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El mundo ante un desafío urgente

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Listo: Pedro Sánchez y la ministra Teresa Ribera aparecen con voluntarios en la cumbre climática.
Spanish Prime Minister Pedro Sanchez (R) and Spanish Minister for Ecological Transition Teresa Ribera (2ndR) pose with volunteers onstage as they visit the congress centre IFEMA in Madrid on November 30, 2019 where the COP25 climate summit will be held from December 2 to 13, 2019. (Photo by PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP)
PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP

ECOLOGÍA

Riesgo de enfermedades, deforestación, aire contaminado y caída agrícola.

El aumento de los refugiados climáticos, la drástica disminución de las cosechas o el incremento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria son algunos de los efectos de la crisis climática que abordarán las delegaciones que participen, a partir de mañana lunes, en la vigesimoquinta Cumbre del Clima.

Madrid acogerá hasta el 13 de diciembre la Conferencia de las Partes (COP25) de la Convención Marco de Naciones Unidas, una cita que reunirá a representantes de 195 países y en la que la se hablará de nuevas estrategias para la lucha contra la crisis climática.

El Clima es el conjunto de condiciones meteorológicas que caracterizan una región durante un largo período de tiempo, y el cambio climático es la variación global del clima de la Tierra.

Cada una de las tres últimas décadas ha sido más caliente que las anteriores con una subida “probable” de la temperatura de 0,85 grados de 1880 a 2012, según datos del quinto informe del IPCC (panel sobre el cambio climático) presentado en Copenhague (Dinamarca) en noviembre de 2014.

Según la declaración de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicada en 2019, el año 2018 registró la cuarta temperatura media mundial más elevada desde que existen datos, situación que apunta a que la tendencia al calentamiento del planeta continúa sin detenerse.

Se entiende por emisión la cantidad de gas que va a la atmósfera y por concentración la cantidad de gas que permanece en ella, después de las interacciones entre atmósfera, biosfera, criosfera y los océanos.

Agua

El cambio climático puede afectar al acceso al agua potable. Más de mil millones de personas carecen de agua y se espera que su número se duplique para el año 2025 debido al aumento de sequías. La mayoría de esas personas viven en África, Asia Central y Medio Oriente.

Por cada grado que se eleve la temperatura, disminuirá, al menos, un 20% la cantidad de agua y el ciclo del agua, lluvias, evaporación, sequías, variará, no será uniforme en el conjunto del planeta, según el último informe del IPCC.

Agro

Los expertos apuntan que el nivel global de producción agraria se mantendrá dentro de las expectativas en los próximos cien años, pero a escala regional el impacto del aumento de las temperaturas en este sector será más fuerte.

África y América Latina serán los continentes más afectados. La drástica disminución de las cosechas impedirá a los agricultores producir o comprar alimentos suficientes para su manutención y las sequías y las inundaciones podrían convertir a millones de personas en refugiados.

El AR5, el quinto informe de Evaluación del IPCC, advierte de que si la temperatura sube un grado o más, disminuirá la producción de trigo, maíz y arroz en las zonas templadas y tropicales, en torno a un 2% por década.

El informe Especial del IPCC de octubre de 2018 subraya la importancia de limitar la subida de la temperatura a 1,5 grados, como establece el Acuerdo de París, “una tarea urgente”, dice el estudio que requiere “cambios sin precedentes” a nivel social y global.

Ecosistemas

El cambio climático alterará la estructura y funcionamiento de los ecosistemas.

La deforestación, alteración de las rutas migratorias, cambios en los patrones reproductivos, son algunos de los efectos.

Se teme que los bosques dejen de funcionar como sumideros de carbono y se transformen en fuente de emisión de gases; los arrecifes de coral mueran por el aumento de la temperatura y los glaciares, ecosistemas polares y alpinos corran peligro de desaparición.

Si la temperatura media sube un grado, algunos hábitats “únicos” corren peligro, pero de subir dos grados, los ecosistemas más perjudicados serán los arrecifes de corales y el Ártico, según el informe del IPCC.

Salud

La contaminación atmosférica causa unas 7 millones de muertes en todo el mundo, según datos de sociedades médico-científicas y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Existe una estrecha rerlación entre el cambio climático y la calidad del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

La OMS estima que nueve de cada diez personas en el mundo respiran aire contaminado, lo que causa el 24% de todas las muertes de adultos por cardiopatías, el 25% de las muertes por accidentes cerebrovasculares, el 43% de los fallecimientos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el 29% de las muertes por cáncer de pulmón.

El cambio climático puede derivar en un aumento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria, el dengue, fiebre amarilla o encefalitis. Se incrementará el riesgo de contraer salmonelosis, cólera y otras enfermedades de transmisión por el alimento o el agua.

Las olas de calor provocarán la muerte de miles de personas al año y el descenso de la productividad agraria agravará la desnutrición.

Equilibrio difícil en los mares

Desde las aguas heladas del Ártico hasta las tropicales del Caribe o las amables del Mediterráneo, mares y océanos del mundo enfrentan problemas de destrucción de biodiversidad, contaminación y sobreexplotación. Casi el 70% del planeta está cubierto por los mares, pero su equilibrio es cada vez más difícil, con riesgos de aumentos de nivel y temperatura, según la Organización Meteorológica Mundial.

