EMILIO CAZALA
Es sorprendente el desconocimiento que padece el común de las gentes acerca del puerto y sus actividades considerando su relevancia dentro de la cadena económica del país. Y lo que es más grave, esta falencia llega hasta los políticos. Los periodistas no se quedan atrás y desde su inocencia hacen programas de televisión donde se manejan gruesos y rutinarios errores cada vez que tratan estos temas: los primeros como dijimos por nesciencia, por desinterés, quizá por su complejidad y mucho por creer que los puertos son simplemente lugares de atraque de los barcos. Los segundos al desconocer el tema pierden el enfoque de la nota y las preguntas se hacen incisivas pero personales y entonces sobrevuelan el tema en el mejor de los casos obteniendo condenaciones personales. Todo rápido en 20 minutos porque hay otro esperando en el programa. Cuando se aventuran en el tema de las actividades aduaneras, la cosa es de terror, por ejemplo el Tránsito, la Logística y el Contrabando. Todo a una bolsa de gatos.
Somos de los que creemos que este tema portuario debería ser materia de enseñanza desde la escuela primaria; qué es el puerto, cómo funciona, su relevancia en el comercio exterior del país y sus potenciales. En los últimos días hemos visto en televisión, programas referido a mangones, mangas y otras yerbas vinculado a Buquebus: los cruceros y los viajeros de estos barcos y ahí hemos oído disparates aparte de la nebulosa con que se maneja el tema. Quede claro que somos bien objetivos en el tema y mas allá que Buquebus haya buscado en el pasado y en el presente agarrarse de buenas aldabas para los negocios a través de la política, no nos mueven del tema central y allá ellos.
EL CAMBIO. Lo que tenemos claro es que con su inversión esta empresa creó donde solo había un inhóspito pabellón, casi sin luz y restos del pasado portuario, incómodo habitáculo para hacer los trámites y desprotegido de la inclemencias para martirio de los viajeros, creó, decimos, una infraestructura para manejar el movimiento de pasajeros fluviales en forma decorosa, civilizada y de confort para el viajero. Y trajo para atender el tráfico de pasajeros entre ambas orillas naves modernas, rápidas y cómodas para un racional viaje de tres horas desechando aquellos viejos patachos que salían a las 9 de la noche y llegaban al día siguiente a Buenos Aires en medio del ruido ensordecedor de la maquinaria que apenas dejaba dormir en un camarote ataúd. No faltaron las noches y fueron muchas que los viajeros zarandeados por la rusticidad del Río de la Plata en invierno y sin fuerza en sus máquinas para sortear los vientos o corrientes en contra lógicamente arribábamos a destino por lo general a las 11 horas exhaustos, molidos y casi destruidos. Se trajeron las nuevas embarcaciones modernas del siglo presente, varios viajes por día y se hizo una terminal para gente civilizada que es lo que estamos disfrutando hoy gracias a su inversión de riesgo. Estos son los hechos. Y fue un gran proyecto. Ahora hablemos de las mangas y los mangones, analicemos los muelles y los cruceros; qué hacen los pasajeros, sus preferencias y los servicios que pretenden y reciben. Veamos entonces qué agrega aquella peregrina idea de un escenario portuario que pretende vincular una terminal de funcionamiento absolutamente fluvial con la explotación del negocio de los pasajeros internacionales de los cruceros sin pergeñar por lo menos un proyecto empresarial de buena cepa que hable por sí mismo sin mezcolanzas extrañas. La actividad de los cruceros comenzó a expresarse en Montevideo con cierta presencia desde 1990, cada año con más fuerza. Evidentemente nuestro puerto no esta preparado para recibir en cinco meses 77 escalas y algunas semanas con un promedio de dos cruceros por día. Hay que resolver el problema como se pueda que es lo mismo que se hace con los barcos de las Unitas cuando nos visitan y quedan 8 días en puerto, alguien debe esperar por disponibilidad de muelle. En cuanto a los cruceros estos permanecen en puerto entre las 8 y las 7 de la tarde o sea que liberan el muelle rápidamente. Esto demuestra que al puerto le faltan cuando menos dos muelles más de atraque, uno en la terminal TCP y otro el Muelle C. Cuáles son los muelles mas adecuados para los cruceros, pues son estos:
LOS MUELLES. Los muelles 3, 4 y 5 (493 metros) son muelles ideales para los cruceros: primero por su extensión, comodidad operativa en la Dársena II para maniobrar a la entrada y salida del barco, lo que da lugar al buen amarre por ejemplo del gran crucero "Queen Elizabeth 2" con sus 294 metros o del GTS "Infinity" de igual eslora que son los dos más grandes que visitan el puerto de Montevideo. (El Queen Mary 2 va a ser el mayor de todos con 340 metros). Cuando uno de ellos amarra aquí sólo queda espacio para un carguero de menos de 150 metros. Como el resto de los cruceros que nos visitan tienen de eslora entre 160 y 240 metros, es factible acomodar dos cruceros en ese frente como se ha hecho frecuentemente años tras año.
