Radiografía de redes del narcotráfico: ONU presentó “Informe Mundial sobre Drogas 2025”

El informe presentado en Viena, explica el vínculo entre el narcotráfico y el crimen organizado, y subraya que constituye la principal fuentes de ingresos para los delincuentes.

Persona con guantes manipula paquete de cocaína.
La producción mundial de cocaína batió su récord histórico en 2023, con más de 3.700 toneladas, un 34% más que el año anterior y cuatro veces más que en 2014. El incremento se debe sobre todo a una expansión del cultivo de hoja de coca en Colombia y a mejoras en la eficiencia de los laboratorios ilegales. El mercado global de opiáceos está marcado por la caída de la producción de opio.
Foto: AFP.

El narcotráfico mueve cada año cientos de miles de millones de dólares en todo el mundo, una economía criminal mayor que el Producto Interior Bruto (PIB) de muchos países, y que financia organizaciones criminales con poder para desafiar a Estados y corromper instituciones. El Informe Mundial sobre Drogas 2025 presentado ayer en Viena, explica el vínculo entre el narcotráfico y el crimen organizado, y subraya que constituye la principal fuentes de ingresos para los delincuentes.

Si bien no hay una cifra global, los datos regionales permiten hacerse una idea de la situación: solo en Estados Unidos, el mercado minorista de drogas generó 146.000 millones de dólares en 2016, el 0,8% del PIB de la mayor economía del planeta. En la Unión Europea, ese mercado alcanzó los 31.000 millones de euros en 2021, equivalente al 0,3% del PIB comunitario.

Entre 2015 y 2019, Colombia exportó cocaína por un valor anual estimado entre 1.200 y 2.600 millones de dólares. En México, el tráfico de cocaína, metanfetamina y heroína generó, en conjunto, más de 12.000 millones anuales.

Estas economías ilegales -señala el informe- no solo sostienen actividades criminales: alimentan organizaciones que pueden desafiar al Estado con el uso de la violencia, la corrupción y el control territorial.

El informe analiza también los grupos especializados en narcotráfico, que no operan bajo el mismo patrón. Algunos se estructuran como organizaciones centralizadas, con jerarquías estrictas, roles definidos y un fuerte control interno.

Este es el caso del Cártel de Sinaloa en México, la Camorra napolitana en Italia o el Primeiro Comando da Capital (PCC) en Brasil, que imponen normas internas, ejercen control sobre territorios y usan la violencia de forma generalizada para proteger sus operaciones y reputación.

En estos grupos, la toma de decisiones está concentrada en puntos clave de la jerarquía, lo que los hace más vulnerables si son correctamente identificados y desarticulados.

La detención de los mandos intermedios, según el reporte, suele generar más problemas que eliminar a los líderes visibles, cuya ausencia puede desencadenar guerras internas y un aumento de la violencia.

Como contraste, otras organizaciones descentralizadas operan en red, con estructuras más horizontales y una lógica orientada al comercio más que al control territorial.

Entre los ejemplos citados en el informe de estas organizaciones más ágiles y difíciles de desarticular, hay redes de narcos albaneses y nigerianos en Europa, organizaciones dedicadas al tráfico de metanfetamina en el sudeste asiático y clanes familiares en Bolivia y Perú que operan a pequeña escala. Estas redes suelen cooperar con otros actores a lo largo de la cadena global de drogas y comparten con ellos tareas como transporte, distribución o lavado de dinero.

En vez de imponer el control mediante la violencia, priorizan el flujo de mercancías y la evasión de controles estatales con una especialización por tareas, en la que unos grupos se encargan del transporte, otros del almacenamiento, otros del lavado de dinero o la distribución de la droga. Esta fragmentación permite a los criminales reducir su exposición, diversificar riesgos y mantenerse activos incluso cuando una célula es desarticulada.

La mejor estrategia policial contra ellas son la infiltración o la ruptura de la confianza entre los narcos, según el informe.

La ONU también documenta casos híbridos, como el de la Ndrangheta, una organización de Calabria que combina formas de dominio territorial en el sur de Italia con actividades como el tráfico de cocaína desde América del Sur.

Frente a esta diversidad organizativa, el informe advierte de que las políticas de “mano dura” o las operaciones indiscriminadas son, en general, poco eficaces y no debilitan a estas redes criminales.

Según el estudio, las estrategias más exitosas son aquellas que se basan en información de inteligencia y una selección precisa de objetivos.

En 2023, 316 millones de personas consumieron drogas en todo el mundo, lo que supone el 6% de la población adulta y un 28% más que hace diez años. Las mujeres representaron una cuarta parte de todos los consumidores.

El cannabis sigue siendo la droga más consumida, con 244 millones de personas. Le siguen los opioides (61 millones), la cocaína (31 millones), el éxtasis (25 millones) y las anfetaminas (21 millones).

Solo 1 de cada 5 consumidores con trastornos graves recibe tratamiento. La cobertura es menor en África y Asia, y las mujeres tienen aún menos asistencia: solo el 5,5% con problemas graves de consumo recibe algún tratamiento, en comparación con el 13,6 % de los hombres.

Recapturan narco Fito en Ecuador

El narcotraficante José Adolfo Macías Villamar (Fito), de 45 años, el criminal más buscado de Ecuador, fue recapturado el miércoles, un año y medio después de fugarse de la cárcel. Ahora espera ser extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por siete cargos en su contra. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció la nueva detención de Fito, que se había convertido en uno de los grandes objetivos de la guerra que declaró contra el crimen organizado poco después de su fuga, frente a la escalada de violencia que ha llevado a Ecuador a figurar entre los países con mayor índice de homicidios de Latinoamérica. La recompensa ofrecida por el Gobierno ecuatoriano ascendía a un millón de dólares por tratarse del líder de Los Choneros, la banda criminal más grande y antigua de Ecuador, dedicada a proveer al cartel de Sinaloa de México de toneladas de cocaína producida mayormente en Colombia. Pese a que contaba con una alerta roja de captura internacional de Interpol y a que durante meses se había especulado que podía estar en Colombia o en Argentina, Fito fue detenido en su natal ciudad de Manta. Estaba escondido en un búnker subterráneo.

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