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¿Alcanzan las reservas de Uruguay para cubrir una hipotética crisis como la del 2002?

El Banco Central hizo un análisis del nivel de “reservas de confort” y su suficiencia para hacer frente a diversos riesgos en forma simultánea.

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Banco Central del Uruguay (BCU)
Banco Central del Uruguay (BCU).
Foto: Darwin Borrelli

La crisis de 2002 supuso la ocurrencia simultánea de una corrida bancaria, cambiaria y problemas de liquidez para hacer frente a la deuda pública. A poco más de 20 años, ¿qué tan preparado está Uruguay desde el punto de vista de sus reservaspara atravesar un temporal económico-financiero de esa magnitud?

El Banco Central del Uruguay (BCU) realiza periódicamente una evaluación de las reservas que administra y su suficiencia para hacer frente a diversos riesgos en forma simultánea.

El Central denomina nivel de “reservas de confort” al monto precautorio de dinero (activos externos) que le permitirían cubrir la ocurrencia simultánea de una serie de riesgos. Para saber cuáles son las “reservas de confort”, un trabajo de los servicios técnicos del Central (Umberto Della Mea, Daniel Dominioni, Ana María Ibarra y Gerardo Licandro) identificó ante una situación crítica, con un 99% de probabilidad, el tiempo máximo en el que el BCU no tendría acceso al mercado en moneda nacional y el gobierno no tendría acceso al mercado internacional.

El trabajo de los técnicos del BCU analizó lo ocurrido entre 1999 y mediados de 2010.

En el caso del BCU, ese lapso sería de cinco meses sin la posibilidad de emitir Letras de Regulación Monetaria (un título de deuda que utiliza la autoridad monetaria para quitar pesos uruguayos del mercado) debido a tasas de interés pedidas por el mercado demasiado elevadas. A su vez, para el gobierno, el lapso sin acceder a los mercados internacionales, sería de un máximo de 13 meses.

Para el BCU en esos cinco meses habría presiones sobre la tasa de interés, el tipo de cambio y el nivel de precios.

Por otro lado, en los 13 meses que el gobierno no tendría acceso a emitir deuda en los mercados internacionales, se deben prever los vencimientos de deuda de ese período y atender un mayor déficit fiscal.

El último riesgo a cubrir, es el de una corrida bancaria, es decir el retiro de depósitos en moneda extranjera durante ese período de 13 meses.

En el Informe de Política Monetaria del primer trimestre, “el ejercicio basado en la metodología de reservas de confort muestra que a fines de febrero de 2023 el BCU hubiera requerido US$ 12.671 millones para enfrentar la ocurrencia simultánea de una serie de riesgos” como los mencionados.

El informe detalló que para cubrir los riesgos monetarios y cambiarios se necesitarían US$ 4.594 millones (de los que US$ 4.060 millones corresponden al servicio de deuda del BCU).

A su vez, para atender los riesgos del sector público no financiero (pagos de deuda más déficit fiscal primario del gobierno central y el Banco de Previsión Social) se necesitaban US$ 3.329 millones.

Por otro lado, los riesgos del sistema financiero implicaban la necesidad de US$ 4.748 millones.

¿Las reservas son suficientes como para cubrir esos riesgos? A fines de febrero pasado, “el stock de activos de reserva del BCU se ubicaba en US$ 15.741 millones”.

Por tanto, el ejercicio determina una “holgura de US$ 3.070 millones”, lo que “representa una posición financiera muy sólida”, dijo el informe.

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