El dólar ha subido en las últimas semanas (salvo una baja ayer), lo que pone contentos a los exportadores, preocupados a los consumidores que reciben sueldos en pesos, y angustiados a quienes tienen deudas en la moneda extranjera. Ahora, ¿qué va a pasar con el dólar en Uruguay?
El futuro ministro de Economía y Finanzas (MEF), Gabriel Oddone, declaró ayer sobre la suba del dólar en Uruguay que se trata de un fenómeno "global".
"Se dispara a partir del triunfo de (Donald) Trump en Estados Unidos y las especulaciones sobre un escenario de mayor política proteccionista en los precios en Estados Unidos, y como afecta la tasa de interés", fundamentó.
"Eso en parte descomprime el problema del atraso cambiario que va a heredar la próxima administración", afirmó Oddone.
¿Qué va a pasar entonces con el dólar a nivel local? Los analistas consultados por El País proyectan que el precio del dólar en 2025 podría quedarse en los niveles actuales o, eventualmente, aumentar un poco más, con tendencia a la estabilidad. Ayer el billete verde cotizó en el mercado interbancario a $ 44,361 en promedio.

En lo que va del año, la divisa acumula un aumento de 13,682%.
No obstante las proyecciones, la incertidumbre existe porque uno de los factores que impulsa el dólar al alza es, precisamente, la victoria de Trump en las elecciones de Estados Unidos (en la medida en que anuncia medidas proteccionistas, política fiscal expansiva y fortalecimiento de la economía estadounidense), pero aún no ha asumido. Y en el terreno local, tampoco lo ha hecho el presidente electo Yamandú Orsi, lo que representa otra transición y podría configurar nuevas políticas.
Por su parte, la Reserva Federal (Fed) se reúne hoy y mañana para analizar un nuevo recorte de tasas de interés.
Lo cierto es que el ambiente mundial es inflacionista y, teniendo en cuenta diversos factores, es probable que la Fed prevea menos recortes para 2025, según analistas estadounidenses.
El País consultó a Marcelo Sibille, gerente senior de Asesoramiento Económico de KPMG, quien no atribuye el aumento del tipo de cambio local a la política interna de Uruguay, sino a factores externos, fundamentalmente la depreciación del real en Brasil que se aceleró con fuerza a partir de octubre.
“Si se comparan las series diarias del tipo de cambio en ambos países, se observa una correlación muy alta, lo cual no sorprende pues el mercado cambiario en Uruguay suele ser seguidor del brasileño”, recordó.
Para el economista, en el contexto actual de flotación limpia, “la apreciación (del dólar) persistirá mientras sigan las presiones alcistas en Brasil, y no está claro que pueda ser mitigado por la baja de la tasa de interés de la Reserva Federal”.

“Los mitigantes los veo más por el lado del alza de la tasa en Brasil, acompañados fundamentalmente de un shock de credibilidad en el plan de ajuste fiscal anunciado por el gobierno brasileño, que hasta el momento no parecería insinuarse”, agregó.
¿”Alto” o en equilibrio “sano”?
Para Gabriel Genta, portfolio manager de Gletir Inversiones, “el nivel actual del dólar en Uruguay no es alto, lo que pasa es que antes estaba atrasado y ahora está en un equilibrio sano. El tipo de cambio real se acerca al punto de equilibrio, comparado con otros países de la región”.
Genta proyecta que en los primeros meses de 2025, el dólar se mantendrá en el orden de los $ 44 o $ 45, tal vez un poco más arriba por el impacto de Brasil. “No lo vemos bajando, sí con un alza no pronunciada”, precisó.
A su entender, el dólar global “ya subió lo que tenía que subir” y eso ha sido interiorizado por el mercado, salvo que las medidas de Trump en 2025 sean más radicales de lo pensado. En Brasil sí podría subir más.
En la misma línea, Florencia Carriquiry, economista socia de Exante, coincidió en que el dólar en Uruguay estaba muy bajo, “desalineado del valor de la divisa en el mundo y de lo que marcaban sus fundamentos” —afirmó—, y agregó que probablemente era necesario que algún elemento operara como coordinador de expectativas para una “corrección cambiaria relevante”, como ocurrió.

A su juicio, el resultado electoral en EE.UU., la volatilidad en Brasil (que es para Uruguay el principal mercado de referencia en la materia) y, en alguna medida, también el cambio de gobierno en Uruguay, terminaron desencadenando la fuerte suba del dólar en este país.
Sobre Brasil, precisó que vive un contexto de fuerte depreciación del real frente al dólar, recogiendo crecientes preocupaciones por la situación fiscal. Lo que seguramente continuará en buena parte de 2025.
En ese contexto, Carriquiry proyectó tensión entre los objetivos de inflación, competitividad y salarios para 2025. “Con una mayor suba del dólar, conservar la inflación dentro del rango objetivo (del BCU) requerirá de mucha consistencia entre las políticas macroeconómicas, combinando cierto endurecimiento monetario con una política fiscal y salarial muy cautelosas”, advirtió.
“El año que viene tendremos, en ese sentido, dos hitos clave como señal de política económica: la ley de presupuesto a nivel fiscal y los lineamientos que guiarán la próxima ronda de negociación salarial”, destacó.
Los que ganan y los que pierden
La ecuación indica que la suba del dólar hará presión sobre la inflación. “El que pierde es el consumidor local, pero los uruguayos generalmente no están endeudados en dólares (o muy poco), a diferencia de las empresas. Con el dólar en el orden de los $ 44, gana el país porque pasa a ser más competitivo”, opinó Genta.
En ese interjuego de “quiénes ganan o pierden”, Sibille resumió: “La depreciación (del peso uruguayo) beneficia al sector exportador por el abaratamiento en dólares. Pero también perjudica a las familias, en la medida que se traduzca en una aceleración de precios. Alrededor del 30% de la canasta de consumo que conforma el Índice de Precios del Consumo (IPC) está compuesta por bienes transables (aquellos que se comercian con el exterior). Si los proveedores que suministran bienes importados remarcan los precios a los comercios minoristas por el mayor tipo de cambio, es inevitable que éstos lo trasladen al consumidor, pues en caso contrario no podrían reponer el stock. Todo ello significará un desafío para la política monetaria del Banco Central que debe velar por una inflación dentro del rango meta”.
Impacto de las tasas
El mercado prevé que la Fed reconocerá que EE.UU. necesita tasas altas de interés por más tiempo de lo previsto, por ejemplo, a principios de año.
Esto tendría impacto en Uruguay y en otros países de la región, ya que el crédito internacional se encarecería (aunque Uruguay tiene el riesgo más bajo de la región y por lo tanto igual consigue tasas comparativamente más convenientes).
Asimismo, tasas más altas dan lugar a un dólar más fuerte, lo que impacta en los precios de los commodities, entre ellos, la carne, la celulosa y los granos que exporta este país.
“Son muchas las variables, incluso el año 2025 podría presentarse con una China más débil de lo esperado y podrían bajar los precios por descenso de la demanda de nuestro principal comprador de commodities. Hay que ver cómo se presentan los distintos factores”, concluyó Genta.