Ginebra - El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, aseguró hoy que si se quiere cerrar la Ronda de Desarrollo de Doha en 2007, se tienen que tomar decisiones determinantes en los próximos cinco meses, ya que después de marzo podría ser demasiado tarde.
"No hay alternativas aceptables al cierre exitoso de la Ronda de Doha", por lo que "todos tenemos que trabajar sobre esa base", urgió hoy Lamy, en su calidad de presidente del Comité de las Negociaciones Comerciales, ante representantes de los 149 países que forman parte de la OMC.
Todos ellos forman el Consejo General de la organización multilateral, su máximo órgano decisorio, que se reúne hoy y mañana en Ginebra, tal y como hace con periodicidad, aunque esta es la primera ocasión en que lo hace después de que el pasado julio se suspendieran las negociaciones de la Ronda de Desarrollo de Doha.
Desde entonces Lamy ha continuado "manteniendo contactos con los participantes a todos los niveles para tratar de facilitar la conclusión de las negociaciones", porque "esa sigue siendo mi prioridad".
La reanudación de esas negociaciones no será antes de que EEUU termine su periodo legislativo, previsto para el 7 de noviembre, en que se renueva parte de la Cámara de Representantes y del Senado, y debería de cerrarse en los primeros meses de 2007.
El apremio por las fechas se debe a que en junio de 2007 expira la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, en inglés) o "fast track" que el Congreso dio al Gobierno de George W. Bush.
El TPA permite a Washington negociar acuerdos internacionales de comercio sin que los legisladores puedan modificar el texto mediante enmiendas, ya que sólo pueden pronunciarse a favor o en contra.
Lamy explicó que ha advertido a todas las partes de "los costes que un fracaso (de la Ronda de Doha) tendría para la economía mundial y para el sistema multilateral".
En ese sentido, se mostró convencido de que "todos somos mucho más conscientes de lo que hay sobre la mesa y de los beneficios potenciales de la Ronda para cada miembro y para la economía mundial si se cierra exitosamente", así como de que "hay que hacerlo lo antes posible".
"Ahora es más evidente que el costo del fracaso y la pérdida de la oportunidad de reequilibrar el sistema de comercio perjudicarían más a los países en desarrollo que a los demás", añadió Lamy, quien tiene previsto viajar este mes a Bruselas y Washington.
Para el máximo responsable de la OMC, sería conveniente aprovechar el punto muerto en que se encuentran las negociaciones para "pensar más creativamente en cómo el comercio, el desarrollo y el crecimiento pueden encajar en un todo coherente", en el que el programa de la ONU "Ayuda por Comercio" es una "pieza clave".
Además, es necesario que todos los gobierno "trabajen duro en sus propios territorios, aunque soy muy consciente de las dificultades a las que se enfrentan", reconoció Lamy, para quien es de particular importancia lograr "cambios sustantivos" en áreas fundamentales como la de agricultura.
"Hasta que no haya indicios visibles de flexibilidad -en ese sentido- seguiremos bloqueados" y no tendría sentido volver a sentarse para negociar, por lo que urgió a todas las partes a dedicar todos los esfuerzos de las próximas semanas a ese objetivos.
Durante la reunión del Consejo General de la OMC también se dio autorización a Lamy para que inicie contactos con las autoridades locales para negociar a largo plazo el traslado a una nueva sede más amplia que permita albergar a todos los trabajadores de la organización, repartidos ahora en dos edificios.
EFE