Un enemigo de los bolsillos de último momento: fuertes aumentos en productos básicos

Compartir esta noticia
Aumento de harina
Elmallian, Lucas

HARINA

Según fuentes del sector, el tiempo transcurrido entre el aviso y la suba "no dio ni para procesarla". En tanto, según el CIPU seguirá “el curso normal como cualquier cosa que aumenta”.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.

A raíz de la pandemia de COVID-19, el precio de los commodities a nivel mundial tuvo una suba que, en casos como la carne o la soja, beneficiaron las exportaciones de Uruguay. Sin embargo, debido al alza del trigo, en el mercado interno, la harina aumentará hoy su precio entre 15% y 20%, repercutiendo en diversos productos, afirmaron a El País fuentes del sector. Esto impactará directamente en los bolsillos de los uruguayos.

“Magos no somos. Los commodities a nivel mundial han subido en todos lados, con el azúcar ya pasó, con el crudo también, la soja sube. Todavía, aparte de todos los problemas de traslado que hay, aparte de todo lo que está pasando, la harina hace dos años que no subía”, afirmó Álvaro Pena, presidente del Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU).

En este sentido, fuentes del sector de los panificados explicaron que el aumento es de US$ 2 por bolsa, para todas las harinas y “para todos en general”. Cada bolsa contiene 25 kilos, y previo al aumento podían valer en entre US$ 15 y US$ 20 cada una, dependiendo del tipo de harina, señalaron.

Asimismo, Pena explicó que una panadería artesanal “tipo”, que tiene venta en mostrador, utiliza entre 80 y 100 bolsas mensuales.

“Para nosotros el precio de la harina, lo que nos incide en el producto final, es entre un 14% y un 18%, no más que eso. Tenemos otros insumos y otros costos más importantes que la harina. Al ser panaderías artesanales nos pegan más los salarios, las leyes sociales y los combustibles, que la harina”, sostuvo.

De todas formas, fuentes del sector señalaron que el aumento no cayó bien en algunas panaderías, ya que al solicitarle a los molinos que se les mantuviera el precio por el mes de diciembre o que se acordaran las compras previo al aumento y que luego se les entregara la harina, la respuesta fue negativa. Las compras que se quisieran realizar con el precio anterior a la suba, debían realizarse y entregarse previo al día de hoy.

“Como empresa tenés ventas pactadas a determinado precio, por ejemplo una licitación, en donde entrás y tienen previsto un ajuste de precios, pero no son todas y tampoco el ajuste contempla un aumento del 15% o 20% de materia prima”, indicó una fuente.

En tanto, Pena señaló que Uruguay es “tomador de precios”, por lo que este aumento se traslada al producto final, siguiendo “el curso normal como cualquier cosa que aumenta”.

En este sentido, contó que el jueves se reunió el CIPU para evaluar la suba de precios en los panificados y acordaron que esta será de 7% promedio, en donde algunos productos superarán este porcentaje y otros estarán por debajo del mismo, a partir de enero de 2022.

Previo a esta reunión, las subas sugeridas para las panaderías socias de la CIPU se estimaban en 7,68% para el pan, 4,93% para la factura y 4,96% para las galletas.

“Esto es un aumento que le pega a todos los que elaboran panificados, porque hay aumentos que a los informales no les pega. Aumentan las leyes sociales, aumentan los combustibles, aumentan los salarios, ese tipo de cosas no les pegan, porque no se rigen por nada de eso. Pero la harina le aumenta a todos, o sea que a la informalidad también. Le va a aumentar al ama de casa que va a comprar la harina en el supermercado”, señaló Pena.

¿Qué dicen los molinos?

Por el otro lado, Diego Moreni, secretario de la Gremial de Molinos de la Cámara Mercantil de Productos del País, explicó que el principal motivo de esta suba es el aumento del precio del trigo que, entre noviembre y diciembre de 2020, se compraba a entre US$210 y US$220 la tonelada, y ahora se adquiere a entre US$280 y US$290 la tonelada.

“Hay que saber que de cada kilo de trigo se sacan 750 gramos de harina. Hay una merma en el proceso. Es decir que en el rango inferior estamos hablando de un aumento US$ 85. Eso impacta en más de US$ 110 en la tonelada de harina”, sostuvo Moreni.

