MOSCÚ
La fiscalía de Moscú solicitó la suspensión del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), la organización insignia de Navalni, y pidió la suspensión de las actividades de sus 37 oficinas.
El movimiento del líder opositor Alexéi Navalni corre riesgo de ser proscripto por la justicia rusa. Navalni está actualmente en prisión, donde hasta el pasado viernes llevó a cabo una huelga de hambre por 24 días.
La fiscalía de Moscú solicitó la suspensión del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), la organización insignia de Navalni, y pidió la suspensión de las actividades de sus 37 oficinas, a la espera del resultado del juicio por “extremismo” contra estas estructuras.
En el marco de este juicio, ayer lunes se celebró una primera audiencia preliminar a puerta cerrada y otra está prevista para el jueves. Si el movimiento de Navalni es reconocido en Rusia como “extremistas”, entraría en la misma categoría que los grupos yihadistas Estado Islámico (ISIS) y Al Qaeda.
Alemania, que, al igual que otras países occidentales, exige la liberación de Navalni, condenó la decisión contra el FBK por considerarla “incompatible con los principios del Estado de Derecho”.
Por su parte, Amnistía Internacional dijo que era “un ataque cínico de una audacia y magnitud sin precedentes”. “El objetivo es claro: aplastar el movimiento de Alexéi Navlani mientras languidece en prisión”.
Por su lado, la oficina de Navalni en Moscú indicó en Telegram que ya no podía “trabajar bajo el viejo formato”, a raíz de esta decisión judicial. “Sería demasiado peligroso para nuestros empleados y para nuestros seguidores”, afirmó, prometiendo que “continuarán a título personal luchando contra le corrupción” y el Kremlin.
El término “extremismo” tiene una definición muy amplia en la ley rusa, lo que permite a las autoridades luchar contra organizaciones de oposición, grupos racistas o terroristas, así como contra movimientos religiosos como los Testigos de Jehová.
El FBK de Navalni realizó en enero pasado su investigación más importante en la que acusó al presidente Vladimir Putin de tener un opulento “palacio” al borde del mar Negro.
El video fue visto más de 11 millones de veces en YouTube y obligó a Putin a desmentir en persona la acusación.