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Por empeoramiento del COVID-19 se frenó la recuperación de la economía, ¿qué esperar?

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Industria manufacturera. Foto: Archivo El País

URUGUAY

Según economistas consultados por El País, para el segundo trimestre del año se prevé que el PIB se mantenga relativamente estable, aunque señalaron que dependerá de la evolución de la pandemia.

En el primer trimestre del año la economía uruguaya cayó 0,5% desastacionalizada (frente al último trimestre de 2020), lo que significó un freno en la recuperación que traía luego del crecimiento desestacionalizado que había registrado en el tercer y cuarto trimestre de 2020.

A su vez, en la comparación interanual la economía acumuló el sexto trimestres consecutivo de caída, al retroceder yen enero-marzo 2,8% en comparación con el mismo período del año pasado-

De acuerdo con el informe Cuentas Nacionales divulgado en la tarde de ayer por el Banco Central (BCU), si se analiza el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre en comparación con el mismo período de 2020 se refleja que “incidió la emergencia sanitaria asociada al COVID-19, que continuó influyendo sobre la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de los establecimientos productivos”.

Sin embargo, según los datos del BCU la caída de la economía en los primeros tres meses del año “no fue generalizada en todas las industrias” sino que algunos sectores como el agropecuario, pesca y minería, industrias manufactureras y las actividades de la administración pública tuvieron un buen desempeño.

De forma contraria, el sector salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios, transporte y almacenamiento, información y comunicaciones, actividades profesionales y arrendamiento tuvieron una menor actividad en dicho período.

“El desempeño de la economía en el primer trimestre del año estuvo en línea con lo esperado. La caída en relación al último trimestre de 2020 marcó una pausa en la recuperación y ubicó al PIB un 3,6% por debajo del nivel pre-pandemia, una recuperación algo más lenta que en el resto de los países de la región. Argentina se ubica un 2,1% por debajo del nivel pre-pandemia y Brasil en el mismo nivel”, dijo a El País Nicolás Cichevski, gerente del Área de Consultoría Económica en Grant Thornton.

Según explicó Cichevski, el hecho de que las economías vecinas enfrenten un ritmo de recuperación mayor al de Uruguay tiene que ver con varios factores. Principalmente dado que en términos relativos “el deterioro de la situación sanitaria a partir de diciembre fue mucho mayor en Uruguay que en los vecinos”, por lo que “la recuperación del comercio y los servicios se frenó casi que completamente a partir de diciembre, a lo que se le sumó el impacto del turismo receptivo en enero y febrero, que en términos relativos es algo más relevante en Uruguay que en sus vecinos”.

Además, en el caso de Brasil, hubo un “fuerte estímulo fiscal” durante el año pasado que “ayudó a sostener el consumo interno”, añadió.

Con los datos del primer trimestre del año, se confirma que el comportamiento de la actividad económica “se está dando bajo la modalidad (gráfica de una) K”, afirmó a El País Ramón Pampín de la consultora PwC. ¿Qué significa ese tipo de recuperación? Que hay sectores de la economía que crecen y otros que caen.

En ese sentido, el economista Aldo Lema dijo en su cuenta de Twitter que “en el desempeño de la economía uruguaya del primer trimestre destacaron los crecimientos interanuales del agro (+10,4%), construcción (+3,3%) e industria (+0,7%), mientras que se contrajeron el comercio (-6%), suministro de electricidad, gas y agua” (EGA, -6,1% por efecto de la sequía) y sectores de servicios”.

De acuerdo con Pampín, si bien la dinámica de crecimiento “responde a factores coyunturales que no pueden traducirse en una señal de crecimiento de largo plazo”, estos seguirán estando “presentes como motores de crecimiento en el segundo trimestre”.

Sobre este punto destacó el impulso del sector agropecuario y la construcción. “En el primer caso, se da un crecimiento de la producción de ganadería de carne, de lechería y agricultura”, mientras que “en el segundo caso (el impulso de) la construcción está asociado a las obras directa e indirectamente ligadas a las obras de la tercera planta de celulosa (de UPM)”, explicó.

El economista integrante del Departamento de Análisis Económico de CPA Ferrere, Martín Casella, afirmó a El País que la contracción interanual del PIB en el primer trimestre “fue levemente inferior” a la estimación de la consultora que preveía una baja de 3,2% frente a igual período de 2020. Según Casella, el PIB del primer trimestre “pone un freno a la recuperación comenzada en la segunda mitad de 2020”.

Además, destacó el crecimiento del sector del agro y la construcción dado que “ambos sectores aumentaron tanto en la comparación con el primer trimestre de 2020 como con el mismo período de 2019”. Sin embargo, indicó que aquellos sectores “más sensibles al distanciamiento social y a las restricciones a la movilidad continúan rezagados”.

Ganado vacuno en el campo. Foto: Archivo
Ganado vacuno en el campo. Foto: Archivo

Florencia Carriquiry, socia de Exante dijo a El País que la “leve caída desestacionalizada” del primer trimestre “estuvo muy en línea” con lo estimado por la consultora. “Ya preveíamos que la recuperación que veníamos viendo en la segunda mitad del año pasado iba a tener cierto freno en el comienzo de este año”, indicó.

A su entender, un factor decisivo en la caída de la economía en el primer trimestre fue el cierre total de fronteras dado que “supuso un golpe muy duro” para el turismo en la temporada.

En base a los indicadores parciales disponibles para el segundo trimestre, Carriquiry señaló que estos “marcan que el agravamiento sanitario y las medidas tomadas por el gobierno a mediados de marzo habrían tenido un impacto negativo, pero moderado y bastante transitorio, en la movilidad y en la actividad de algunos rubros de consumo masivo”.

La socia de Exante afirmó que “probablemente a nivel de algunos servicios (como los de esparcimiento o la educación) el impacto habría sido más significativo”. Al mismo tiempo, destacó que “las exportaciones siguieron creciendo a muy buen ritmo, las perspectivas en al agro siguen siendo favorables y el proyecto de UPM habría seguido empujando la actividad de la construcción”.

Inversión se recupera al influjo de obras de UPM
Planta de procesamiento de celulosa de la empresa UPM en Fray Bentos. Foto: Daniel Rojas

En el primer trimestre, la formación bruta de capital aumentó 10,9% en comparación con igual trimestre del año anterior, con la formación bruta de capital fijo (inversión) como puntal, ya que creció 14,5% en el trimestre. Esto se asocia a las inversiones realizadas por la instalación de la segunda planta de celulosa de UPM y las obras del Ferrocarril Central y mayor importaciones de productos de propiedad intelectual, maquinaria y equipos eléctricos y vehículos automotores. Esto fue parcialmente compensado por caída en restantes obras de edificio y otras construcciones. “Es de destacar que continúa observándose una recuperación en la inversión impulsada por las grandes obras mencionadas anteriormente, rompiendo con la tendencia de los años previos”, afirmó Casella.

Consumo vuelve a caer por efecto de hogares

En el primer trimestre del año, El gasto de consumo final se reduce por cuarto trimestre consecutivo, en esta instancia un-2,4% respecto a enero-marzo de 2020. Esto se da como consecuencia de una caída en el consumo de los hogares (-4,2%), principalmente porque se reducen los gastos de consumo durante los viajes de turismo y los servicios de pasajeros. Esta caída es parcialmente compensada por un mayor consumo del gobierno, que se asocia a un mayor gasto de servicios de educación pública (por más cantidad de clases presenciales) y de servicios de salud.

A su vez, las exportaciones se reducen 13,3% en la comparación interanual. Se incrementan la exportaciones de bienes, (especialmente de carne, rolos de madera y trigo) mientras que disminuyen las exportaciones de servicios (por una caída en el turismo receptivo). En este último “vemos una señal negativa de mediano-largo plazo que puede persistir algunos trimestres más”, dijo Pampín.

Las estimaciones para el segundo trimestre
Soja. Foto: Archivo El País

En relación a las perspectivas para el segundo trimestre, los economistas consultados señalaron que si bien el nivel de incertidumbre aún es elevado -por la situación sanitaria-, el PIB se mantendría relativamente estable en los meses de abril a junio. “Es esperable que la recuperación de la economía mantenga el patrón actual, con una fuerte incidencia positiva de los sectores agroexportadores, industria y construcción”, señaló Cichevski.

En este sentido, el economista indicó que la venta de energía eléctrica y de gasoil durante abril y mayo “anticipan un buen desempeño de la industria y el agro, mientras que la venta de energía a comercios y servicios continúa fuertemente afectada y confirmaría que el sector continuó sin recuperarse en el segundo trimestre”. Desde Grant Thornton corrigieron al alza su estimación preliminar de crecimiento al pasar de una proyección de 2,4% a 2,6% para 2021.

En tanto, según Carriquiry, en Exante prevén “una relativa estabilidad del PIB” para el segundo trimestre “o a lo sumo un muy ligero descenso adicional” y afirmó que la economía uruguaya retomaría el crecimiento a partir de la segunda mitad del año. Las últimas proyecciones de la consultora apuntan a un crecimiento promedio anual de 2,7%, que contempla aproximadamente un punto del PIB de contribución de la segunda planta de celulosa de UPM.

“Esta cifra podrá tener algún ajuste pero a nuestro juicio la economía uruguaya va a mostrar un crecimiento bastante moderado en el promedio de este año, que nos dejará en términos de promedio anual con un PIB todavía 3% o 3,5% menor al de 2019, además de una situación sectorial muy heterogénea”, concluyó Carriquiry.

Desde CPA Ferrere Casella puso el foco en el nivel de incertidumbre ligado a la evolución de la crisis sanitaria y señaló que “el eventual ingreso de nuevas cepas” de COVID-19 “llevaría a que algunas restricciones tuvieran que mantenerse por un período más extenso al previsto, lo cual afectaría la velocidad de recuperación”.

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