La derrota del kirchnerismo fue admitida por sus líderes, aunque anuncian que le pondrán un “freno a Milei”

En el búnker de Fuerza Patria nadie apostaba por una diferencia de trece puntos sobre La Libertad Avanza, tal como fue la marca histórica de los comicios provinciales del 7 de setiembre. Esperaron, hasta al final, un muy ajustado triunfo sobre el presidente Javier Milei en el principal distrito electoral del país. La sombra de la derrota llegó como el invitado menos esperado.

Los tres gestores de Fuerza Patria, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, leyeron los resultados juntos, por primera vez, desde que se armó la alianza que estuvo al borde de la ruptura varias veces, en todo el proceso electoral. Estuvieron encerrados, por tres horas. Y finalmente se mostraron en el escenario.

Los líderes del Movimiento Derecho al Futuro, de La Cámpora y del Frente Renovador se dieron cita en el búnker de esa capital para proyectar la unidad como alternativa hacia 2027.

Finalmente solo habló Kicillof, ya con una derrota de 40,92% contra 41,45 % el resultado del 98,35 de los votos escrutados. Agradeció a Sergio, a Máximo y a Cristina Fernández de Kirchner, “que debería estar acá pero está injustamente presa”.

“La noche de hoy hemos conocido resultados muy ajustados con una mínima de 0,5 en nuestra contra. Pudimos renovar 15 diputados y uno más”, dijo. La expectativa de un triunfo cómodo se fue diluyendo y el socio minoritario, Juan Grabois fue el primero en mencionar la posibilidad de un resultado adverso.

“Si el resultado no es el que esperamos, si tenemos un resultado adverso tenemos que tener templanza suficiente”, dijo. “Si se gana por un voto, se gana”, se esperanzó.

Después de las 22, Kicillof había previsto hablar desde un escenario junto a sus invitados Massa y Máximo Kirchner, los candidatos a diputados nacionales Jorge Taiana, Jimena López, Juan Grabois, y la vicegobernadora Verónica Magario.

Para proyectarse como fuerza nacional en unidad, la única consigna de los organizadores a la militancia había sido movilizar banderas celestes y blancas a las afueras del búnker.

La foto de Kicillof, Massa y Máximo Kirchner se eludió durante todo el proceso electoral, donde hubo serios enfrentamientos por la estrategia que proyectó Kicillof de desdoblar y anticipar los comicios provinciales.

“Esperemos que se respete lo que expresó el pueblo en las urnas”. Con esas palabras Kicillof se recluyó hasta conocer el resultado final de los comicios nacionales en la provincia de Buenos Aires.

Antes de la derrota, por menos de 50 mil votos, tendió una mano a sus socios al anticipar que estuvo “muy conforme con el proceso de Fuerza Patria”.

No estuvieron tan conformes varios de los asistentes al búnker del Hotel Brizo, donde desde temprano llegaron intendentes, legisladores nacionales, concejales y gremialistas.

Los primeros reproches comenzaron a escucharse por lo bajo: los intendentes no tuvieron espacio en la lista a diputados nacionales; el gobernador al desdoblar y anticipar un triunfo propició mayor movilidad de los libertarios reaccionarios; Cristina Kirchner ya había advertido que no era una buena estrategia desacoplar la elección, entre otros comentarios que los funcionarios no se atrevieron a suscribir con nombre propio mientras aún se terminaban de contar los votos.

“Cristina tenía razón”, dijo Mayra Mendoza, una de las pocas que salió a comentar el resultado. “El conurbano va a salvar la patria”, se esperanzó cuando la diferencia aún era de menos de un punto entre la lista celeste del peronismo y la lista violeta de los libertarios.

Otros de los socios tuvieron menos optimismo. “Es una mezcla de sensaciones a procesar”, dijo uno de socios mayoritarios de la alianza electoral, antes de retirarse del búnker cuando caía la lluvia y el público reunido en la calle se retiraba, triste y mojado.

María José Lucesole, La Nación.