"No descartamos medidas adicionales si la situación (de la crisis) lo amerita"

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FABIÁN TISCORNIA

-A este equipo económico le tocó asumir en un momento complicado por el frente externo, ¿tenían idea de enfocarse en algunas reformas que ahora se ven obstaculizadas por la atención que requiere la crisis?

-Las principales reformas económicas propuestas por este gobierno han sido aprobadas y están en etapa de implementación. La reforma tributaria, la ley de defensa de la competencia, la nueva legislación en materia de concursos, la Carta Orgánica del Banco Central, el fortalecimiento de los bancos públicos… en fin, un conjunto de reformas que han permitido dotar al país de un marco institucional más sólido, mejorar el clima de negocios y contar con un marco más adecuado para el estímulo a las inversiones.

Del paquete de reformas para este período solo resta la ley de mercado de valores, que esperamos sea aprobada por el Parlamento en los primeros meses del 2009, y la reforma de la Caja Militar, que quedará seguramente para la agenda del nuevo gobierno. Para lo que resta del período hemos priorizado una agenda microeconómica referida al fomento de las Pymes, la creación de la Agencia Nacional de Desarrollo y el impulso de las asociaciones público-privadas para la realización de inversiones en infraestructura. Lejos de frenar estas iniciativas, la crisis internacional ha generado mayores estímulos para acelerar la implementación de acciones concretas en esas áreas.

-¿Cuáles serán los mecanismos? ¿Habrá asociaciones público-privadas con mayoría estatal o concesiones de obra?

-No se descarta a priori ningún instrumento. Uruguay necesita desarrollar su infraestructura para apoyar el crecimiento económico. Son notorias las carencias existentes en materia de infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria, en la producción de energía, en las comunicaciones.

Lamentablemente, las restricciones fiscales limitan la capacidad de realizar inversiones por parte del sector público. Es necesario, por tanto, promover la realización de inversiones en esas áreas estratégicas por parte del sector privado. Dicha participación puede viabilizarse directamente a través de concesiones, como por ejemplo la segunda terminal de contenedores, o también se puede canalizar a través de asociaciones público-privadas. Hemos creado un grupo de trabajo con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) a los efectos de evaluar las distintas posibilidades de asociación, así como también, estudiar los cambios a la legislación vigente a los efectos de facilitar este tipo de emprendimientos conjuntos.

-¿En qué casos se harían asociaciones?

-Aún no están definidos. Estamos evaluando distintas posibilidades con cada empresa pública y con el MTOP.

-Para hacer frente a la crisis, Argentina y Brasil han tomado medidas que incluyen rebajas tributarias para alentar el consumo. En Uruguay el equipo económico considera que el consumo será uno de los motores de la economía en 2009, ¿no es necesario aplicar algún tipo de estímulo asociado?

-La política fiscal que se está llevando adelante ya incluye medidas de reducción de impuestos que contribuirán a sostener el nivel de consumo de las familias. Concretamente, la sustitución del IRPF a los jubilados por el IASS, y las modificaciones al IRPF a activos vinculadas a la elevación del mínimo no imponible, la duplicación de las deducciones por hijos y la posibilidad de liquidar el impuesto por núcleo familiar, suponen una importante reducción de la carga impositiva para los sectores medios. Es casi 0,5% del PIB de reducción de impuestos.

-Los empresarios han quedado con gusto a poco con las medidas que el gobierno anunció para paliar los efectos de la crisis, ¿por qué entienden que son suficientes?

-No decimos que sean suficientes. Es obvio que los sectores más afectados por la crisis internacional no podrán ser compensados y van a sufrir problemas de actividad y empleo en el corto plazo. Eso es lo que está ocurriendo en todos los países. Los gobiernos han tomado medidas paliativas en función de sus posibilidades. En el caso de Uruguay, el paquete de medidas anunciadas constituye un esfuerzo importante del lado fiscal, reorientando el gasto público y haciendo un espacio para el apoyo al sector productivo, sin poner en riesgo el objetivo de estabilidad macroeconómica.

-¿Hay margen para aplicar otro tipo de medidas si la situación es peor a la prevista?

-Aún no se puede determinar con exactitud el impacto de la crisis internacional en la economía uruguaya. Las medidas anunciadas responden a una evaluación de la situación actual y del escenario más probable para el 2009. No descartamos medidas adicionales si la situación lo amerita. De todas formas, debemos reconocer que el margen fiscal para nuevas acciones de apoyo al sector productivo es escaso. Dependerá de la situación de las cuentas públicas, de la marcha de la recaudación y de las posibilidades de acceso a financiamiento externo.

-¿Se piensa recurrir al mecanismo de topear la ejecución del gasto -previsto en la ley de Presupuesto- para disponer de otro tipo de recursos?

- Se trata de un mecanismo extremo que esperamos no tener que utilizar. Hemos optado por pedirle a los ministerios y empresas públicas que ellos mismos elaboren, en base a lineamientos generales, un plan de reducción de gastos no prioritarios para 2009. Estos ahorros generarán un espacio para financiar las medidas de apoyo a los sectores productivos. Son los directores de cada Unidad Ejecutora los que están en mejores condiciones de sugerir dónde y cómo se reducen determinados gastos. El criterio general es proteger los gastos sociales y las inversiones.

