Diferencias en el gobierno por nuevo valor de BPC

Las demoras en la definición de cuánto se ajustará al alza la Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC) se deben a diferencias entre las posiciones de los ministerios de Trabajo y de Economía.

Una fuente de la Dirección de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo dijo a El País que han "agotado todo los medios posibles" para llegar a un acuerdo. Al no tener éxito, dejarán de mantener reuniones con ese fin y la negociación pasará a realizarse directamente entre ministros, indicó el informante.

Pese a la voluntad de que el ajuste se concrete esta semana, hay incertidumbre ya que los ministros Fernando Lorenzo y Eduardo Brenta están de licencia, si bien el primero está "a disposición".

El representante de los trabajadores en el Banco de Previsión Social, Ariel Ferrari, reclamó la semana pasada más celeridad al gobierno para poder hacer la liquidación de las prestaciones que da el organismo a tiempo para pagar en febrero.

A su vez, puso sobre la mesa un reclamo del Pit-Cnt, que la central sindical dejó expreso ayer en un comunicado firmado por sus coordinadores. "Los trabajadores esperamos que en esta oportunidad el Poder Ejecutivo ajuste la BPC en un porcentaje sensiblemente superior a la inflación", dice el texto, y se reclama "sensibilidad de parte del Gobierno". Trabajo ha sido receptivo ante el pedido, pero en Economía no lo comparten.

El director de secretaría de Economía, Pedro Apezteguía, dijo a El País que la solución no debe ser aumentar la BPC en mayor medida para buscar soluciones "al barrer" sino que se debe estudiar caso por caso las prestaciones y ver si es necesario aumentar el número de BPC a las que equivalen, como ya está planteado para el mínimo imponible del IRPF y el IASS.

La BPC es una referencia para determinar el valor de algunas prestaciones y las condiciones para acceder a las mismas, así como las franjas de ingreso que determinan el pago de impuestos (ver aparte). Hoy equivale a $ 2.226, luego de que subiera 8% a inicios de 2011. El gobierno se ha inclinado desde 2005 por subas similares a la inflación, lo que llevó a que el salario medio actual supere en 30% la BPC, por lo que los trabajadores elevan sus aportes al fisco y otros reciben menores prestaciones o las pierden.

Entre las prestaciones que dependen de la BPC están los topes de subsidio por desempleo (8 BPC) y por enfermedad (5 BPC), pensiones graciables (4 BPC), asignaciones familiares (se dan según topes de ingreso fijados en BPC) y jubilación mínima. A su vez, incide en mínimos no imponibles de IRPF y IASS (7 y 8 BPC) y sus franjas.