El exceso de ropa en el mundo genera impactos en el ambiente y la economía a partir de la llamada “moda rápida”: un modelo de negocios que busca producir prendas al por mayor en la menor cantidad de tiempo posible. No solo se estima que los materiales utilizados para la producción de estas prendas pueden durar entre siete y 10 usos, sino que la predisposición social a la compra de nuevos artículos es cada vez mayor y más transitoria.
Por este motivo, los emprendedores de locales de segunda mano en Uruguay encontraron una necesidad clara en el mercado: buscar una alternativa económica y sustentable en el mundo de la moda.
Era mío fue el primer local de segunda mano en Uruguay que surgió en 2001 a partir de la necesidad de brindarle más usos a la ropa de niños. Así lo explicó la dueña del emprendimiento, Maria José Pérez, a El País.
En la actualidad, el negocio de la ropa de segunda mano es una opción cada vez más elegida por los uruguayos debido al concepto de sustentabilidad que adquirió. Sin embargo, según contó Pérez, se debieron romper con ciertos paradigmas sociales al proponer el nuevo negocio como una forma de reutilizar y reciclar.
Un problema ambiental
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (Unctad), la industria textil es la segunda más contaminante del mundo y solo entre el 2000 y 2014 la producción de ropa se duplicó.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostiene que la producción total de prendas y accesorios genera alrededor del 10% de dióxido de carbono a nivel mundial.
Además, uno de los temas más polémicos en la industria textil es el uso de agua potable. A propósito, la ONU estimó que confeccionar un par de jeans requiere 7.500 litros de agua.
Por este motivo, el organismo sostiene que la producción total de prendas nuevas utiliza alrededor de 93.000 millones de metros cúbicos cada año, por lo que considera que la industria es responsable del 20% del desperdicio de agua a nivel global.
La directora de la plataforma Vopero, Maggie Ferber, sostuvo que el concepto de consumir ropa se basa en la experiencia de estrenar prendas y agregó que “no existe diferencia entre una nueva y una como nueva”, si está en perfecto estado.
En ese sentido, Ferber explicó que las mujeres utilizan alrededor de un 30% de lo que tienen en el ropero, mientras que el 70% restante está archivado desde hace un año o más. Además, agregó que la cantidad de ropa producida hasta la actualidad es suficiente para vestir a las próximas siete generaciones.
Vopero trabaja en Latinoamérica con locales en shoppings de Uruguay, Chile y México y según señaló su directora, uno de los aspectos fundamentales del negocio es aplicar una estrategia de venta específica para cada país.
De esta forma, explicó que la confianza es un valor en común entre los tres países. Sin embargo, resaltó la importancia de algunos segmentos del mercado como el de México, donde existe un mercado de lujo que en Uruguay no funciona.
Funcionamiento de los locales
Los locales de moda circular trabajan con un negocio a consignación con una comisión de entre el 47% y 50%, donde luego de cubrir costos impositivos, el resto de la ganancia le corresponde a quien facilita la prenda.
Según explicó la directora de Cómo crecen, Noelia Bustamante, la inversión más importante en este tipo de negocios es el espacio del local físico ya que todos los artículos que se reciben deben estar exhibidos, lo que requiere de un amplio espacio.
Bustamante también se refirió a los inicios de su emprendimiento de moda circular y señaló que surgió como una respuesta a la economía del hogar y al poco uso que se le otorga a los productos infantiles: ropa, libros, juguetes y otros artículos.
Además, mencionó otra de las faltas que existía en el mercado y es que a partir de los locales de segunda mano, muchas familias tienen la posibilidad de acceder a artículos de marcas costosas.
Por otra parte, la directora de Era mio resaltó la importancia del personal que recibe las prendas y la logística y cuidado que implica esta recepción.
En tanto, la directora de Vopero también resaltó la inversión en tecnología, tanto para que el proveedor tenga la trazabilidad de su prenda sino también para la creación de canales de venta como página web y aplicación.
Los locales Cómo crecen y Era mío tienen como alternativa la donación a distintas instituciones en el caso de que las prendas no sean vendidas al final de cada temporada. Sin embargo, también funcionan como puntos de donación sin la necesidad de pasar por el proceso de venta previo.
Fijación de precios
Las directoras de las tiendas de segunda mano coincidieron en el riguroso trabajo que implica evaluar el buen estado de las prendas, calzado y accesorios al momento de recepcionarlos.
A propósito, aclararon que la determinación de precios depende de una combinación de factores y que pueden variar en función del uso de la prenda, la temporada y la marca.
Tanto los precios al público como las rebajas, son fijados por los locales con base en el valor estimado que tienen las prendas en el mercado local.
En ese sentido, Bustamante explicó que al término de cada temporada, las rebajas son de entre el 25% y 30% y agregó que se busca variar los precios durante las mismas para evaluar el comportamiento de los compradores y que los artículos circulen aún más.
Desde Vopero, Ferber sostuvo que la plataforma comenzó con una fijación de precios un 60% por debajo del valor de prendas similares en plaza.