EFE
El presidente colombiano Gustavo Petro firmó ayer el decreto que ordena el cese el fuego bilateral de 180 días desde el próximo 3 de agosto con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), acordado el mes pasado en el tercer ciclo de las negociaciones de paz, celebrado en La Habana, Cuba.
El acuerdo estará vigente hasta el 29 de enero de 2024, según el decreto 1117 de fecha 5 de julio, informó la Presidencia de la República.
El decreto señala que “la suspensión de operaciones militares y operativos policiales ofensivos se hará sin perjuicio del cumplimiento de la función y obligación constitucional y legal de la fuerza pública de preservar la integridad del territorio nacional”.
El monitoreo y verificación del cese el fuego se hará mediante un mecanismo del cual hacen parte la propia fuerza pública y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el ELN, la Conferencia Episcopal y la Misión de Verificación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Colombia.
El cese el fuego “podrá ser prorrogado con base en la valoración que se realice en la Mesa de Diálogos de Paz de los informes que presente el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, y conforme a lo acordado por las partes”, señaló la Presidencia en un comunicado.
Según el decreto, el objetivo de esta medida es mejorar la situación humanitaria en las zonas de conflicto con el propósito de que “la población civil pueda ejercer sus derechos y libertades, con énfasis en los más vulnerables, entre ellos, los liderazgos sociales y ambientales, pueblos étnicos, mujeres, personas defensoras de derechos humanos y los menores de edad”, añade el escrito.
Con ese propósito, Petro ordenó además en el decreto la “suspensión de las operaciones ofensivas de la fuerza pública” a partir de las cero horas de ayer 6 de julio “en contra de los integrantes del ELN que participen en el proceso de paz y se encuentren dentro de los procedimientos para la ejecución del Acuerdo del Cese el Fuego Bilateral y los protocolos correspondientes”.
El pasado martes, el Comando Central (Coce) del ELN también ordenó de manera unilateral a todos sus frentes y organizaciones cesar a partir de ayer y hasta el 3 de agosto, “todas las acciones militares ofensivas contra las Fuerzas Militares y de Policía en todo el territorio nacional”.
Sin embargo, en los días previos a ese cese al fuego unilateral, el ELN recrudeció sus ataques en diferentes partes del país, acciones que han vuelto a sembrar dudas sobre la real voluntad de paz de esa guerrilla.
El mismo martes, guerrilleros asesinaron a tres policías en dos ataques perpetrados en las localidades de El Zulia y Tibú, en el departamento de Norte de Santander, y miércoles el Ejército colombiano informó de que una sargento y sus dos hijos, de 6 y 8 años, uno de ellos con condición autista, fueron secuestrados por el ELN mientras viajaban por una carretera del departamento de Arauca.
También en Arauca, guerrilleros hostigaron en la noche del miércoles con ráfagas de fusil el puesto de Policía del municipio de Fortul, acción que no dejó víctimas.
El ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, exigió ayer su liberación.
“Es incomprensible que el mismo día que el Mando Central expidió un comunicado saludando y llamando a todos los miembros de esa organización al cese (el fuego) (...) hayan cometido hechos sobre todo con personas que se encontraban indefensas”, dijo Velásquez en Buenaventura, principal ciudad portuaria del Pacífico colombiano.