-Economía ha manejado que otro de los motores de la economía en 2009 será la inversión. Se dieron a conocer problemas en empresas que planean invertir en Uruguay (Río Tinto anunció el recorte de 14.000 empleados, Ence dice que va a construir su planta a un ritmo menor en Uruguay) ¿cambia el panorama o siguen proyectando lo mismo?

-Es natural que como consecuencia de la crisis financiera internacional algunas inversiones se vean demoradas, particularmente aquellas que cuentan con financiamiento externo. Este puede ser el caso de Ence, empresa que de todas formas ha anunciado su intención de seguir con su proyecto en Uruguay. En el caso de la empresa minera Río Tinto, ha anunciado el comienzo de las obras en los próximos meses.

-Se espera un incremento de la inversión entonces.

-A pesar de la crisis internacional creemos que el crecimiento de las inversiones continuará, aunque a un menor ritmo que el registrado en 2008. Hasta noviembre la Comap, el organismo que fija los beneficios tributarios en el marco de la Ley 16.906, había aprobado proyectos de inversión por unos US$ 1.000 millones. Esperamos cerrar el año con un monto de inversión promovida de US$ 1.200 millones. Casi un 50% de estos proyectos ya comenzaron a ejecutarse este año y difícilmente se detengan. Buena parte de los proyectos se financian con fondos propios o con crédito doméstico. En la medida que el sistema bancario uruguayo continúe funcionando normalmente, esperamos que las empresas no tengan problemas para financiar sus inversiones. Además, hay que destacar que entre las medidas de apoyo al sector productivo se incluye un estímulo especial para las inversiones que se realicen en 2009. A todo esto hay que agregar las mayores inversiones que se puedan realizar en el marco de concesiones o asociaciones público-privadas.

-Hasta el momento el empleo no se ha visto sustancialmente afectado por la crisis internacional, ¿qué proyecciones manejan para el año próximo?

-Es probable que, en un marco de menor crecimiento económico y mayores incertidumbres, las empresas adopten una actitud más cautelosa en materia de contratación de personal. Considerando promedios anuales, creemos que el número de ocupados en 2009 puede mantenerse en un nivel similar al año anterior. Esperamos un moderado aumento de la tasa de desocupación, principalmente en los sectores exportadores más afectados por la caída de la demanda mundial. En 2009 la tasa de desempleo podría ubicarse un punto por encima del promedio de este año, pero por debajo del objetivo de 10% que se había planteado esta administración.

Nombre: Andrés Masoller Ottieri

Cargo: Subsecretario de Economía y Finanzas

Profesión: Doctor en Economía

Es uno de los técnicos que desde 2005 integra el Ministerio de Economía desde la Asesoría Macroeconómica y que el 18 de septiembre pasado asumió como número dos de la cartera en un contexto internacional por demás complicado. Entre 1999 y 2005, se desempeñó co-mo Jefe de Departamento de Análisis de Coyuntura, del Área de Investigaciones Económicas en el Banco Central. También desde 1999 hasta la fecha ejerce la docencia como Profesor Agregado -grado 4- del área de Macroeconomía y Finanzas de la Maestría en Economía Internacional del Departamento de Economía. Egresado en 1989 de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Udelar con el título de Licenciado en Economía, obtuvo luego un PhD de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) en 1996.

El subsecretario de Economía, Andrés Masoller adelantó a El País que "se van a aprovechar las ventanas de colocación (de deuda) que se abran en los próximos meses" para emitir.

Masoller explicó que "el Estado uruguayo está cubierto, no enfrenta dificultades de financiamiento en los próximos dos años" y que "las proyecciones de financiamiento para los próximos dos años se realizaron bajo el supuesto más conservador, es decir, que no fuera posible acceder a los mercados internacionales durante ese lapso".

De todas maneras, se quiere "aprovechar" las posibilidades que se presenten de emitir deuda en el mercado internacional, porque "el objetivo de esta administración es entregar al próximo gobierno una situación financiera lo más despejada posible, de forma de aumentar su margen de maniobra", afirmó.

"No queremos repetir la historia de 2005. Cuando este gobierno asumió teníamos una caja que alcanzaba sólo para financiar los vencimientos (de deuda) de los siguientes dos meses", espetó.

Consultado al respecto de si en este contexto la estrategia de desdolarización de la deuda quedaba en un segundo plano, el funcionario respondió que esa estrategia "se construye lentamente".

"En momentos de gran incertidumbre de los mercados es natural que primen otros objetivos de más corto plazo, como son la necesidad de asegurar el financiamiento del Estado y mantener la estabilidad macroeconómica", agregó.

Si bien desde la oposición surgen algunas voces críticas respecto al aumento del endeudamiento, el subsecretario de Economía aseguró que "la deuda neta del sector público (obligaciones menos reservas del país) se reducirá a la mitad en este período de gobierno: desde casi 70% del PIB en 2004 a menos de 35% del PIB en 2009". Recordó que en la Rendición de Cuentas se preveía que bajara más, "pero la evolución del tipo de cambio en los últimos meses determina que se reduzca el ritmo de caída".