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Un empresario confesó que pagó US$ 600.000 por un decreto de Cristina Fernández

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Cristina Fernández de Kirchner: el lunes fue a declarar como indagada; presentó un escrito pidiendo la anulación del caso. Foto: EFE

Argentina

Se trata de la primera vez que se asocia la elaboración y aprobación de un decreto del Poder Ejecutivo con un pago ilegal de una empresa.

Por primera vez, la Justicia argentina pudo este jueves conectar el pago de un soborno que figura en los cuadernos del chofer Oscar Centeno con un negocio millonario contante y sonante, e incluso con una medida concreta de gobierno en la cima del Poder Ejecutivo. El empresario Gabriel Romero, de Emepa, confesó haber pagado coimas por US$ 600.000 para que el gobierno de Cristina Kirchner le renovara por decreto la concesión de la explotación de la Hidrovía , el tramo del Río Paraná -Paraguay que permite conectar el Atlántico y Asunción para el comercio internacional.

El 20 % del transporte de cargas de Argentina circula por allí.

Pero además de estas revelaciones, Romero dijo que le entregaba al secretario de Trasporte Ricardo Jaime un retorno del 10% al 15% de los subsidios que recibía por su empresa Ferrovías y además le daba una cuota anual de US$ 500.000 para asegurarse el control de los negocios ligados al Transporte.

El porcentaje trepa por encima de los montos de los sobornos reconocidos en el área del transporte.

Ayer el empresario Aldo Roggio admitió ante la Justicia que Techint tenía que pagarle a Jaime el 5% de los subsidios que recibía Metrovías, la empresa concesionaria del subte.

Con la declaración de Romero, quedó eximido su ejecutivo Rodolfo Poblete, que efectuó los pagos y que anoche fue liberado desde los tribunales de Comodoro Py 2002.

Hasta ahora, los cuadernos de Centeno habían identificado un pago de Poblete en nombre de EMEPA en 2010 -el segundo- pero ahora se tiene la historia completa.

Romero le dijo al fiscal Carlos Stornelli que realizó dos pagos de US$ 300.000 cada uno para que el kirchenrismo firmara el decreto que le aseguró la continuidad del millonario negocio.

Un pago se efectuó un día antes de que el decreto saliera publicado en el Boletín Oficial, el otro se hizo tiempo después.

Se trata de la primera vez que se asocia la elaboración y aprobación de un decreto del Poder Ejecutivo con un pago ilegal de una empresa.

El antecedente
La Justicia ya estaba en la pista de estas coimas: la jueza María Servini de Cubría y el fiscal Gerardo Pollicita ya investigaban a Romero por el modo en que se había hecho con la extensión del contrato de la Hidrovía.

Hasta hoy, Romero gozaba del beneficio de una falta de mérito, es decir, que había sido indagado y que al no haber encontrado suficientes pruebas para procesarlo ni para sobreseerlo, había quedado imputado a la espera de nuevos elementos de la investigación.

Las pruebas llegaron por su propia boca cuando confirmó que efectivamente se había quedado con el negocio a fuerza de sobornos.

Ahora, el fiscal Pollicita pedirá a Servini de Cubría que amplíe la indagatoria del empresario Romero y que incorpore en su causa la confesión que hizo en el juzgado de Claudio Bonadio.

A medida
El decreto mencionado por Romero fue firmado por Cristina Kirchner, Amado Boudou, Julio de Vido y Aníbal Fernández como jefe de Gabinete en 2010.

Además de esta declaración, este jueves amplió su indagatoria Juan Carlos de Goycoechea, ex Ceo de la empresa Isoloux.

El ejecutivo fue el primero que acordó declarar como colaborador arrepentido y dijo que había efectuado pagos como aportes de campaña.

Hoy insistió en que se efectuaron esos pagos y amplió sobre las presiones que recibió para contratar a determinados proveedores para la construcción de la Central Electrica de Río Turbio por su vinculación con la política.

De Goycoechea indicó también que las presiones provenían de funcionarios que apadrinaban a estas empresas contratistas.

Así le imponían a Fainser, cuya apoderada era Romina Mercado, sobrina de Cristina Kirchner y Termipol, supuestamente ligada a un vecino de De Vido en Zárate,

Explicó también las acusaciones del financista Luis Spirito que dijo que descontaba cheques de Isolux hasta que la empresa dejó de tener fondos para respaldarlos. Ante esto, Isolux le hizo una denuncia que mantuvo abierta el juez Norberto Oyarbide durante años para perjudicarlo, dijo.

En la AFIP sospechan que Fainser generó facturas falsas por decenas de millones de pesos argentinos a favor del consorcio a cargo de la construcción de la usi#na termoeléctrica en Río Turbio, que le permitieron a Isolux, burlar los controles de sus auditores externos.

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