Del mismo modo, explicó que la suba en el correr del año “es clara”, en donde si bien hubo mesetas, en julio se vieron segmentos de precios de US$ 240-US$ 280, de mediados de agosto a fines de octubre fue US$ 245-US$ 285, subiendo paulatinamente hasta fines de noviembre que alcanzó el precio actual de US$ 280-US$ 290.

En tanto, señaló que el impacto de esta suba en los productos “es difuso, difícil de cuantificar”, porque depende de la participación que tenga la harina en cada producto farináceo, como pan, galletas, alfajores, pastas, entre otros. Asimismo, sostuvo que depende de la estructura de costos de la propia empresa, ya que no es lo mismo para una panadería tecnificada o industrial, donde la materia prima “pesa mucho”, a una artesanal que tiene más incidencia el costo de mano de obra que la harina en sí.

Por otro lado, fuentes del sector explicaron que ante esta suba se han comenzado a manejar diferentes alternativas como la posibilidad de “hacer un centro de compras” entre panaderías de tamaño medio.

Del mismo modo, se ha hablado sobre la posibilidad de importar tanto harina como trigo de Argentina, pero esto tiene el detrimento de tener que hacerse al contado, a diferencia de las compras locales, en donde el molino puede acordar determinados créditos para la panadería. También, señalaron que los panificados son “sensibles” a cualquier cambio en la harina, pudiendo repercutir en la calidad del producto.

Los importados preocupan a las panaderías industriales

“Para nosotros, el precio de la harina no es el principal insumo que nos pega. Si nos decís que sube un 20% de salarios, es otra cosa, si me decís que es un 20% de otras tarifas, pega de otra manera, pero la harina no. Capáz que para la industria sí, pero para nosotros no. La industria, una de las preocupaciones que tiene ahora, son los productos importados”, sostuvo Pena.

En este sentido, fuentes del sector han señalaron que este aumento “no colabora”con la competitividad frente a productos que se traen de otros países de la región, los cuales se encuentran a la venta a “precios irrisorios”.

“La industria ha estado trayendo panes de otros lados. Con nosotros, teniendo a dos monstruos como tenemos al lado, la parte nuestra se hace difícil, porque los volúmenes que manejamos nosotros, en cualquier país vecino es prender la maquinita 20 minutos más y produce para Uruguay. Compran a otros niveles, compran a otro precio. Para la industria, hemos escuchado que están más preocupados por los importados. Que están llegando muchos panificados de Brasil, Argentina y Paraguay”, agregó el presidente del CIPU.

“La industria ha estado trayendo panes de otros lados. Con nosotros, teniendo a dos monstruos como tenemos al lado, la parte nuestra se hace difícil, porque los volúmenes que manejamos nosotros, en cualquier país vecino es prender la maquinita 20 minutos más y produce para Uruguay. Compran a otros niveles, compran a otro precio. Para la industria, hemos escuchado que están más preocupados por los importados. Que están llegando muchos panificados de Brasil, Argentina y Paraguay”, agregó el presidente del CIPU.

Asimismo, sostuvo que las panaderías artesanales hoy no “viven solamente de los panificados”, sino que han tenido que incorporar otros productos, llevando a que “en el costo final de la panadería, los panificados son un ítem más”, a diferencia de las panaderías industriales.

En tanto, Pena señaló que en enero va a haber aumentos de salarios, por lo cual se van a ver impactados nuevamente en sus costos, pero explicó que el aumento sugerido acordado la semana pasada, contempla esta variación en el costo de la mano de obra.

Del mismo modo, afirmó que la variación de precios en los productos, se verá en la estructura de costos de cada empresa y la capacidad que estas tenían de poder almacenar o comprar harina previo a esta suba.

El sector no sufrió “tanto” la pandemia

A diferencia de sectores como el turismo, que se vieron impactados seriamente por la crisis sanitaria, fuentes del sector de panificados señalaron que al estar en el rubro de la alimentación y como “la gente sigue comiendo, capaz que no va tanto a comer a un restaurante, pero va al supermercado y compra, la pasás un poco mejor que otros. Se sintió la baja de las ventas. Ahora se está recuperando. Esta situación puntual no ayuda a que se recupere”. Asimismo, señalaron que “casi” alcanzan los números pre pandemia.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar