ABUJA | Más de 200 cadáveres - muchos de ellos mujeres y niños- yacían en las calles de una ciudad del centro del Nigeria luego de un nuevo brote de violencia entre cristianos y musulmanes, dijeron testigos ayer, meses después de que incidentes similares sacudiesen una ciudad vecina y dejasen centenares de muertos.
En horas de la madrugada los pobladores de tres aldeas cercanas a Jos, de mayoría cristiana, denunciaron que durante la noche bajaron desde las colinas pastores musulmanes de la etnia Fulani, disparando al aire y matando a quienes huían.
Según un comunicado difundido más tarde el presidente interino Goodluck Jonathan "puso a todos los servicios de seguridad en Plateau y en los estados vecinos en alerta roja".
"Hubo un ataque en Dogo Nahawa (...) la gente ha muerto por decenas, en su mayoría mujeres y niños, de los que algunos tienen menos de un año. Numerosas casas fueron quemadas; ahora es un pueblo fantasma", indicó una fuente que pidió que su nombre no fuera revelado. Trabaja en el gobierno local del Estado de Plateau, del que Jos es la capital.
Yemi Kosoko, un periodista de la cadena televisiva noticiosa independiente Channels dijo que la mayoría de los cadáveres parecían ser de mujeres y niños muertos a machetazos. Kosoko aseguró que los cuerpos cubrían las calles de Dogo Nahawa, un pueblo a cinco kilómetros de la ciudad de Jos.
El portavoz de la Cruz Roja, Robin Waubo declaró que la agencia no sabía cuántas personas habían muerto a causa de la violencia, aunque sí reveló que funcionarios fueron enviados a morgues y hospitales.
En Jos, capital del estado de Plateau, hubo un enfrentamiento similar en enero pasado, cuando murieron 400 personas.
Funcionarios policiales y militares declinaron comentar sobre el ataque de ayer y sobre los motivos de la violencia. "Parece tratarse de ataques de represalia", dijo Waubo.
En el vecino estado de Bauchi, más de 600 personas escaparon a un campamento improvisado en el que aún viven víctimas de la violencia de enero, dijo el funcionario de la Cruz Roja Adamu Abubakar.
"Ellos escaparon de los combates", dijo Abubakar por teléfono y agregó que los refugiados seguían llegando.
La violencia sectaria en esa región de Nigeria ha dejado miles de muertos en la última década. El brote de este fin de semana se produjo pese a los esfuerzos del gobierno nigeriano de combatir el extremismo religioso en este país del Oeste de África. AP, AFP y ANSA