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El “desvío” y el “enlentecimiento” que vio el Banco Central y lo llevó a tomar una medida

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El directorio del Copom (Washington Ribeiro, Diego Labat e Ignacio Berti) y los técnicos (Juan Cantera, Adolfo Sarmiento, Leonardo Vicente, Jorge Christy y Gerardo Licandro). Foto: BCU

SITUACIÓN

La autoridad monetaria visualiza que “se continúa observando una recuperación de la actividad económica sostenida”, señaló el comunicado tras la reunión del Copom.

La inflación se aceleró en Estados Unidos y llegó a 6,2% en 12 meses a octubre, un nivel que no se veía desde 1990. En Uruguay, también la inflación también se aceleró, aunque por varios factores coyunturales.

A ese contexto, a nivel local se le suman otras aristas que identificó el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central (BCU), en su reunión de ayer.

Del lado de aspectos positivos, la autoridad monetaria visualiza que “se continúa observando una recuperación de la actividad económica sostenida”, señaló el comunicado tras la reunión del Copom. En el cónclave de agosto, señalaba que la actividad económica mostraba “signos de recuperación” y en la de octubre que se veía una “consolidación de la recuperación”.

La economía entonces afianza su reactivación tras el cimbronazo que significaron las medidas para contener la pandemia de COVID-19 en 2020 y parte de este año. De todas maneras, el BCU indicó que la recuperación todavía es “asimétrica” aunque destacó que está “acompañada por una mejora en los indicadores del mercado de trabajo”.

La evaluación del Copom es que “en los últimos meses el crecimiento de la economía ha sido liderado por las exportaciones, el consumo privado y la inversión” y que “se espera además que la apertura de fronteras refuerce la recuperación a partir del último trimestre del presente año”.

El economista Aldo Lema, dijo a El País que “los indicadores muestran que podría ser una temporada turística extendida, con noviembre favorecido por las finales de copas (Sudamericana y Libertadores) y marzo beneficiado por carnaval y la reunión del Banco Interamericano de Desarrollo en Punta del Este” y que por tanto, la estimación de crecimiento económico “sigue entre 3% y 4%” pero “con el balance de riesgos inclinado al alza”.

Del lado de las preocupaciones, el BCU recordó que “en el año móvil cerrado a octubre 2021 la inflación aumentó a 7,89%, manteniéndose por encima del techo del rango meta (de entre 3% y 7%), mientras que la inflación subyacente de exclusión (que quita los componentes más volátiles) también se aceleró hasta 8,26%”.

El Central busca incidir en las expectativas de analistas y empresarios para anclarlas en la meta (que desde septiembre de 2022 será de entre 3% y 6%) y de esa manera, contener el alza de precios.

En esa línea, el BCU afirmó que “se ha enlentecido la convergencia de las expectativas de inflación al objetivo de inflación y aún se mantienen fuera del rango”.

A esto se suma otro factor: los acuerdos salariales. “En los primeros acuerdos salariales logrados se han observado desvíos respecto a la pauta salarial propuesta por el Poder Ejecutivo, tanto en los ajustes nominales como en la frecuencia de los correctivos, aumentando el riesgo de indexación de la cadena de precios”, advirtió el Central.

“Para el horizonte de política monetaria (24 meses), la medida resumen de las expectativas de inflación ha mostrado un descenso marginal desde el Copom previo, ubicándose actualmente en 6,97%”, añadió.

Con ese panorama (un mundo con mayor inflación, una aceleración de la suba de precios a nivel local, expectativas que no ceden y acuerdos salariales que se desvían) el BCU resolvió una medida.

“El Comité entiende necesario afianzar el proceso de reducción de las expectativas de inflación, en un escenario de recuperación y, para ello, juzga conveniente ubicar la tasa de política monetaria en 5,75%”, expresó el comunicado del Central. El directorio del BCU convalidó esa recomendación.

El BCU es el encargado de administras las reservas propias, del gobierno y de los bancos. Foto: Leonardo Mainé
Banco Central del Uruguay. Foto: Leonardo Mainé

Eso implica una suba de 50 puntos básicos de la tasa de referencia, que estaba en 5,25%. En octubre el directorio del BCU había resuelto incrementarla de 5% a 5,25%, cuando los técnicos recomendaban ya llevarla a 5,5%. En agosto se había dado la primera suba de la tasa de 4,5% (nivel en el que estaba desde que en septiembre de 2020 volvió al régimen de tasa de interés) a 5%.

La tasa de interés de referencia es el “precio del dinero”: señaliza el costo del crédito bancario en pesos, ya que no es otra cosa que lo que le “cuesta” a los bancos obtener liquidez a un día de plazo (de parte de otros bancos o del propio Central).

“Se espera que este paulatino proceso de salida de una fase expansiva de la política monetaria continúe en las próximas instancias de decisión, atendiendo tanto a la reacción de las expectativas de inflación, como al desarrollo de la situación sanitaria y económica”, indicó el BCU. Todavía la política monetaria sigue siendo expansiva, es decir apuntala a la economía. De hecho, el comunicado del Copom expresó que “nuevamente se observa una liquidez holgada”.

El BCU estima la tasa de interés real neutra en 2%. Eso implica que con expectativas de inflación de los agentes en 7%, la tasa de política monetaria debería estar en 9% para no ser expansiva ni contractiva (es decir, neutra). Si se toman las expectativas de inflación de los empresarios (de 8%), la tasa neutra sería 10%.

Por eso, para el Central es clave que las expectativas de inflación comiencen a bajar (así no tiene que subir tanto la tasa para alcanzar el nivel contractivo y que la negociación salarial siga las pautas).

¿Será suficiente con la suba de 50 puntos básicos por reunión (la próxima es en enero)? ¿Subir más rápido la tasa, podría arriesgar la recuperación económica? El dilema está planteado, ya que una suba más acelerada de la tasa podría anclar las expectativas y encauzar la negociación salarial, pero por otro, de cara a la temporada turística podría poner presión a la baja en el dólar y complicar a uno de los sectores más golpeados por la pandemia. A su vez, una suba lenta de la tasa podría no anclar expectativas, que la negociación salarial siga con desvíos y que luego eso genere más inercia en los precios y sea más difícil reducir la inflación. El tiempo dirá si el BCU se apuró, fue prudente o demasiado lento.

El dólar volvió a subir y se acerca a $ 44
Dólares. Foto: Archivo El País

El dólar interbancario subió por segunda jornada seguida, en esta instancia 0,36% y se negoció en promedio a $43,828. En la víspera, la divisa estadounidense cotizó entre $ 43,80 y $ 43,85 para finalizar en $ 43,83. El valor de cierre aumenta 0,16% respecto al miércoles. En lo que va del mes el dólar cae 0,8% mientras que en el año aumenta 3,51%. A través de las pantallas de la Bolsa Electrónica de Valores (Bevsa), se realizaron 26 transacciones por un monto de US$ 8,5 millones.

Al público en las pizarras del Banco República (BROU), el dólar cerró estable a $ 42,60 a la compra y a $ 45 a la venta. En Brasil, principal mercado de referencia cambiaría, bajó 0,77% y cerró en 5,4171 reales.

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