Teherán corteja a América Latina

Aliados. Washington cree que el terrorismo se extiende en varias ciudades de la región

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NEWSWEEK

Cuando el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, eligió visitar tres capitales latinoamericanas este mes, no había duda de que uno de los motivos era irritar al "Gran Satán" del norte.

Lo consiguió. "El historial de Irán no sugiere que busque un rol constructivo en el hemisferio", dijo un vocero del Departamento de Estado. Pero los funcionarios están preocupados de algo más que tres días de diplomacia iraní. Temen que Irán ayude a su apoderado terrorista, Hezbollah, a armar su tienda en el patio trasero de Estados Unidos. De hecho, América Latina podría estar emergiendo como un nuevo y silencioso frente en la guerra al terror.

La Triple Frontera de Argentina, Brasil y Paraguay es sospechada de ser un centro de recolección de fondos para Hezbollah, a pesar de que el Departamento de Estado aún mantiene en "bajo" el nivel terrorista de los tres países. En diciembre, el Departamento del Tesoro detalló cómo una red de Hezbollah en Ciudad del Este envió millones de dólares al grupo en los dos últimos años. El infor- me señalaba a nueve libaneses -con pasaportes paraguayos o brasileños- como los jefes de la operación.

En América Latina viven entre tres y seis millones de musulmanes, la mayoría con ancestros llegados de Líbano y Siria en el siglo XIX. Se asentaron en Brasil (1,5 millones de musulmanes), Argentina (700.000), Venezuela y Colombia. La región no es ajena a operaciones que presuntamente tienen el sello de Teherán. En noviembre, un juez argentino pidió el arresto de un ex presidente de Irán por el atentado a la AMIA, cu-yo origen fue rastreado hasta la ciudad iraní de Mashad. Irán rechaza los cargos. Néstor Kirchner no fue a la asunción del ecuatoriano Rafael Correa cuando se enteró que iba a estar Ahmadinejad.

Fuentes de la Inteligencia militar de EE.UU. han identificado islámicos radicales en las ciudades brasileñas de So Paulo y Curitiba, la colombiana Maicao, la isla de Curaao, y el puerto chileno de Iquique. El cerebro del 11/S, Khalid Shaikh Mohammed, pasó algún tiempo en Brasil en 1995, y otro operativo de Al Qaeda, Adnan F. al Shukrijumaj visitó Panamá en 2001 con pasaporte de Trinidad y Tobago. Decenas de misioneros de la organización islámica paquistaní, Jamaat al Tabligh, son enviados a la región a buscar conversos. "El tema es que hay grupos radicales islámicos en toda América Latina, no sólo en la Triple Frontera", dijo un funcionario estadounidense. El aumento de la presencia de Irán pondría las cosas peor, dicen diplomáticos. Jaime Darenblum, un ex embajador costarricense en Estados Unidos, definió el nuevo activismo de Irán como un "cock-tail explosivo".

Algunos gobiernos ven a los aparentes fondos de recaudación para Hezbollah, como inocentes casos de árabes enviando remesas a casa.

No sorprende, la preocupación de Estados Unidos. Su porosa frontera con México, ya ha sido señalada como una tentadora ruta de entrada para terroristas y la propia América Latina era, hasta hace poco, lo que un experto llamó un "punto ciego" en la guerra al terror de Washington. "Hay preocupación en las fuerzas del orden de que (América del Sur) se convierta en un punto de tránsito (para terroristas) y (los gobiernos en la región) aún no demostraron su capacidad contraterrorista", dice Magnus Ranstrop, especialista en movimientos islámicos del Colegio Nacional de Defensa de Suecia. "Si fuera un terrorista, me escondería en América del Sur." Si lo que asegura Washington es verdad, algunos radicales islámicos ya hicieron eso, y con una presencia iraní en la región, dicen, otros podría seguir sus pasos.

Los "argumentos" de irán en la región

Analistas consideran que si algunos gobiernos regionales parecen renuentes a perseguir a los grupos respaldados por Irán o cortar sus lazos con Teherán, podría ser porque el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad hace todo para ser un amigo atractivo. En su reciente gira, prometió una embajada en Managua, represas y viviendas y mejorar el sistema de agua potable en Nicaragua. En tanto, el presidente venezolano Hugo Chávez ha estado trabajando con Irán dentro de la OPEP para impulsar el precio del petróleo y ha defendido las ambiciones nucleares de Ahmadinejad. Durante la última visita del iraní a Caracas, Chávez anunció que un fondo de inversión de U$S 2.000 millones de ambos países sería utilizado para "liberar" naciones del "yugo imperialista".

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