Los negocios y las emociones están siempre ligados y más cuando se busca que las empresas tengan un impacto positivo a nivel social o medioambiental. Uruguay, según empresarios y autoridades, tiene virtudes para alcanzar esta “milla extra”, atrayendo así a inversores que busquen desarrollar su actividad o utilizar al país como plataforma para expandirse en la región, sin embargo aún hay un factor que le falta cuando de sustentabilidad se habla.
El comercio exterior representa más del 53% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según señaló el cofundador de Impact Trade, Sebastián Rodríguez, este miércoles al dar la bienvenida al evento que reunió empresarios locales e internacionales para acelerar negocios y generar “vínculos de confianza”.
El evento comenzó bajo la premisa dada por el cofundador de Sistema B en Uruguay y de este espacio de vínculos empresariales, Pedro Tarak, sobre que las organizaciones innoven y aporten soluciones de impacto -que tengan efectos positivos en materia de gobernanza, social y medioambiental (ESG, por sus siglas en inglés).
El primer panel consistió en las cualidades de Uruguay y algunas experiencias empresariales, para desarrollar negocios en el país. En este sentido, el presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Flavio Caiafa, señaló que la innovación y el desarrollo tecnológico es lo que “ha salvado al mundo” y es lo “único que lo va a poder salvar”.
En esta línea, destacó que para el préstamo que se recibió en 2022 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el multilateral les pidió que incluyeran dos componentes transversales en sus instrumentos -la agencia financia investigaciones y la formación de científicos, como también innovación empresarial-. Estos componentes fueron temas de género, donde se avance en acortar la brecha de oportunidades, y la sustentabilidad.
Para esto, Caiafa afirmó que en 2023 se modificaron las bases y conceptos de evaluación, teniendo el objetivo de poder evaluar el impacto social en 2024.
Asimismo, sostuvo que Uruguay con su “tranquilidad y estabilidad” se ha vuelto un lugar atractivo para los inversores. A su vez, destacó como “ventaja histórica” la libertad para hacer negocios que brinda el país, ya que permite “repatriar” los beneficios empresariales de la forma que prefiera el empresario.
No obstante, dijo que se tiene un “gran desafío” comercial por el tamaño del mercado local, donde las empresas deben escalar a otros países.
Por su parte, otro de los oradores fue el director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Herman Kamil, quien afirmó que desde hace cuatro años cambiaron las interacciones con los inversores, donde pasaron a cobrar peso la concientización ambiental y social.
En este sentido, señaló que a la hora de invertir no preguntan solamente por el déficit fiscal, el empleo y la balanza de pagos, sino que ahora también se habla sobre las políticas climáticas de Uruguay, mostrando un cambio “acelerado en el paradigma de las inversiones internacionales”.
En este sentido, señaló que en este gobierno se puso un foco en la acción climática y con la Ley de Presupuesto de 2022, se puso que para la “recuperación de la pandemia se tenía que tener en cuenta la mitigación de los gases de efecto invernadero y la adaptación al clima”.
Por este motivo, afirmó que buscaron “hacer algo que no se había hecho”, un “puente entre las finanzas y la acción climática”. De este modo, fue que Uruguay emitió el primer Bono Verde, es decir títulos de deuda que su tasa tiene como aspectos vinculantes indicadores ambientales.
Los dos aspectos vinculantes a 2025, están relacionados a la reducción de la intensidad de gases de efecto invernadero por unidad de PIB y un compromiso de no deforestación.
Asimismo, destacó que de esta forma se está yendo a una “nueva transversalidad”, en donde se involucra tanto al sector público como al privado para el logro de estos objetivos.
Del mismo modo, señaló que por la naturaleza temporal de la emisión del bono, este trasciende gobiernos, por lo que también se “vende confianza”, ya que las administraciones venideras deberán cumplir con lo acordado.
“No se refundan los países” al cambiar de gobierno, sino que “se construye sobre lo que se ha dicho”, afirmó Kamil.
En tanto, explicó que si bien en el mundo hay una “gran discusión” sobre si hay cambio climático, es “irrefutable” que las “tendencias a la descarbonización, ganadería sostenible, a la conservación de la naturaleza, están cambiando las formas en que se relacionan los países y las empresas internacionalmente”.
Desde la perspectiva de la gestión de deuda, el objetivo es diversificar la base de inversores, sin embargo, afirmó que con el bono verde se “trascendió” esa gestión, ya que este funciona como “ventana al mundo”.
A su vez, la vicepresidenta de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, Anabela Aldaz, destacó que Uruguay tiene una muy buena reputación en cuanto a su estabilidad económica, democrática y su legislación. Asimismo, sostuvo que hay un “compromiso” y una “sensibilización” respecto a los temas de impacto, en donde la sostenibilidad, el medio ambiente y el género “están presentes como no estuvieron antes”.
Asimismo, llamó a que se colabore a acortar la brecha de género. En esa línea, señaló que si bien las mujeres cuentan con una mayor capacitación que los hombres, en promedio, esto no se refleja en la cantidad de roles directivos que asumen en las empresas. “Tenemos los mismos derechos, nos faltan las mismas oportunidades”, afirmó.
Por su parte, el CEO de Salus, Agustín Mostany, señaló que Uruguay tiene como aspecto positivo que es “coherente”, que cuenta con una agenda de sustentabilidad y avanza en ella. Asimismo, sostuvo que debido a su escala de mercado, se puede generar impacto más rápido y este es más “controlable”.
Sin embargo, sostuvo que esta misma escala dificulta el acceso a la tecnología, impactando en la eficiencia. “Es un tema que Uruguay está resolviendo”, agregó.
Por otra parte, el segundo panel trató a Uruguay como plataforma para desarrollar negocios en la región. Sobre esto, el vicedirector de Uruguay XXI, Eduardo Rodríguez, dijo que el país “es un buen hub regional para los negocios”, ya que ha tomado como “activo” la estabilidad.
Destacó como aspectos positivos su sistema de zonas francas, la libertad cambiaria y su capital humano calificado.
Por su parte, la directora ejecutiva de Endeavor Uruguay, Analía Migues, sostuvo que Uruguay tiene una “oportunidad enorme” y la está “aprovechando en los últimos años”, en donde “grandes emprendedores están viendo al país como una plataforma para desarrollar sus negocios no solo a nivel regional sino también internacional”. Además, afirmó que el país supo adaptarse al “desafío” que trajeron estos emprendedores en la formación de talento.