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La Casa Blanca renovó su respaldo a Luis Almagro, tras informe sobre violaciones éticas en la OEA

“El Departamento de Estado revisó el informe y concluyó que no hubo violación ética por lo que vamos a seguir trabajando con Almagro como secretario general de la OEA", indicó un asesor de Biden.

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Luis Almagro. Foto: EFE
Luis Almagro.
Foto: EFE

Con un respaldo sólido de la Casa Blanca, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, logró sobrevivir unainvestigación independiente que cuestionó su falta de “sentido común y buen juicio” al mantener una relación amorosa con una funcionaria más joven del organismo, aunque sin llegar a violar las reglas referidas a aumentos salariales, viajes, conflictos de interés, y sin favorecerla a través de sus tareas de supervisión.

Las conclusiones sobre la conducta de Almagro quedaron impresas en un informe de 121 páginas que fue entregado este lunes a los Estados miembros de la OEA en Washington. La investigación externa se puso en marcha por orden del Consejo Permanente, en noviembre, luego de que la agencia de noticias AP revelara, en octubre pasado, que Almagro mantenía una larga relación con una funcionaria mexicana, Marian Vidaurri, 20 años más joven. Almagro nunca negó la relación, que duró cerca de tres años –“personalmente, quizá los mejores de mi vida”, dijo Almagro–, y ya había concluido al inicio de la investigación.

Aunque el código ético de la OEA no prohíbe relaciones íntimas entre los miembros del organismo, estipula que sus trabajadores “no deberían consentir que ninguna relación íntima con otro miembro del personal o colaborador interfiera en el ejercicio de sus funciones ni represente un obstáculo para otros en el puesto de trabajo”. El informe, según indicó la agencia AP, dijo que Almagro violó el código de ética que demanda siempre actuar con “sentido común y buen juicio”. Pero también dijo que la pareja tomó “debidas precauciones” para evitar romper reglas. Almagro viajó con Vidaurri en 42 de sus 92 viajes oficiales.

Juan González, principal asesor para América Latina del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, brindó un claro respaldo a Almagro al ser consultado por La Nación durante una charla en Washington -EFE Dialogues, organizado por la agencia de noticias EFE-, sobre si la Casa Blanca confiaba en que el dirigente podía continuar liderando la OEA.

“Tenemos una política de tolerancia cero con las violaciones éticas”, arrancó González. “El Departamento de Estado revisó el informe y concluyó que no hubo violación ética por lo que vamos a seguir trabajando con Almagro como secretario general de la OEA. No podemos darnos el lujo de no trabajar con la OEA, particularmente en este momento algunos de los principales desafíos son las conversaciones panamericanas”, concluyó.

Almagro ha tenido una gestión controversial al frente de la OEA, signada por las divisiones regionales, su ofensiva y sus críticas a los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y su papel la crisis en Bolivia que terminó con la renuncia del entonces presidente Evo Morales (2019), ampliamente vista por varios gobiernos de la región, entre ellos, el de la Argentina, como un golpe de Estado, una postura que Almagro siempre rechazó.

El presidente argentino Alberto Fernández había pedido el año pasado la renuncia de Almagro en la Cumbre de las Américas al afirmar que si la OEA quería ser respetada y volver a ser la plataforma de política regional, “debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen”.

Antecedente de despido

Aunque la relación de Almagro era ampliamente conocida en Washington, la investigación puso en duda su continuidad al frente de la OEA sobre todo después del antecedente del despido de Mauricio Claver-Carone de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por su relación con su jefa de gabinete, Jessica Bedoya.

En esa ocasión, la Casa Blanca, que nunca comulgó con Claver-Carone, decidió soltarle la mano y aprobó su destitución. Claver-Carone había llegado a la presidencia del BID en una elección controvertida impulsado por el entonces presidente Donald Trump. Y si bien los casos guardaban similitudes, hubo diferencias sustanciales.

El BID prohíbe las relaciones amorosas entre sus empleados, Claver-Carone siempre negó la relación y se negó a cooperar plenamente con la investigación independiente que activó el Directorio Ejecutivo del BID, y además ese trabajo halló que le había aumentado el sueldo a Bedoya en dos ocasiones, hasta sumar más de US$ 400.000 al año.

Sin el respaldo de la Casa Blanca y el Tesoro, Claver-Carone fue despedido casi por unanimidad en una votación de la asamblea de gobernadores del BID. El Tesoro además lo acusó de crear “un clima de medio y represalias” en el BID, y dijo que su falta de cooperación plena con la investigación lo habían despojado de la confianza necesaria por parte del staff y los accionistas del banco para continuar al frente del organismo.

Por Rafael Mathus Ruiz, LA NACIÓN (GDA)

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