La nueva apuesta del gobierno argentino para ganar tiempo: el dólar soja

Sergio Massa. Foto: AFP.
New Argentine Economy Minister Sergio Massa speaks during a press conference at the Economy Ministry headquarters in Buenos Aires, on August 3, 2022. - The new Minister of Economy, Sergio Massa, is not an economist but a lawyer, a skilful negotiator and a leading politician, appointed as a storm pilot to avoid capsizing in the midst of a foreign exchange and inflation storm. (Photo by LUIS ROBAYO / AFP)
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MEDIDA

La nueva apuesta del gobierno argentino para ganar tiempo en el frente cambiario: el ministro de Economía, Sergio Massa lanzó el dólar soja. La medida genera grandes incertidumbres.

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Sergio Massa
apeló al único sector capaz de aportar en el corto plazo los dólares suficientes para evitar una devaluación abrupta del peso en Argentina. Con el lanzamiento del llamado “dólar soja”, el gobierno les reconocerá hasta el 30 de septiembre a los exportadores sojeros un dólar de 200 pesos argentinos en lugar de los 140 pesos argentinos del tipo de cambio oficial.

El objetivo de ese beneficio temporario es incentivar a los productores para que liquiden en las próximas semanas el equivalente a unos US$ 5.000 millones que mantienen retenidos en silobolsas.

“Es una medida que ayudará a fortalecer las reservas en el corto plazo, pero en definitiva solo le permite al sector agrícola adelantar dólares que hubieran entrado a menor precio en los meses siguientes. Hay un problema de funcionamiento de la economía que esta medida no corrige: el dólar a 140 pesos argentinos es muy barato para los importadores y no es atractivo para los exportadores, con lo que la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos seguirá siendo elevada”, dijo a El País el economista Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora EcoGo.

En la primera semana de vigencia de la medida, las expectativas del gobierno se cumplieron. El sector agropecuario liquidó unos US$ 1.660 millones y el Banco Central logró sumar US$ 1.030 millones a sus reservas. Ese mayor ritmo de liquidación de las exportaciones de soja, sumado a la menor demanda de divisas para hacer frente a las importaciones de gas ante la proximidad de la primavera, es la principal apuesta del gobierno para revertir en septiembre la tendencia registrada en los últimos dos meses. Tras la salida del exministro de Economía Martín Guzmán, la autoridad monetaria había sacrificado en julio y agosto US$ 1.800 millones de sus reservas para evitar una devaluación del peso. Con eso, el stock de reservas netas, aquellas que efectivamente pueden ser utilizadas por el Banco Central para intentar frenar una corrida cambiaria o hacer frente al pago de importaciones, cerró agosto con apenas US$ 1.400 millones.

Ante esa escasez, el incentivo al sector sojero no solo tiene como finalidad acumular divisas para evitar una devaluación desordenada impuesta por el mercado, sino también cumplir con una de las principales metas establecidas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según ese pacto, al cierre del tercer trimestre la acumulación de reservas en el año debería ascender a US$ 6.425 millones, unos US$ 5.000 millones más que la cifra sumada hasta agosto. Con la aceleración esperada en la liquidación de soja durante septiembre, el gobierno procura acercarse a la meta para evitar pedir un “waiver” (perdón) al FMI por incumplimiento. La presión por al menos acotar los desvíos es alta: en el caso que el FMI no desembolse en octubre los US$ 4.000 millones de dólares correspondientes a la revisión de las metas del segundo trimestre, Argentina no estaría en condiciones de pagar los vencimientos del período octubre-diciembre.

Soja. Foto: Reuters.
Soja. Foto: Reuters.

Los riesgos del dólar soja

La devaluación selectiva para el sector sojero fue complementada con otra medida lanzada el jueves pasado por el Banco Central para desalentar la posibilidad de que los productores puedan conseguir financiamiento barato en pesos mientras retienen sus tenencias de granos.

La autoridad monetaria dispuso que a quienes mantengan un stock superior al 5% de su cosecha se les subirá la tasa mínima de préstamos en pesos al equivalente del 120% de la última tasa de Política Monetaria. Con ese cambio, la tasa mínima pasará al 83,4% nominal anual, muy por encima de los préstamos con tasas en torno al 65% que se ofrecían a los productores agrícolas hasta hace unos días.

Si bien las medidas de emergencia lanzadas en los últimos días asoman como necesarias para recomponer al menos un stock mínimo de reservas netas y, con eso, evitar una crisis cambiaria en el corto plazo, la estrategia de Massa no está exenta de riesgos.

Tras el incentivo otorgado a los productores de soja, el Banco Central paga 200 pesos argentinos por cada dólar que le compra a las cerealeras y luego revende esos dólares a los importadores a la cotización oficial de 140 pesos argentinos. Esa diferencia de 60 pesos argentinos será cubierta con más emisión monetaria.

“La medida consiste en una devaluación para un sector que terminará generando una mayor emisión monetaria por parte del Banco Central. Los pesos emitidos entrarán en la economía y en algún momento generarán más inflación y aumento de los dólares paralelos”, dijo a El País Gabriel Zelpo, economista de Cohen Aliados Financieros.

Si finalmente ingresan los US$ 5.000 millones previstos por el gobierno este mes y ese monto es vendido en su totalidad a los importadores, la emisión adicional alcanzaría a unos 300.000 millones de pesos argentinos, un 7% de la base monetaria, esto es, el dinero en circulación más las reservas de los bancos. Aunque buena parte de esos pesos serán luego reabsorbidos mediante instrumentos de esterilización del Central como las Letras de Liquidez (Leliq), eso implicará más emisión futura para pagar el mayor stock de deuda remunerada.

La oleada de pesos esperada no es el único factor que puede impulsar aún más a la inflación en los próximos meses. Tras el beneficio otorgado a la soja, todo indica que al menos durante las próximas semanas los productores agropecuarios privilegiarán la liquidación de esos granos y retendrán los de maíz. El alza del precio del maíz tendría impacto en los costos de la leche, pollo, cerdos y vacunos, entre otros.

A la suma de esos factores que amenazan agregar presión a una inflación que ya se proyecta en torno al 100% para este año se agregan las dudas sobre qué ocurrirá luego que venza el beneficio del “dólar-soja”. “Este esquema se puede hacer solo una vez porque el FMI no permite tener tipos de cambio desdoblados por mucho tiempo. La duda es cuál será la sostenibilidad cambiaria después del 1 de octubre. Nada cambió con esta medida para que las reservas que comprará el Central durante septiembre puedan mantenerse en los meses siguientes. El tipo de cambio real se está atrasando, no hay dólares y la brecha cambiaria sigue siendo elevada. Si esas tendencias no cambian, los dólares que el gobierno gane hoy, los perderá mañana”, dijo Menescaldi.

MEDIDA

Se viene otro dólar, el tecno

En los próximos días, al regreso de la gira por Estados Unidos del ministro de Economía, Sergio Massa, el gobierno publicará un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que contemplará que las empresas de la economía del conocimiento, el cuarto sector exportador de la Argentina en importancia por su volumen, tengan un mayor acceso a los dólares. Con la nueva disposición las firmas podrán disponer libremente, de forma trimestral, del 30% del aumento de sus exportaciones respecto de 2021 y a ese porcentaje se podrá sumar un 20% adicional si radican nuevos negocios en el país. La expectativa es que las exportaciones del sector aumenten más de un 25% y salten de los actuales US$ 7.000 millones anuales a US$ 8.800 millones y que, de esta forma, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) pueda comprar el excedente que quede restando las importaciones para fortalecer las reservas internacionales.
[LA NACIÓN / GDA]

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