de la demanda va in crescendo a medida que los pacientes se abren a esta nueva modalidad de asistencia. En EE.UU. el número de consultas virtuales alcanzó los 23 millones en 2017, según datos de la consultora IHS Markit citados por la BBC. La expectativa es que la cifra trepe a 105 millones para el año 2022. En países como Colombia, la telemedicina ya canaliza 1,5 millones de consultas al año, reveló el director técnico de UCM, que considera que Uruguay «va hacia eso» porque esta tendencia es «inexorable».
Gestión de datos

La digitalización en el área de la salud abre un sinfín de oportunidades para los pacientes y también para los prestadores. Y con ello, el big data está cobrando una relevancia mayor en el diseño de los servicios. Por caso, Prósper reveló que aplican Business Intelligence para el análisis y la toma de decisiones.
«Hace más de un año se instaló el BI, un software que nos permite gestionar el día a día de la actividad asistencial. Con esto buscamos administrar los recursos con eficiencia para mantener la calidad asistencial, el core de nuestra empresa», explicó Prósper. «Básicamente, el sistema nos permite conocer dónde se encuentran distribuidos nuestros usuarios, cuáles son las áreas de mayor concentración, dónde se desarrolla la mayor actividad y cuáles son los tiempos de respuesta, entre otros puntos», afirmó. A partir de esto, se hacen proyecciones de la demanda, «lo que permite ajustar y distribuir los recursos».
El Business Intelligence nos permite gestionar el día a día de la actividad asistencial. Con esto buscamos administrar los recursos con eficiencia para mantener la calidad asistencial"

Bulla se entusiasma con la aplicación de la telemedicina «a nivel de una ambulancia, donde están pasando todos los datos del paciente a la central por telemetría. Es más o menos como la F1», graficó.
El manejo de datos de los pacientes es una cuestión delicada. «La telemedicina debe ser encarada como algo serio, no es compartir una foto por WhatsApp. Eso no guarda los requisitos de confidencialidad y de responsabilidad que puede generar un acto médico», advirtió Bulla. Por eso planteó la necesidad de crear en Uruguay una «legislación específica» que rija la actividad de la telemedicina, si bien aclaró que no hay un «vacío legal» porque ya existen «varios decretos y leyes» generales en la salud como el Código de Ética.
Tanto Bulla como Martínez coincidieron en que el recambio generacional acelera la promoción de la telemedicina. No obstante, el gerente general de la Española resaltó que los mayores de 65 años -la cuarta parte de sus afiliados- están implicados con el uso de herramientas tecnológicas como los tótems de autogestión. Añadió que «de los 190.000 socios, 135.000 están registrados para el uso del portal (web) y la aplicación», resaltó. En resumen, aunque los jóvenes promueven el cambio, «las distintas generaciones van acelerando estos procesos».
Doctari: una cita médica online

Aunque poco extendida en Uruguay, la videoconsulta tiene en Doctari uno de sus casos de aplicación. Se trata de una plataforma operativa desde 2017 que facilita la interacción de pacientes con más de 100 especialistas.
La app ofrece videoconsulta pero además permite agendar citas presenciales, generar videointerconsultas (entre médicos y paciente) e interconsulta chat, detalló Marcia Dellepianne, jefa de Operaciones de Doctari. Tras el diagnóstico y de ser necesario, el paciente accede a la receta médica y con un código QR puede comprar el medicamento con descuento en Farmashop.
Dellepiane dijo que la plataforma creció un 30% respecto a 2018 en el número de afiliados.
Para la ejecutiva, la telemedicina «no es el futuro, es ahora» y admite que las apps del sector «necesitan el respaldo de instituciones». «Es complejo salir autónomamente a encarar estas cosas, uno choca con muchas dificultades».