EFE
La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos, residió durante el 2023 en Madrid, España, después de que recibiera amenazas de grupos del crimen organizado de su país que le impidieron seguir con su plan de mudarse a Ámsterdam, donde está matriculada en un programa de Política, Psicología, Derecho y Economía.

El rey Guillermo Alejandro reveló este miércoles 17 de abril la estancia de su hija mayor, de 20 años, que se mantuvo en secreto con la complicidad de los reyes Felipe y Letizia, quienes tienen una estrecha amistad con el monarca neerlandés y su esposa, Máxima.

"Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de conciudadanos y de sus majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus majestades y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo", subrayó el monarca neerlandés en su discurso en la cena de gala ofrecida a los reyes de España en el Palacio Real de Ámsterdam.

Durante el tiempo que estuvo en Madrid, Catalina Amalia de Orange, la heredera de la Corona neerlandesa pudo seguir a distancia sus estudios universitarios. En enero de 2023 había sido vista junto a su madre en un viaje no anunciado en Madrid, cuando ya estaba viviendo en esta ciudad.

Amalia volvió a Ámsterdam hace tan solo dos meses para continuar su formación académica e instalarse en la residencia estudiantil, si bien las autoridades permanecen en alerta y no dan por desaparecida la amenaza, por lo que han reforzado las medidas de seguridad.

Guillermo Alejandro reveló la estancia de su hija mayor en Madrid en su primera aparición en un banquete de una visita de Estado de un mandatario extranjero, que hizo coincidir con la de don Felipe y doña Letizia.

La princesa de Orange forma parte de la generación de herederas europeas llamadas a ser reinas en un futuro, al igual que ocurre en España con Leonor de Borbón, quien tiene dos años menos.

En su intervención ante los 220 invitados a la cena, Felipe VI destacó que las dos familias tienen una relación "muy cercana" y han compartido muchos momentos personales e institucionales en los últimos tiempos.

El pasado mes de febrero, en un viaje con sus padres, Amalia confesó haberlo pasado "muy mal" tras las amenazas que recibió. "Echo de menos la vida normal, la vida de estudiante. Caminar por las calles, poder ir a una tienda", lamentó.