Prueba de la fragilidad de estos ecosistemas es la reciente catástrofe ecológica del llamado Mar Menor, parte del Mediterráneo ubicado en el sureste de España, donde en octubre aparecieron toneladas de peces muertos tras un episodio de lluvias torrenciales.

La combinación del agua dulce y el vertido de restos orgánicos procedentes de la agricultura intensiva y de una costa urbanizada, colapsó a flora y fauna tras dejarla literalmente sin oxígeno y convirtió la zona en un mar “más que moribundo” según Jordi Camp, investigador del Instituto de Ciencias del Mar.

China acusa falta de voluntad para encarar crisis climática

China, el mayor contaminador del planeta, acusó a los países desarrollados de contribuir de manera insuficiente a la lucha contra el calentamiento, en vísperas de la reunión anual COP25. “La falta de voluntad política de los países desarrollados” es el “mayor problema” para reducir las emisiones contaminantes, declaró a la prensa el viceministro de Medio Ambiente chino, Zhao Yingmin.

China, segunda economía mundial, es, de lejos, el primer emisor de CO2 del planeta.

Sin embargo, en tanto que país en desarrollo, aspira al fondo anual de 100.000 millones de dólares prometidos por los países ricos para ayudar a los más pobres a hacer frente a la urgencia climática y a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero.

En un informe presentado el miércoles, China critica particularmente la decisión de Estados Unidos de retirarse del acuerdo de París e indirectamente, la propuesta de “tasa de carbono en las fronteras” barajada la futura presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Este mecanismo, que hace tiempo propuso Francia, permitiría imponer gravámenes a los productos que generen gases de efecto invernadero.

Para Pekín, esta tasa, tal como está contemplada “por algunos países desarrollados” “afectaría gravemente” a la ambición de la comunidad internacional de luchar contra el cambio climático.

Con información de AFP

Vulnerable y carece de defensas

El Mediterráneo es uno de los mares más vulnerables para la crisis climática y, según la FAO, el mar más sobreexplotado del mundo: su única salida es el estrecho de Gibraltar entre España y Marruecos, pero carece de suficientes mecanismos naturales para mitigar los efectos negativos del clima y está rodeado por una intensa actividad humana.

La Unión por el Mediterráneo o el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente han alertado de que su cuenca registró un aumento de temperaturas de 1,5 grados respecto a la era preindustrial y prevén que en los próximos años sufra cada vez más olas de calor, más sequías y también más lluvias torrenciales, todo lo cual derivará en efectos socioeconómicos y medioambientales graves.

En casos como el Ártico, el calentamiento en principio no debería ser tan negativo, ya que la reducción de hielos mejoraría las rutas de navegación y facilitaría la explotación de los recursos naturales, aunque ello puede generar conflictos por el control de esos recursos.

Gases abarcan doce especies moleculares
Además del dióxido de carbono hay otros de efecto invernadero
Emisiones industriales. Foto: El País

El dióxido de carbono (CO2), pese a ser el gas de efecto invernadero más conocido, no es el único con esta propiedad, pero si el más abundante de una lista formada por casi 2.000 variedades moleculares que se liberan a la atmósfera.

Los gases de efecto invernadero más comunes abarcan una docena de especies moleculares, entre los que se encuentran los óxidos de nitrógeno (NOx), el ozono (O3), los Clorofluorocarbonos (CFC), el metano (CH4), el vapor de agua (H2O) y, el ya citado, dióxido de carbono (CO2).

“La idea es comunicar que hay una familia de gases que tienen efecto invernadero, no sólo uno”, ha explicado el profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, Fernando Valladares.

Reconoce que, a pesar de que el CO2 es el gas más abundante, las actividades vinculadas a la liberación de metano (CH4), -que han tenido “un volumen de emisiones pequeño, hasta el momento”-, provocarán en una o dos décadas que “el metano reemplace al dióxido de carbono y se convierta en el principal gas con efecto invernadero”.

Por ahora, “el CO2 es muy abundante en la atmósfera, más que el CH4, pero su capacidad para calentarse es veinte veces menor”, ha explicado el profesor, lo que se traduce en que una pequeña cantidad de metano tiene más efecto invernadero que esa misma cantidad de dióxido de carbono.

Por otra parte, el divulgador climático y meteorólogo de Meteored, José Miguel Viñas, considera que “nunca nos hemos enfrentado a una situación de CO2 en la atmósfera como la actual” y, aunque este gas pueda favorecer la fotosíntesis en algunas zonas, el principal inconveniente vinculado a su presencia es el aumento de la temperatura planetaria.

Pero estos gases no son los únicos que afectan a la Tierra, los Clorofluoruros o denominados CFCs -unos gases derivados de procesos industriales-, también tienen efectos en el calentamiento global.

La acumulación de CFCs se ha conseguido revertir con el Protocolo de Montreal (1987), un convenio diseñado para proteger la capa de ozono que tuvo “un efecto positivo”, de acuerdo con lo que explica Valladares.

Pese a ello, el desarrollo de procesos industriales ha liberado otros gases a la atmósfera, cuya acumulación “está aún por determinar, porque tú liberas unas moléculas, pero entran en reacción con el cóctel de la atmósfera y se forman otras”, ha explicado Valladares.

Con información de EFE

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