AL MENOS 100 MUERTOS
El choque armado entre los dos países estalló tras la medianoche del lunes al martes en diferentes puntos de la frontera común con el uso de armas de diferente calibre, incluido morteros, y drones.
La reanudación de ataques en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán hacían ayer martes temer el estallido de una segunda guerra en el espacio de la antigua Unión Soviética, unas hostilidades que llegan en el peor momento para Rusiainmersa en la campaña bélica en Ucrania.
El choque armado entre los dos países estalló poco después de la medianoche del lunes al martes en diferentes puntos de la frontera común con el uso de armas de diferente calibre, incluido morteros, y drones.
Un alto el fuego facilitado por Rusia no se ha cumplido hasta ahora, aunque hay una reducción importante en la intensidad de los bombardeos.
Armenia y Azerbaiyán, enfrentados desde la década de 1980 por Nagorno Karabaj -reconocido internacionalmente como territorio azerbaiyano pero poblado por armenios étnicos- se acusan mutuamente de los ataques fronterizos, que se repiten esporádicamente.
Sin embargo, el de ahora es el más grave no sólo desde el fin de la guerra de 44 días de otoño de 2020 por el control del enclave separatista, en la que Azerbaiyán derrotó a Armenia, sino también en la frontera común.
Los dos países nunca han delimitado la frontera al enzarzarse en el conflicto karabají antes de la desintegración de la URSS.
Según Armenia, en los ataques fallecieron al menos 49 militares armenios y tres civiles resultaron heridos, mientras Azerbaiyán informó de 50 bajas mortales en sus filas.
La versión de Armenia es que el Ejército azerí atacó en siete direcciones e “intentó avanzar”, en tanto que Azerbaiyán afirma que sus tropas tuvieron que tomar “medidas de respuesta decisivas” para suprimir el fuego armenio y actos de sabotaje en tres lugares.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, pidió inmediatamente la activación del Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua firmado con Rusia en 1997 y que incluye la posibilidad de asistencia militar.
Rusia tiene desde mediados de los años 1990 una base militar en la ciudad armenia de Giumri, en el noreste.
Para Europa y sobre todo Rusia un nuevo frente en el Cáucaso Sur sería el peor momento debido a su guerra en Ucrania.