Publicidad

Vacunación obligatoria contra el COVID-19, el debate alrededor del planeta

Compartir esta noticia
Una mujer sostiene en su mano dosis de la vacuna contra el nuevo coronavirus. Foto: AFP
(FILES) In this file photo taken on July 12, 2021,a view of vials of the Pfizer-BioNTech vaccine against COVID-19 are seen at a vaccination center in Santiago. - Pfizer sharply increased its 2021 projection for revenues tied to its Covid-19 vaccine on July 28, 2021, forecasting the delivery of 500 million more doses compared with earlier expectations. The US drugmaker, which has partnered with Germany's BioNTech on the vaccine, estimates delivering 2.1 billion doses, generating $33.5 billion in sales. The company's May forecast was for $26 billion in sales. (Photo by JAVIER TORRES / AFP)
JAVIER TORRES/AFP

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

La variante Delta del nuevo coronavirus encendió las alarmas en todo el mundo e impuso un nuevo debate: vacunación obligatoria sí o no.

En todo el mundo la aparición de la variante Delta ha obligado a tomar nuevas medidas contra la expansión de la pandemia de coronavirus, al tiempo que cada vez más estar o no vacunado hace la diferencia entre los que están volviendo a la normalidad y los que todavía padecen restricciones.

Esto quedó específicamente reflejado ayer jueves en Estados Unidos, al anunciar el presidente Joe Biden que exigirá a los funcionarios del gobierno federal que se vacunen o cumplan una serie de restricciones. Además, Biden no descartó la posibilidad de que el Gobierno federal pueda ordenar la vacunación contra el COVID-19 a todos los estadounidenses y admitió que la Casa Blanca está haciendo consultas al respecto.

En declaraciones a los periodistas tras dar un discurso en el que explicó las nuevas medidas sobre vacunación, Biden reconoció que le gustaría que los estados, las empresas privadas o los colegios siguieran en la línea de hacer obligatoria la vacunación. “Me gustaría ver que se mueven en esa dirección”, dijo.

Biden pedirá a los gobiernos estatales y locales que ofrezcan 100 dólares como incentivo para que los rezagados se vacunen.

Es la primera vez que Biden sugiere la posibilidad de que la vacunación acabe siendo obligatoria, en un momento en el que el país ha sufrido una escalada de contagios por culpa de la variante Delta.

La Casa Blanca anunció ayer jueves que obligará a los más de 4 millones de funcionarios del Gobierno a mostrar una prueba de vacunación contra el COVID si no quieren someterse a test de forma regular. El estado de California y la ciudad de Nueva York ya dispusieron la vacunación obligatoria para sus funcionarios.

La ciudad de Nueva York anunció este lunes que a partir de mediados de septiembre requerirá a todos los empleados municipales que se vacunen o que se sometan a pruebas semanales del virus. Son los 340.000 empleados que tiene el Ayuntamiento, una cifra que incluye a funcionarios de todos los ámbitos, maestros o policías.

Debate global.

Obligar o no a vacunarse es un debate que se está dando en todo el mundo, en especial a partir de la aparición de la variante Delta.

Varios países europeos han optado o están considerando la vacunación obligatoria, al menos para empleados sanitarios, profesores u otros que trabajan con el público.

Vacuna contra el coronavirus. Foto: AFP
Científica trabaja en la vacuna contra el coronavirus. Foto: AFP

La vacunación obligatoria ha encendido las protestas en algunos países europeos (Francia y Grecia) y en otros (Alemania) existe el debate legal sobre si esta obligatoriedad vulnera derechos fundamentales. Pero en general, la medida se descarta en los países en los que las campañas de vacunación funcionan (Portugal y Bélgica).

El Reino Unido quiere obligar a vacunarse a los trabajadores de residencias de ancianos a partir de octubre, y estudia extender esa obligación a otros trabajadores del sector sanitario.

En cambio, la polémica estalló cuando se publicó en la prensa que la obligatoriedad podría extenderse a los estudiantes si quieren asistir a clases presenciales en las universidades.

En Francia, el Gobierno decidió dar un nuevo impulso a la vacunación tras ver cómo las cifras se estancaban: el proyecto de ley que debe ser promulgado en los próximos días contempla la obligación de la vacuna en el sector sanitario y profesionales que trabajan en contacto con personas vulnerables.

Esto afecta a todo el personal de salud pública o privada, pero también personal de residencias de ancianos y discapacitados, centros de información, bomberos, psicólogos, osteópatas, pilotos, militares de seguridad civil y ayudantes de ancianos, entre otros, que deberán vacunarse antes del 15 de septiembre.

