Los cardenales iniciaron sus reuniones

| Ayer juraron manetener en secreto el orden del día de sus reuniones que llevarán a la elección de un Papa

CIUDAD DEL VATICANO | AP

Se jura mantener el secreto. Se desprende el sello de los documentos papales. Las reuniones del Colegio de Cardenales tras la muerte de un Papa están envueltas en misterio.

Las reuniones de ayer —dos sesiones a lo largo de dos horas y media— fueron las primeras de lo que serán encuentros diarios de cardenales. Las reuniones preceden a la elección de un nuevo papa en una votación secreta, conocida como cónclave, a efectuarse más adelante este mes.

En la reunión de ayer, los cardenales juraron secreto en latín, a todo lo que se discuta en esas sesiones. Cada cardenal presente respondió: "Y yo (pronuncia su nombre), así lo prometo, me comprometo y juro". Luego, colocando sus manos sobre un ejemplar de los Evangelios, añade "así me asistan Dios y estos Santos Evangelios que toco ahora con mi mano".

Cada cardenal recibe una copia de la constitución apostólica y, tal como destaca el documento, tiene la "oportunidad de formular preguntas sobre el significado y aplicación de sus normas".

Además de establecer el viernes como la fecha del funeral y la basílica de San Pedro como el lugar de reposo definitivo de Juan Pablo, los cardenales se aseguraron de que sus cuartos estuviesen listos en la residencia que ocuparán los prelados dentro del Vaticano, en el albergue Domus Sanctae Marthae, y que esté lista la Capilla Sixtina para la elección secreta del nuevo Papa.

En las próximas reuniones diarias, los cardenales escogerán "a dos eclesiásticos conocidos por su recta doctrina, sabiduría y autoridad moral" para que presenten dos meditaciones sobre los problemas que enfrenta la Iglesia y el discernimiento para elegir el nuevo pontífice.

Los cardenales también discutirán y aprobarán los gastos incurridos en el interregno.

Además de la lectura de cualquier documento que el Papa hubiese dejado al Colegio, también dispondrán la destrucción del Anillo del Pescador del pontífice, asignarán por sorteo los cuartos del albergue, y fijarán fecha y hora para el comienzo de la elección.

El sucesor de Juan Pablo II podrá elegir libremente el nombre que utilizará durante su pontificado, que puede ser el de uno de sus antecesores, el de un santo o una versión latinizada de su nombre de pila.

La regla quiere que el sucesor del apóstol Pedro en el trono de la Iglesia elija su nombre justo después de haber sido elegido por el colegio cardenalicio, reunido en Cónclave.

El Santo Padre se llevó con él nombre de un prelado secreto

El papa Juan Pablo II murió sin revelar la identidad del último cardenal in pectore que designó en 2003 por lo que su nombramiento no se hará efectivo.

La fórmula del cardenal in pectore permite a los papas honrar a prelados cuyo nombramiento podría plantear riesgos para ellos o para las relaciones del Vaticano con un Estado, o por simples razones de conveniencia.

Juan Pablo II nombró 21 cardenales en el último consistorio en octubre de 2003 y anunció que guardaba en su corazón la identidad de uno de ellos.

Se mencionaron tres nombres: el arzobispo de Moscú, monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, muy criticado por el patriarcado ortodoxo local, el arzobispo de Hong Kong, monseñor Zen Ze Kiun, cuyo nombramiento correría el riesgo de provocar un conflicto diplomático con las autoridades chinas y el arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz, su secretario personal.

Anteriormente, los cardenales in pectore fueron designados en los países comunistas y sus nombres se mantenían en secreto para evitarles persecuciones.

Ese fue el caso del cardenal chino Gong Pin Mei, hecho cardenal secreto en 1979 por Juan Pablo II cuando cumplía una cadena perpetua en su país.

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