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El misterio de la joven desaparecida Emanuela Orlandi se ahonda al abrir tumbas vacías en el Vaticano

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Trabajadores este jueves abriendo una de los dos tumbas en el cementerio del Vaticano. Foto: AFP
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ITALIA

Orlandi, que tenía 15 años cuando desapareció, residía dentro de las murallas del Vaticano, y fue vista por última vez el 22 de junio de 1983 cuando salía de una clase de música en el centro de Roma.

El misterio que rodea la desaparición de una adolescente hace 36 años se ahondó este jueves al hallarse vacías dos tumbas en el Vaticano, identificadas como sepulcro de dos princesas, pero en las que se pensaban podían estar los restos de la joven.

El Vaticano indicó en un comunicado que no solamente las tumbas no contienen restos de Emanuela Orlandi, sino que tampoco los de dos princesas que supuestamente debían estar enterradas desde el siglo 19 en aquel lugar del viejo cementerio alemán de Ciudad del Vaticano.

"No se han hallado restos humanos ni urnas funerarias" dice el comunicado.

Tras haberse recibido el año pasado un enigmático y anónimo señalamiento, el Vaticano procedió este jueves a la apertura de dos tumbas del cementerio con la esperanza de hallar algún rastro de Emanuela Orlandi, hija de una empleado del Vaticano, misteriosamente desaparecida en Roma hace 36 años cuando era una adolescente.

El hermano de Emanuela en el programa Porta a Porta de la televisión italiana. Foto: EFE
El hermano de Emanuela en el programa Porta a Porta de la televisión italiana. Foto: EFE

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Orlandi, entonces de 15 años, residía dentro de las murallas del Vaticano, y fue vista por última vez el 22 de junio de 1983 cuando salía de una clase de música en el centro de Roma.

Esta desaparición nunca resuelta intrigó a los italianos y suscitó una cadena de teorías y conspiraciones que involucraban a la mafia, las finanzas y el Vaticano.

El pasado verano boreal, los abogados de la familia recibieron un mensaje que los invitaba a buscar a Emanuela Orlandi "en el lugar donde apunta el ángel" que figuraba en una fotografía con unas lápidas.

Un ángel tallado en mármol con la inscripción "Descanse en paz", como el de la fotografía, se encuentra en el cementerio teutónico del Vaticano.

Tras este anónimo señalamiento, la familia interpuso una demanda de verificación de la tumba.

Finalmente, para evitar cualquier duda sobre la tumba indicada por la estatua del ángel, el Vaticano abrió este jueves dos tumbas adyacentes, donde supuestamente reposaban los restos de dos princesas muertas en 1836 y 1840. Estaban vacías.

Según el Vaticano, se están efectuando verificaciones en los archivos sobre las obras de restructuración llevadas a cabo en el viejo cementerio, algunas a fines del siglo 19, otras entre los años 1960 y 1970. 

Múltiples especulaciones

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La operación de apertura de tumbas se realizó de forma muy discreta en este cementerio, únicamente accesible desde el interior del Vaticano, aunque forme parte del territorio italiano.

El cementerio fue construido en el lugar que ocupaba el circo del emperador romano Nerón, escenario del martirio de varios cristianos.

Pietro Orlandi, hermano de Emanuela -que desde hace años exige la verdad y criticó el silencio del Vaticano- estuvo presente en la operación, así como descendientes de las dos princesas.

"Lo último que esperaba era encontrar vacías esas tumbas" de lamentó Pietro Orlandi, de 60 años. 

El caso Orlandi había recuperado toda la atención mediática a finales de octubre después del descubrimiento de restos humanos por parte de trabajadores que realizaban obras en un edificio en Roma de la nunciatura en Italia.

Pero los exámenes científicos llegaron a la conclusión de que se trataba de huesos muy viejos y que no pertenecían a Emanuela.

Su caso ha generado múltiples especulaciones. Según algunas de ellas, la adolescente habría sido secuestrada por un grupo criminal para recuperar un préstamo ante el presidente estadounidense del Banco del Vaticano (IOR), Paul Marcinkus.

Otros afirman que Emanuela habría sido secuestrada para obtener la liberación de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981. Pero jamás ninguna de las especulaciones ha sido probada.

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