El balance de las catastróficas inundaciones que golpearon estos últimos días amplios territorios de Indonesia, Tailandia, Malasia y Sri Lanka aumentó ayer domingo, con un total de al menos 818 muertos y cientos de desaparecidos. Las autoridades de estos países asiáticos se apresuraron a despejar las carreteras, retirar los escombros e intentar encontrar a las personas desaparecidas tras lluvias torrenciales, crecidas repentinas y deslizamientos de tierra.
En el sudeste asiático, Indonesia, el país más afectado, lamenta la muerte de al menos 442 personas, mientras que otras 402 siguen desaparecidas, según un balance de la agencia de gestión de catástrofes.
En Tailandia, donde al menos 162 personas murieron debido a una de las peores inundaciones de la década, las autoridades seguían distribuyendo ayuda a decenas de miles de afectados sin hogar y reparando los destrozos.
En Malasia, las inundaciones que sumergieron amplias zonas del estado septentrional de Perlis dejaron dos muertos.
En el sur de Asia, el Centro de Gestión de Catástrofes (DMC) de Sri Lanka indicó que al menos 212 personas perdieron la vida tras una semana de fuertes lluvias provocadas por el ciclón Ditwah, mientras que otras 218 seguían desaparecidas. Sri Lanka pidió ayuda internacional para los cerca de 833.000 desplazados, a los que se suman 122.000 personas acogidas en refugios temporales que se habilitaron para esta ocasión.
Rescates
Los equipos de rescate de Indonesia y Tailandia intensificaron las operaciones de búsqueda y asistencia durante el fin de semana, tras los deslizamientos de tierra e inundaciones que han devastado amplias zonas y causado unas 400 víctimas en todo el Sudeste Asiático.
En Tailandia, las autoridades iniciaron un amplio dispositivo de limpieza en el sur tras las inundaciones más graves en una década, que han dejado al menos 145 muertos solo en la provincia de Songkhla (sur), donde el agua alcanzó hasta tres metros de altura.
El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, visitó el viernes un refugio en el distrito de Hat Yai, principal centro económico del sur del país; pidió disculpas a los afectados por la magnitud de la tragedia y prometió acelerar las tareas de recuperación en un plazo de dos semanas.
Las lluvias torrenciales derivadas del monzón y agravadas por una tormenta tropical han provocado además cientos de muertos y desaparecidos en Sumatra, así como daños significativos en Malasia.
El Departamento de Prevención y Mitigación de Desastres de Tailandia, emitió un informe señalando que mantiene activa la alerta por riesgos asociados a deslizamientos, crecidas repentinas y tormentas severas.
Expertos locales advierten de que el cambio climático está intensificando los patrones de lluvia y la fuerza de los sistemas tropicales, lo que incrementa la vulnerabilidad de la región ante inundaciones repentinas y desastres geológicos durante la temporada monzónica.
Con información de AFP y EFE