Reabrió el Museo Nacional de Irak, una joya de Bagdad

Invaluable. Fue saqueado en 2003, tras invasión de EE.UU.

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BAGDAD | AGENCIAS Y EL PAÍS DE MADRID

Seis años luego de haber sufrido un terrible saqueo, tras el caos provocado por la invasión estadounidense en 2003, el Museo Nacional de Irak reabrió ayer sus puertas formalmente y desde hoy está abierto a un público determinado.

Irak es considerado una de las cunas de la civilización. Antes de la invasión estadounidense, el Museo Nacional -construido en 1926- era considerado una de las joyas de la arqueología mundial, y contaba con elementos de la Edad de Piedra, de la Época Bíblica y de la Cultura Islámica.

El museo contiene piezas únicas y las colecciones más importantes sobre la historia de la antigua Mesopotamia, cuna de las civilizaciones sumeria, babilónica y asiria, a las que la humanidad debe la invención de la escritura, la ley escrita y las primeras ciudades.

El museo mantuvo su tremenda importancia arqueológica incluso durante el reinado de terror de Saddam Hussein. Cuando EE.UU. encabezó la coalición internacional para derrocarlo, en marzo de 2003, el caos que siguió a ese ataque tuvo en el saqueo a ese edificio emblemático uno de los períodos más oscuros.

Se cree que unos 15.000 artefactos o antigüedades fueron robados entre el 20 y 23 de marzo de aquel año. El ministro iraquí de Turismo y Antigüedades, Qahtan Abbas, afirmó que unas 6.000 piezas pudieron ser recobradas y desde ayer vuelven a estar en exhibición. Se teme que el resto haya sido vendido a coleccionistas particulares, pe-se a los esfuerzos internacionales. Entre las piezas que faltan, hay entre 40 o 50 de gran importancia histórica, de acuerdo con la Unesco.

Estados Unidos fue entonces muy criticado porque sus tropas no intervinieron para evitar el arrasamiento del museo. Los soldados estadounidenses observaron sin inmutarse como los saqueadores se llevaban las piezas. Según publicó BBC Mundo, las fuerzas de la coalición "no tenían obligación de intervenir".

Pero en la reapertura de ayer, a la que asistió el primer ministro Nuri al Maliki, Abbas prefirió ver el vaso medio lleno de la situación y agradecer a los países que contribuyeron con Irak en la devolución de piezas; entre ellos, destacó a Jordania, el propio EE.UU. y Siria, que permitieron al museo recobrar 2.466, 1.046 y 701 objetos, respectivamente. Otras naciones como Perú, Italia, Egipto y Suecia también devolvieron piezas al país árabe.

Italia tuvo una participación decisiva en el hecho, ya que contribuyó con un millón de euros (aproximadamente 1,25 millones de dólares) a la renovación de las salas de arte asirio e islámico.

política. La reapertura también tuvo elementos de acto político. Al Maliki presidió el acto de reapertura en directo para la televisión iraquí, un nuevo hecho con el que busca simbolizar el retorno de la estabilidad y la seguridad en Bagdad y buena parte del país.

"Queremos hacer de este museo un lugar emblemático para todos los museos del mundo. Aún tenemos un largo camino por delante. Nuestro subsuelo aún esconde varios tesoros", dijo el premier que llamó a los expertos a hacer de Irak "la Meca de la investigación" sobre la historia de la humanidad.

Sin embargo, numerosos especialistas, apoyados por el Ministerio de Cultura, se opusieron hasta el último momento por considerar que el museo no estaba preparado. Ni se han terminado de recatalogar los fondos, ni dispone de medidas de seguridad adecuadas. Por esa razón, no estará abierto al público en general. De momento, sólo grupos de estudiantes, o de improbables turistas, podrán visitarlo previa cita. Aún permanecen cerradas 18 de sus 26 galerías. De las ocho que se han acondicionado, una recoge las piezas devueltas por los iraquíes y otra las que se han interceptado fuera del país. Los afortunados podrán ver además los famosos toros alados de la época asiria que se salvaron gracias a que los conservadores los protegieron como pudieron.

Entre reaperturas y los atentados diarios

La seguridad en Bagdad y el resto del país, cuyo aumento fue uno de los justificativos del gobierno para reabrir el Museo Nacional de Irak, está siempre en entredicho.

Siete iraquíes murieron, entre ellos tres militares y un policía, en una serie de ataques perpetrados ayer contra el ejército y la policía.

Los ataques ocurrieron en Ghazaliya, un distrito de mayoría sunita al oeste de Bagdad; otros dos en el propio centro de la capital iraquí; en Iskandariya, una ciudad a cuarenta kilómetros al sur de Bagdad; y otros dos en Mosul, una ciudad en el norte del país. Cinco de los siete muertos de la jornada ocurrieron en Bagdad. afp

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