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¿Por qué es cada vez más difícil comprar un dólar en Argentina?

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En la primera semana de marzo, el dólar subió en 4 de 5 días. Foto: Archivo El País

BARREAS

El gobierno del país vecino profundizó tanto las restricciones, que comprar divisas de manera legal se volvió una odisea en el país.

El gobierno argentino justificó varias veces que el cepo cambiario es una herencia que recibió de la administración anterior. Y es cierto que la gestión de Mauricio Macri impuso el cupo de compra de hasta US$ 200 por mes. Pero el equipo económico actual profundizó tanto las restricciones, que comprar divisas de manera legal se volvió una odisea en el país. Esto se refleja en los más de 10 tipos de cambios que siguen de cerca no solo los actores financieros, sino también las pymes y grandes empresas que deben valuar sus productos y servicios.

La primera barrera que impuso el gobierno fue apenas asumió, cuando estableció el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), que grava con un 30% la compra de moneda extranjera. Las siguientes restricciones llegaron 10 meses después, cuando el Banco Central observó con preocupación que cada vez más personas compraban el cupo mensual de US$ 200 y ponían en peligro el nivel de reservas.

En ese entonces, el equipo económico tomó dos decisiones de fuerte impacto. En primer lugar, lo encareció en un 35% con la percepción en concepto de adelanto de Ganancias o Bienes Personales. Aquellos que son monotributistas y no pagan Bienes Personales todavía están a la espera de la devolución del 35% por las compras realizadas el año pasado, en un contexto de inflación arriba del 50% interanual.

Además, imposibilitó que accedan al mercado de cambio oficial todos aquellos que sean beneficiarios de un plan social; trabajadores en relación de dependencia que hayan recibido parte de su salario a través del ATP o Repro; quienes ya utilizaron su cupo de US$ 200 a través de compras con tarjeta de crédito o débito; quienes hayan adquirido dólar “Bolsa” en los 90 días anteriores; titulares de créditos UVA que accedieron al congelamiento de las cuotas durante la pandemia, y las personas o empresas que hayan recibido créditos subsidiados. Es decir, dejó prácticamente a la mayoría de los contribuyentes sin la posibilidad de comprar moneda extranjera de manera oficial.

Por lo tanto, los ahorristas se volcaron a la compra de divisas a través del mercado de valores, con la compra y venta de instrumentos financieros. Para ellos, el gobierno también impuso restricciones a través de la Comisión Nacionales de Valores (CNV): llegó a establecer hasta tres días de parking para realizar la operación; es decir, había que esperar (dejar estacionado) tres días el instrumento entre que se compraba y se vendía para hacerse de dólares.

Las últimas restricciones comenzaron hace poco más de un mes, durante la final de la Copa América, cuando el gobierno limitó la cantidad de bonos que se pueden comprar para hacer la operatoria MEP o Contado con Liquidación (CCL) a 50.000 nominales a la semana (US$ 35.000, aproximadamente). El viernes pasado, el Banco Central volvió a sorprender al mercado al obligar a que todas las operatorias que se hagan para comprar dólares por el mercado de valores deben pasar por cuentas bancarias propias (no se puede operar a través de sociedades de bolsa, por ejemplo).

“El gobierno establece estas restricciones porque necesita controlar el tipo de cambio paralelo antes de llegar a las elecciones. El problema es que cuando ponés una regulación, nos quedamos todos hasta tarde analizando esta norma y al día siguiente ya se está buscando la manera de sortearla o de aprovechar el arbitraje que genera. De hecho, las regulaciones de ayer vienen porque se generó un arbitraje con las propias regulaciones que el gobierno había impuesto hace un mes. Cada regulación que imponen genera un arbitraje distinto y eso hay que regularlo. Entonces los arbitrajes son cada vez más florecientes. El problema es que se disparen las paridades del dólar libre, como el blue. Ese es el principal riesgo”, indicó Juan Ignacio Paolicchi, analista de Empiria.

El economista Fernando Marull señala que las mayores regulaciones para operar “buscan acotar el volumen del mercado, pero en el fondo parece una señal de acotar el uso de reservas que el Banco Central (BCRA) está usando para mantener regulado el dólar CCL. Llamativamente, se endurecen las regulaciones luego de varios días con el CCL bajando y arbitrando”.

Asimismo coincide Lorena Giorgio, economista de la consultora Equilibra, que dice que con esta nueva ronda de medidas, el BCRA seguramente podrá mantener la brecha “intervenida” (es decir a partir de operaciones con AL30) por debajo del 75% con un menor costo en términos de reservas.

“En el resto de las cotizaciones ‘libres’ legales tampoco deberíamos ver demasiada variación, aunque sí menores volúmenes operados. El mayor impacto seguramente será sobre el dólar informal, que captará la demanda de quienes no tienen cuenta en el exterior (para hacer CCL) o no pueden recibir más transferencias en sus cuentas locales (para hacer MEP), que hoy están limitadas a una por mes. Cómo en episodios anteriores, deberíamos ver un overshooting inicial y una leve corrección posterior en este mercado”, proyectó Giorgio.

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