Ahora vamos al muelle 1 y 2 que tiene un frente de 306 metros en donde se puede amarrar un crucero de 240 metros que generalmente se le ubica en el muelle 2 y queda un espacio para un carguero pequeño en el 1. Este es un muelle muy cómodo para los viajeros. Ubicado el crucero en el muelle 2, que da frente a la salida por Yacaré, facilita el desplazamiento de los cruceristas muy cómodamente, los autobuses se ubican casi en la boca de la pasarela y los que no quieren citytour tienen el portón de salida a escasos 100 metros. En la nota incluimos la foto del crucero "Princess Danae" de 163 metros atracado en el muelle 2 y vemos los autobuses en la boca de la pasarela y los turistas descendiendo al termino de la excursión. ¡que maravilla, servicio puerta a puerta!. Del autobús al camarote.
ESCALERAS. Aclaremos el tema de la escalera. Los cruceros de hoy día no tienen mas la "escalera real" con que antiguamente estaban equipados. Era un suplicio descender o ascender 60/80 escalones, una prueba de pericia y equilibrio para personas mayores, niños e inválidos y a menudo las mujeres perdían sus tacos. Nosotros fuimos testigos de esas escenas. Los pasajeros ahora descienden por una cortísima pasarela horizontal a ras del muelle de unos cinco metros de extensión que salvan la distancia entre el portalón del barco y el muelle. Esto se hizo pensando en la comodidad de los pasajeros que son personas mayores y no deben subir ni bajar escaleras que no sean dentro del barco ni tampoco meterlos por mangas ni subirlos por escaleras mecánicas.
Una vez en tierra el pasajero que no tomó un "citytour", a su voluntad desde cualquiera de los referidos muelles tiene la salida del puerto a unos pocos metros, tiene la libertad de ir a pie y no es necesario tomar un autobús para llegar a la ciudad. Desembarca y directamente llega a la salida de Yacaré, suben por Colón o Solis, llegan a la Plaza Zabala, van por Rincón, pasean por la plaza Matriz y luego de disfrutar peatonal Sarandí alcanzan la Plaza Independencia. Algunos no quieren más que estirar las piernas como se dice sin mayores problemas. Esto lo hacen en casi todos los puertos. En algunos lugares hemos visto que la terminal donde atraca el barco queda muy lejos de la salida del puerto y hay que tomar autobús y esto provoca malestar y hemos leído al respecto comentarios adversos de los viajeros. Si no se piensa primero en las necesidades del viajero no se está en el negocio del turismo, sino en otra cosa.
Es muy cómodo para los cruceristas de los "citytour" disponer a escasos 8 metros de los autobuses alineados allí frente al barco. Al retorno de la excursión con la fatiga de cuatro o más horas recorriendo la ciudad, nada más descansado que bajar del autobús y acceder al barco de dos o tres pasos. ¡Eso es bienestar! Estos turistas no necesitan nada más, ni mangas, ni mangones, ni terminales.
EL MEOLLO. No trascendió nada de un presunto proyecto que maneja el Ministerio de Transporte Así que los conocimientos que tenemos de esa idea son dispersos y no hemos logrado de los operadores informaciones más claras. Parecería que la intención es instalar un manga entre el muelle 1-2 y la terminal Buquebus que obligaría al crucerista recorrer sus 60-70 metros para conducirlo a los atractivos shopings donde no faltaría nada que represente a Uruguay, suponemos. Como los portalones de salida de los cruceros están a ras de tierra, parecería que esta manga obviamente tiene que ser por elevación para lo cual habría que instalar una escalera mecánica. Una vez dentro de la terminal se le saca todo el dinero que se pueda y si hay un lugar donde quedarse a almorzar quizá ya no valga la pena al turista ir a la ciudad a estirar las piernas. Si se toma un autobús, pues el negocio de los competidores se trasladaría a otra empresa.
MAL NEGOCIO. Pero además pensamos que retener a los turistas en las terminales es un pésimo negocio para el país pues esta en el interés de los comercios de Montevideo, en general Pymes, atraer estos viajeros para estimular ventas y además de vender productos, promover turísticamente el Uruguay, que no se hace desde un shoping. Esto pasó en Barcelona donde se retiene al turista, se le vende todo lo que se pueda y como allí se siente cómodo porque se esta ya en España, el turista se queda en la terminal sin conocer España. Nosotros no queremos eso, deseamos que los viajeros recorran la ciudad tomen su pulso, que la disfruten en cada calle, en cada tienda, hagan contactos humanos con los montevideanos y descubran nuestra calidad cultural y hospitalidad. No se puede enjaular al crucerista, meterlo en un mangón o un tubo y llevarlo a la Terminal para desde allí tomar los autobuses o salir a la ciudad, no es comodidad para el viajero. Sin duda habría que buscar otra línea de trabajo, para lograr los favores del crucerista. En cuanto a Buquebus, nos gustaría decir que allí esta todo hecho, no hay que poner un peso más, excepto conservar en buen estado lo que se ha hecho que es bueno y sí señor por otros 10 años porque fue un proyecto que inició Buquebus. Entonces lo que cabe hacer es negociar el canon. Y ahí termina todo. También tenemos otra visión, la de los buenos proyectos y no precisamente a la uruguaya.
Oportunamente nos referiremos a otros proyectos que nos parecen más válidos y que sería el recambio de pasajeros de los cruceros que se harían desde Montevideo ahora que tenemos un gran aeropuerto y ver como se puede canalizar este negocio que ahora lo tiene Buenos Aires.