En Alemania tanto la canciller Angela Merkel como sus socios de gobierno socialdemócratas han descartado una vacunación obligatoria, mientras que desde el Ministerio de Justicia se ha advertido incluso que jurídicamente sería inviable. Sí se debate, en cambio, sobre la posibilidad de dar más libertades a quienes tengan la pauta completa -hasta ahora, un 50,2% de la población- para motivar a vacunarse a los ciudadanos que aún no lo hicieron.

En España la vacunación sigue siendo voluntaria pero la opinión pública es partidaria de la inmunización por aplastante mayoría, y un 82,8% de los ciudadanos aún no vacunados están dispuestos a hacerlo, según una encuesta de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Entre los sanitarios, el porcentaje de vacunación es técnicamente del 100% por ciento.

Grecia ha sido uno de los primeros países europeos en imponer la obligatoriedad de vacunarse. Lo ha hecho para los trabajadores de la salud y residenciales.

El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, ha excluido por el momento otros sectores, como las escuelas, pues la tasa de vacunación de los profesores alcanza el 70%. Sin embargo, el viceministro de Educación, Angelos Syrigos, ha adelantado que a las universidades solo tendrán acceso personas vacunadas o que hayan superado el COVID-19.

En Bélgica, la Academia de Medicina ha recomendado la vacunación obligatoria para el personal sanitario. Sin embargo, el primer ministro, Alexander De Croo, la descartó la semana pasada porque “la campaña de vacunación está funcionando”. (AFP, EFE)

Bolsonaro duro con la Corte
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Foto: AFP

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, redobló ayer jueves sus ataques a la Corte Suprema al afirmar que el alto tribunal “cometió un delito” al avalar las medidas sanitarias impuestas por los gobernadores y alcaldes para contener el COVID-19.

“El Supremo, la verdad, cometió un delito al decir que alcaldes y gobernadores, de forma indiscriminada, podrían simplemente suprimir todos y cada uno de los derechos previstos en el artículo quinto de la Constitución”, dijo el mandatario a un grupo de seguidores, a las puertas de su residencia oficial en Brasilia.

Bolsonaro respondió así a un video divulgado el miércoles en los canales oficiales del Supremo en el que la máxima corte desmintió que haya quitado poderes al jefe del Estado para combatir la crisis del coronavirus. Bolsonaro acostumbra decir que la máxima instancia judicial de Brasil le dio toda la potestad a las administraciones regionales y municipales para combatir la pandemia, impidiendo a su Gobierno actuar, en su caso, contra las medidas sanitarias.

Sin embargo, el Supremo volvió a aclarar que en realidad decidió que las tres esferas del poder (federal, regional y municipal) tenían que trabajar juntas con medidas para “proteger a la población” del coronavirus. Bolsonaro manifestó, sin embargo, que el video del Supremo es una “fake news” y aseguró que el alto tribunal le impidió modificar algunas de las restricciones adoptadas en algunos estados.

“Cerraron templos religiosos, hicieron barbaridades autorizados por el Supremo”, opinó. Bolsonaro recurrió ante el Supremo algunas de esas restricciones, como el toque de queda nocturno impuesto temporalmente en algunas ciudades, aunque hasta el momento todas las apelaciones han sido rechazadas. El presidente arremetió igualmente contra algunos de los magistrados del Supremo por ser contrarios a la implementación del voto en papel como complemento al sistema electrónico, que, según él, fomenta “fraudes” electorales.

En Israel aplicarán una tercera dosis a los mayores de 60 años
Enfermera aplica una dosis de la vacuna contra el coronavirus en Israel. Foto: AFP

Israel convocará a sus ciudadanos mayores de 60 años para que reciban una tercera dosis de vacuna, anunció ayer jueves el primer ministro Naftali Bennett, y se convierte en uno de los primeros países en aplicar esta medida.

Ante el alza de contagios en las últimas semanas a causa de la propagación de la variante Delta, Israel lanza una “campaña de vacunación complementaria” a partir del domingo, para las personas mayores de 60 años que fueron vacunadas hace más de seis meses, declaró Bennett. “Pido a todas las personas mayores ya vacunadas que acepten esta dosis complementaria. Protéjanse”, agregó.

El presidente Isaac Herzog, de 60 años, recibirá hoy viernes su tercera dosis de vacuna, precisó Bennett.

“Pocos días después de la tercera dosis, tendrán más defensas inmunitarias”, aseguró el primer ministro.

“Las vacunas protegen de la mortalidad, como sucede con la vacuna contra la gripe, que hay que volver a recibir cada cierto tiempo”, agregó Bennett.

Más de 2.000 personas que sufren inmunodepresiones severas ya recibieron una tercera dosis de la vacuna en Israel.

Según la farmacéutica Pfizer, que produce la vacuna utilizada mayoritariamente en Israel, “nuevos estudios demuestran que una tercera dosis tiene efectos neutralizantes contra la variante Delta cinco veces más elevados entre los jóvenes y más de once veces entre las personas mayores”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

vacuna coronaviruscoronavirus

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad