En 2024, la economía uruguaya tendrá ¿viento de cola o de frente? Lo que dicen los analistas

Dos guerras en el mundo, elecciones en EE.UU., baja de tasas de la Fed, crecimiento más tibio de China, nueva política con Milei, Brasil con buena actividad, ¿cómo queda Uruguay en ese contexto?.

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Cultivos de soja
Producción agraria<b>: </b>si no surgen contratiempos, habrá buena cosecha en el país este año.
Foto: AFP

El panorama económico mundial luce complicado, con dos guerras en proceso (la de Rusia-Ucrania y la de Israel-Hamás), que comprometen los recursos de los países líderes que envían ayudas y también impactan los precios de los commodities, en un año que además tendrá la mayor cantidad de elecciones en la historia y, por ende, podrían cambiar ciertas políticas, con repercusiones en terceros.

No obstante, analistas proyectan que los riesgos para el crecimiento mundial (si no surgen otras variables imprevistas) están equilibrados, habrá moderación de la inflación a nivel global y un crecimiento insuficiente pero firme.

Según organismos internacionales, el mundo ha demostrado resiliencia económica. Y Uruguay será uno de los países de la región que quedará mejor parado, dado que cuenta con herramientas para hacer frente a vaivenes externos, por su estabilidad jurídica y sus mercados diversificados (dentro de las limitaciones del Mercosur). De hecho, el Banco Mundial ajustó sus previsiones de crecimiento de la economía uruguaya al alza, al pasarlas de 2,8% a 3,2 % para 2024.

Aldo Lema, economista y socio de Vixion Consultores, afirmó a El País que “es muy probable que 2024 traiga inicialmente, desde el entorno global, cierto impulso (o menos desimpulso) para la región, pero mayores riesgos (geopolíticos y otros), cuya eventual materialización reafirmaría la expectativa de una segunda mitad de la década muy compleja”.

El contexto es el siguiente: la actividad mundial se mantendría creciendo en torno a 3% favorecida por la expansión extendida de Estados Unidos cerca de 2,5%, la estabilización del crecimiento de China alrededor de su potencial (5%) y la prolongación del dinamismo de India (en el entorno de 6%).

“Las condiciones financieras podrían ser algo menos restrictivas y los términos de intercambio se mantendrían estables en niveles relativamente favorables”, proyectó Lema. “Pero ese escenario sería de corta duración, en función de las posibilidades electorales de Donald Trump (en Estados Unidos) y las expectativas sobre su política económica, de resultar electo”, agregó.

José Antonio Licandro, economista y docente universitario, dijo a El País que este va a ser un buen año para Uruguay, pero el escenario externo será cada vez más incierto. “Siempre que hay más riesgos e incertidumbre, aumentan los costos. Uruguay debería cerrar incertidumbres domésticas, alivianar su mochila y aumentar su productividad”, señaló.

Deborah Eilender, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), en diálogo con El País, proyectó que “el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay compensará la desaceleración que vivió en 2023, e incluso podría llegar al 3,5% o 4% de alza”. Esto ocurrirá fundamentalmente por factores internos favorables, como el dejar atrás la sequía que afectó la producción del agro y las exportaciones en 2023, y la plena actividad de la nueva planta de UPM y del ferrocarril central, entre otros.

Alertas

Existen dos grandes interrogantes que pesan en la economía mundial, incluyendo a Uruguay: el precio de los commodities (ya estuvo afectado por el ataque de los hutíes al transporte de carga internacional en el Mar Rojo) y, como señaló Lema, las elecciones en EE.UU. si gana Trump, del que se esperan decisiones que afectarían las tasas de interés.

“Es alta la probabilidad de que Trump reedite un enfriamiento o guerra comercial con China, que se enfrente a la Reserva Federal (Fed), como ya lo hizo en el pasado, u otras acciones que llevarían a un aumento del precio del dólar, al debilitamiento del crecimiento mundial incluyendo a América Latina, y a la salida de capitales de esta región”, dijo Lema. Pero está por verse si Trump regresa o no a la Casa Blanca, y qué posición tomará. Aún en ese caso, la estabilidad jurídica sería un factor favorable a Uruguay para los capitales extranjeros.

Donald Trump
Donald Trump
Foto: AFP

Sobre el precio de los commodities, Eilender recordó que en 2023 hubo una disminución importante del precio internacional de la soja, el trigo, la carne, pero también bajó el precio del petróleo (en el marco de una desaceleración de la economía mundial y de normalización del suministro de energía a Europa tras la guerra en Ucrania).

“Ahora, en lo que va de este año, con la situación en Medio Oriente, vemos que el precio del petróleo Brent tuvo un alza de más del 5%, pero todavía se mantiene por debajo de los valores de octubre pasado, por lo cual hará que ver qué pasará: si el precio del petróleo aumentará más rápidamente que el de los alimentos, lo que sería desfavorable para Uruguay, o a la inversa”, agregó.

Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales en la Universidad Católica (UCU), dijo a El País, que el precio de los commodities no necesariamente aumentará (salvo sectores específicos), dado que existen restricciones en la demanda por el estancamiento de algunos países. Lo que sí prevé es volatilidad en los precios de los alimentos y combustibles.

“La mejor manera que Uruguay tiene de defenderse del entorno incierto es ampliando sus mercados, cosa que si uno se cae, hay otros”, recomendó Licandro.

En definitiva, los analistas afirman que, si bien Uruguay tendrá un buen año, las amenazas del entorno irán en aumento y será cada vez más grave el problema de la seguridad alimentaria mundial, por lo que el país debería seguir procurando ser más eficiente en el agro.

Argentina y Brasil

Grado de dinamismo de otros mercados

Licandro observó que hay factores negativos que pesaban sobre Uruguay en 2023 que se están revirtiendo, como el relativamente bajo crecimiento de China (uno de los principales destinos de exportación), la política monetaria de Estados Unidos y el diferencial cambiario con Argentina que ya no es tan grande. “Pero las guerras siguen y la incertidumbre de la globalización también. Los acuerdos comerciales que firme Uruguay serán fundamentales a futuro”, advirtió.

¿El viento que tiene Uruguay desde el exterior, será a favor o en contra en 2024? “Diría que es mixto, hay señales a favor de la parte financiera por las bajas de las tasas de la Fed, pero el precio de los commodities es de las mayores incertidumbres que puede haber este año”, resumió Eilender.

“Vemos un buen dinamismo de parte de India, que es un país al que hay que ponerle más el ojo en los próximos años”, acotó apuntando a la necesidad de diversificación de mercados por parte de Uruguay.

En otras palabras, los analistas coinciden en no habrá un gran impulso económico en la región ni gran “desimpulso”, y que se requieren medidas para salir de ese crecimiento “neutro” que marcará a las economías.

“Se prevé entre cuatro a seis bajas de la tasa de interés de la Fed en 2024. Esto podría traer implicancias financieras positivas para los países emergentes”, agregó la economista,

No obstante, el endeudamiento de Estados Unidos y Europa (por las guerras) pesará en la mirada y desembolsos que hagan en los países de esta región.

En cuanto a Argentina, con el gobierno de Javier Milei, rápidamente se está encareciendo con una inflación mensual por encima del 20% y un dólar relativamente estable, lo que favorece la recuperación de las ventas minoritarias en Uruguay; habrá que esperar otro tipo de impactos. Sobre Brasil, los analistas proyectan un empuje extendido, lo que es positivo para las exportaciones de Uruguay, por ser uno de sus principales socios comerciales.

Javier Milei.
Javier Milei.
Foto: AFP
Además

El foco puesto en la seguridad alimentaria

Que Uruguay cuide la buena cosecha en un mundo donde la seguridad alimentaria es más importante, resulta vital. “La única forma de mitigar los impactos externos que no podemos controlar, es haciendo bien nuestra tarea en lo interno”, dijo Bartesaghi, en alusión a seguir produciendo alimentos de calidad. Pero señaló que hay que resolver ineficiencias como los altos costos de producción y aprovechar otros mercados. “El impacto negativo de un entorno incierto, dependerá de cuán preparados estemos”, afirmó.

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