ARGENTINA
El organismo e insistió que “no está dispuesto a dar un paso atrás” en la postura de realizar un ajuste fiscal, pero aclaró que no entrará en “default”.
El Gobierno de Argentinareconoció ayer que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se han tensado en la definición de los números fiscales que pide el organismo e insistió que “no está dispuesto a dar un paso atrás” en la postura de realizar un ajuste fiscal, pero aclaró que no entrará en “default”.
“Estamos en un punto crucial de la negociación con el FMI”, dijo la portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, en rueda de prensa.
“Lo que hay que definir es si vamos a llevar adelante las políticas que quiere llevar adelante el Gobierno de fortalecer el crecimiento económico” o “lo que pide el FMI, que es una política de ajuste que el Gobierno argentino no está dispuesto a llevar adelante”, explicó.
“La palabra ajuste está desterrada en la Argentina para este Gobierno (...) La Argentina no va a entrar en default”, aseveró Cerruti.
A pesar de que la portavoz indicó que la negociación con el FMI “tiene en este momento esta discusión” sobre los números del déficit fiscal y que la política de ajuste es un “un punto clave” de esa discusión, dijo que es una “negociación que avanza”.
“Argentina tiene claro que no va a llevar adelante ningún tipo de ajuste y esperamos que el FMI flexibilice el pedido respecto de este tema”, dijo Cerruti.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, había dicho el miércoles que las negociaciones se desarrollan en un “escenario geopolítico complejo” y señaló que, si bien se han logrado “apoyos de buena parte de la comunidad internacional”, hay aspectos en los que el apoyo no es pleno “y esa es la razón por la cual aún no hay acuerdo en este punto medular que es el tema fiscal”.
La portavoz reconoció ayer jueves el peso de Estados Unidos en el FMI a la hora de aprobar el acuerdo de Argentina: “Vamos a necesitar el acuerdo de los EE.UU.”
Caen bonos y sube riesgo país.
El riesgo país de Argentina saltó ayer por encima de los 1.800 puntos básicos tras conocerse la información.
El índice de riesgo país de Argentina ascendió un 3,8 % hasta los 1.821 puntos básicos (16.18 GMT) y luego cedía a los 1.796 puntos básicos (17.10 GMT).
La suba, según analistas, responde a que Guzmán dijo que “el aspecto medular para alcanzar un acuerdo es el sendero fiscal. Es el punto donde hoy no hay acuerdo”, en un encuentro con gobernadores de las provincias argentinas para dar detalles del estado de avance de las conversaciones con el FMI, iniciadas en 2020.
Guzmán aseveró que, mientras Argentina planea bajar el déficit en la medida que la economía crezca, el FMI plantea “un programa que con alta probabilidad detendría la recuperación económica que Argentina está viviendo y que es esencialmente un programa de ajuste del gasto real”.
Según interpreta el mercado de la presentación de Guzmán, el Gobierno de Alberto Fernández estima llegar a un equilibrio fiscal primario recién en 2027.
La presentación de Guzmán “estuvo lejos de las expectativas en términos de convergencia al equilibrio fiscal, y aleja la posibilidad de que el Gobierno encuentre puentes de entendimiento tanto con la oposición como con el FMI”, explicó el jefe de estrategia de GMA Capital, Nery Persichini. “La dilatación de un acuerdo más allá de marzo es un riesgo debido a la delicada posición de reservas netas. La disyuntiva entre cumplir y ceder reservas ó defaultear y generar una crisis más profunda gana cada vez mayor intensidad”, señaló.
El mercado observa que Argentina negocia contra reloj porque los compromisos más voluminosos de este año empiezan a operar en marzo, cuando Argentina debería pagar 2.838 millones de dólares, metiendo aún más presión sobre el bajo nivel de reservas monetarias netas del país.
“La magnitud de la diferencia entre lo que el FMI exige y lo que el gobierno plantea sostiene nuestra visión de que no habrá acuerdo en enero 2022”, afirmó un reporte de Portfolio Personal Inversiones.
Además del sentimiento negativo que prevalece en el mercado con los bonos argentinos a medida que se aleja las posturas entre Argentina y el FMI, se trata de un mal día para la deuda emergente en general, porque “el mercado todavía sigue asimilando el mensaje más duro en términos de suba de tasas y desarme del balance de activos de las minutas de la Fed”, agregó Persichini.
El proceso.
Las negociaciones entre Argentina y el FMI llevan ya más de un año, mientras se aproximan los pesados vencimientos de deuda queel país deberá afrontar.
Cuando se iniciaron las negociaciones, el Gobierno apostaba a llegar a un entendimiento en muy pocos meses. La demora, según analistas, obedece principalmente a errores de estrategia y serias diferencias internas en la coalición gobernante sobre los tiempos y los alcances de los ajustes y reformas que conllevaría un nuevo acuerdo, diferencias que han metido “ruido” en la negociación. (Con información de EFE)
La deuda.
Refinanciación.
Argentina busca sellar con el Fondo de Monetario Internacional (FMI) un acuerdo de facilidades extendidas para refinanciar las deudas contraídas a partir del acuerdo de auxilio financiero firmado en 2018 entre el organismo y el entonces Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), que actualmente rondan los 41.000 millones de dólares.
Según el acuerdo de 2018, Argentina debería pagar al organismo, entre capital e intereses, 19.020 millones de dólares este año, 19.270 millones en 2023 y 4.856 millones en 2024, vencimientos que el Gobierno de Alberto Fernández ya ha dicho que el país, que atraviesa desequilibrios macroeconómicos importantes, no está en condiciones de afrontar.
Los compromisos más voluminosos con el FMI de este año empiezan a operar en marzo, fecha en la que Argentina debería pagar 2.838 millones de dólares. Ese monto representa aún más presión sobre el bajo nivel de reservas monetarias netas del país.