ROMA | EL PAÍS DE MADRID Y AP
La crisis política que sacude al gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi se profundizó ayer, cuando cinco miembros del gabinete renunciaron, en una medida que debilita más al mandatario, enfrentado al voto de confianza del Parlamento.
Italia dio ayer un paso más hacia la crisis de Gobierno con el abandono por parte de los leales a Gianfranco Fini -ex aliado del primer ministro- del Ejecutivo de Silvio Berlusconi.
La renuncia fue presentada por el ministro para la Política Europea, Andrea Ronchi, por el viceministro de Desarrollo, Adolfo Urso y los secretarios de Estado para la Agricultura, Antonio Buonfiglio y Medio Ambiente, Roberto Menia, informaron fuentes del nuevo partido al que adhieren, Futuro y Libertad para Italia (FLI). Un quinto miembro del ejecutivo, Giuseppe Maria Reina, secretario de Estado de Infraestructura y Transporte, miembro del partido siciliano MPA, aliado de Fini, también renunció.
Este es el paso formal que abre oficialmente la crisis y sella el divorcio entre las dos almas del partido que ganó las elecciones en 2008, el Pueblo de la Libertad: por una parte están los fieles del "empresario milanés prestado a la política" -como el Cavaliere mismo ama definirse- y por el otro los disidentes, alrededor de 40 diputados, que siguieron al presidente del Congreso Gianfranco Fini en la formación del nuevo Futuro y Libertad.
Tras cuatro meses de pantano, de guerra fría entre ex compañeros de partido, combatida a fuerza de declaraciones y votaciones ajustadas en el Congreso y en el Senado, la política italiana pasa ahora a la declaración de guerra abierta, porque Fini dispara directamente al Gobierno. Para Berlusconi es un clavo más, para el país un paso más en la incertidumbre. Nadie sabe de verdad lo qué va a pasar ahora. Todo el mundo está esperando, se persiguen las declaraciones de los políticos, los análisis de los expertos y en los telediarios y periódicos no se habla de otra cosa.
Berlusconi enfrentará votos de ratificación en el Parlamento luego que los legisladores aprueben el presupuesto, probablemente a mediados de diciembre. Muchos analistas pronostican que no logrará pasar la prueba y numerosos políticos ya están planeando sus pasos.
Berlusconi intentará arrastrar la vida artificial de su Ejecutivo al menos hasta la aprobación de la Ley de Presupuestos, pero la pérdida de los finianos del Gobierno es la prueba de que ya no tiene la mayoría en el Parlamento: antes o después, tendrá que dejar su cargo.
Si Berlusconi deja el cargo la pelota va a pasar al Presidente de la República, Giorgio Napolitano. Él tiene que elegir entre dos opciones: programar las elecciones lo antes posible (en marzo se vota para las municipales, así que podría aprovechar para adelantar las generales programadas para 2013) o entregar a alguien el mandato de formar otro gobierno, apoyado por una nueva mayoría. Ya están en marcha las maniobras de acercamiento y las negociaciones previas a nuevas alianzas: Fini guiña el ojo a los partidos católicos del centro y al partido siciliano MPA.
La cifra
40% Los votos que captaría Silvio Berlusconi y la Liga del Norte si se llamara a elecciones anticipadas en Italia en este momento.
El primer ministro contra fini
Las presiones para que Silvio Berlusconi renuncie al cargo han ido en aumento por la grave situación de parálisis económica que vive el país y por las nuevas revelaciones sobre sus aficiones sexuales. Además, el primer ministro italiano está enfrascado en un duro enfrentamiento con su ex aliado Gianfranco Fini, que tiene suficientes seguidores en el Parlamento para forzar un voto negativo contra el mandatario en las próximas semanas. Esta será la verdadera prueba de fuego, pues en el Congreso han sido presentadas dos mociones, una a favor, en el Senado, donde "Il Cavaliere" goza de amplia mayoría y otra en contra, presentada por la oposición de izquierda en la Cámara de Diputados, donde perdió la mayoría al separarse de Gianfranco Fini. Si Berlusconi pierde el voto de confianza en una cámara, debe renunciar, lo que abrirá la posibilidad de elecciones anticipadas, probablemente en el segundo trimestre del 2011. Sin embargo, el presidente Giorgio Napolitano puede pedirle a Berlusconi que organice un nuevo gobierno o seleccionar a un nuevo primer ministro que lidere un gabinete de coalición de centroderecha, una posibilidad que el mandatario ha rechazado.
Berlusconi insiste en que la única salida si su gobierno cae es una nueva elección, que asegura ganaría junto a su socio actual, la Liga del Norte. "No presten importancia a lo que se dice en los periódicos", dijo Berlusconi el fin de semana a simpatizantes en Milán. "El 60% (de los electores) me apoya". Sin embargo, según las encuestas, obtendría hoy un 40% de los votos.