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Tocado, pero no hundido

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El expresidente habló tras el fallo judicial que complica sus aspiraciones presidenciales. Foto: Reuters

ANÁLISIS

El tribunal de apelación que confirmó la condena a Lula por corrupción alejó las posibilidades del exmandatario de presentarse en las elecciones de octubre, aunque sin hundir definitivamente su candidatura.

El fallo ha creado un clima de incertidumbre inédito en Brasil, ya que Lula lidera los sondeos pero podría ser declarado "inelegible" poco antes de la votación.

El primer efecto de ese fallo fue acrecentar la combatividad del ex líder sindical, de 72 años.

"Ahora quiero ser candidato a la presidencia de la República", proclamó ante miles de seguidores poco después de conocer la sentencia, que aumentó su pena inicial de 9 años y medio de cárcel a 12 años y un mes.

Los analistas de Capital Economics consideran que "el veredicto unánime (de los tres jueces) reduce las posibilidades de apelación de Lula".

La derrota judicial de Lula tendrá importantes consecuencias en los comicios presidenciales y desencadenará probablemente una larga batalla judicial. "Es una situación inédita en Brasil", subraya Fernando Schüler, del Instituto Insper. "Lula es el favorito de las elecciones y su candidatura es incierta. Esta situación es dramática para la democracia".

El fallo "complica la carrera de Lula hacia las presidenciales, pero no la frena", asegura Capital Economics. "Tiene 30% de posibilidades de estar en liza".

La evaluación de los analistas de Eurasia Group es similar. "Su apuesta presidencial no ha sido enterrada (...) Por eso no bajamos sus posibilidades de participar a menos de 30%".

Según los últimos sondeos, más de un tercio de los brasileños están dispuestos a votar por Lula, una cifra muy superior a la de su competidor más cercano, el diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro, que cuenta con el 17% de respaldo. "Lula probablemente seguirá haciendo campaña sea cual sea su batalla legal", estima Thomaz Favoro, de Control Risks. "Seguirá apelando hasta agotar todas las posibilidades". Al PT, de su lado, le interesa "seguir cuestionando las decisiones judiciales para que Lula quede como la víctima de un juicio político", afirma. Sus partidarios saldrán a las calles y "hay un riesgo real de confrontaciones violentas con las fuerzas de seguridad".

Pero el PT ya no es la formación de los años dorados de Lula (2003-2010), sino que se ha convertido en un "partido minoritario en el Congreso", apunta Fernando Schüler. "Lo máximo que puede hacer" es movilizar a sus militantes para "intentar bloquear algunas carreteras", estima.

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