Redacción El País
Uno de los errores más frecuentes que cometemos a la hora de pensar en nuestrasfinanzas personales es asociar el dinero con esfuerzo, bajo la premisa den que si trabajamos más horas, ganaremos más dinero. Sin embargo, es clave entender cómo unir nuestras necesidades y recursos con soluciones y de esta manera, encontrar y aprovechar oportunidades que, en algunos casos, pueden pasar desapercibidas para muchos.
Cambiar nuestra realidad financiera no es sinónimo de ahorrar más o trabajar el doble, sino que un primer paso requiere generar un cambio en nuestra mentalidad sobre cómo percibimos el dinero. Para esto, revisaremos algunos obstáculos que nos imponemos mentalmente en el ejercicio de “querer ganar más dinero” y comenzar a establecer una relación más saludable con nuestros ingresos y el trabajo.
A la hora de encontrar nuevas formas de aumentar nuestros ingresos, en la mayoría de los casos se pierde dinero por una serie de malas decisiones y no por falta de capacidad. Para evitar esto, es importante derribar antiguos mitos que nos hacen creer que por trabajar más, percibiremos más dinero y comenzar a cuestionar este tipo de ideas que solamente nos generan cansancio y nos hacen caer en sistemas y formas erróneas.
Ese escenario también nos lleva a una de las creencias más peligrosas del mundo financiero: creer que el éxito económico depende de predecir los máximos y mínimos perfectos. Sin embargo, generar mayores ingresos se trata de construir y adoptar hábitos que no requieran solo del esfuerzo físico ni de una capacidad de adivinar el futuro.
Para esto es fundamental comenzar a observar el dinero, no como un premio por trabajar más, sino como un resultado de entender mejor el sistema; cómo aplicar nuestros recursos y tomar decisiones sin dejarnos llevar por las emociones.
Dinero fácil
Creer que podemos adquirir más plata de forma fácil es una de las trampas más comunes en las que solemos caer. Los billetes de lotería, apuestas y juegos de azar son algunas de los instrumentos más populares que alimentan esta creencia. Resulta tan sencillo como comprar un número y dejar que la suerte haga lo suyo, pero la realidad es que esa suerte no es más que estadística.
Según el profesor de la Facultad de Ciencias Universitarias de Chile, Victor Muñoz, existe una probabilidad en 4.5 millones de ganar la lotería. A pesar de que lo que vemos es el número vencedor y la felicidad de haberlo conseguido, nadie habla ni muestra la cantidad de dinero que se perdió con la fantasía constante de encontrar ese billete.

Otra de las maneras de conseguir dinero de forma sencilla es en el mundo de las inversiones, donde la gente suele depositar plata e ilusiones en una empresa que -según otros- duplicaría lo invertido en unas pocas semanas.
Esto ocurre cuando nos dejamos llevar por comentarios y experiencias de terceros que pueden resultar atractivas y que quizás nos hacen creer que puedan sacarnos de un aprieto económico. Sin embargo, en este escenario también es fundamental medir los riesgos y marcar una estrategia definida para invertir los ingresos.
Ser productivo
Una infinidad de veces tendemos a pensar que si no trabajamos y simplemente dejamos que el cuerpo descanse, “es un día perdido” y lo tenemos tan instaurado en nuestra vida cotidiana que casi no se cuestiona.
Para combatir esto, existen tres áreas clave para generar ingresos y es la relación entre el cuerpo, las ideas y el dinero.
Uno de los errores más comunes es centrarnos en el esfuerzo físico ya que “si no hacemos nada” tendemos a sentir culpa o ansiedad. El primer paso para deshacernos de esa creencia es calcular el tiempo en el que realmente trabajamos, sin viajes, reuniones y otras tareas en el medio. Casi la mayoría de nuestro tiempo se va en actividades paralelas al trabajo que no suman y terminan por agotarnos.
Una buena opción para quienes tienen la posibilidad es adoptar la modalidad de teletrabajo ya que implica un menor nivel de estrés y ganamos tiempo y dinero que normalmente utilizaríamos para trasladarnos a la oficina.
Ese tiempo resulta clave ya que podremos convertirlo en dinero a través de ahorros, inversiones y nuevos proyectos y poner en funcionamiento el área económica ahorrando a través de opciones más seguras como depósitos a plazo fijo, cajas de ahorro o fondos comunes.

Para alcanzar esto es importante encontrar mecanismos para cumplir nuestras obligaciones que requieran una menor intervención: que escalen, que estén automatizados y que no requieran de la presencialidad. Productividad no se trata de trabajar más, sino de hacerlo mejor y de esta manera, lograremos convertir nuestras ideas en ingresos.
Comprar y vender
Una tercera creencia errónea es caer en que hay que “comprar en los mínimos y vender en los máximos” y aunque pueda parecer lógico puede ser peligroso. Todas nuestras decisiones financieras requieren un análisis y estrategia previo para no cometer errores.
La ilusión de acertar el momento exacto para comprar y vender ha costado varias experiencias, pero eso no es invertir, sino que parece más magia que lógica.
Si bien la Bolsa de Valores no es un juego de azar, muchos la viven como tal y se estima que el 95% de los traders termina perdiendo dinero, aunque en la realidad el abandonan antes de los dos años y luego de los cinco sobrevive solo el 7%, que en porcentaje puede ser aún mayor. De hecho, existen estudios de Brasil y Taiwán que muestran lo complejo que es hacer trading: el 80% de quienes lo intentan, su mayoría cuentan con importantes pérdidas.
Aún así, el mercado continúa recibiendo jugadores y cada vez más jóvenes, que se ven atraídos por el dinero fácil y rápido como si fueran a predecir el futuro. Esto se genera por el famoso “refuerzo aleatorio” que consiste en que unas primeras rachas pueden hacernos creer que descubrimos la fórmula secreta para ganar cada vez más dinero.
Gestionar ingresos sin ansiedad y culpa
Alcanzar un bienestar financiero no se trata de tener mayores ingresos sino de gestionar de mejor forma nuestras herramientas. Para ello es importante establecer un control entre los ahorros, gastos e ingresos personales.
Esto se puede ver obstaculizado por algunos comportamientos impulsivos que son resultado de no tener una planificación y control de nuestros ingresos. Ahorrar es un hábito saludable que genera una mejor relación con el dinero, por lo cual es importante definir la forma que más se adapte a nuestras necesidades de ahorro.
No saber decir que no a algunos compromisos sociales o incluso desear plata rápida y fácil -que en oportunidades puede derivar en trastornos como la ludopatía- nos hace caer en pensamientos rumiantes que nos generan ansiedad y culpa. Por este motivo, es fundamental establecer una relación clara entre nuestros ingresos y gastos mensuales.
Tener objetivos claros e informarnos de la manera más completa posible sobre cómo ahorrar es otra clave para alcanzar el bienestar financiero. Además, es importante recordar que cada gasto es parte de una serie de decisiones y prioridades que están directamente vinculadas a rasgos de nuestra personalidad.
Conocer nuestras tendencias y conductas en torno a nuestras finanzas nos ayuda a evitar pensamientos negativos que alimentan sentimientos de frustración y nos atrasan en generar un plan de acción para administrar nuestros recursos de manera correcta.
La Nación/GDA