Gira de Bush por Europa mejoró relaciones

BRUSELAS | AFP y EFE

n La gira del presidente norteamericano, George W. Bush, por Europa esta semana ayudó a calmar los ánimos entre los estadounidenses y la Vieja Europa, pero Francia, Alemania y Rusia marcaron distancias ante EE.UU.

"A partir de esta visita se espera una mayor convergencia entre europeos y norteamericanos, aunque ahora hay que definir quién va a converger más en qué", estima Michael Emerson, experto del Centro de Estudios de Política Europea de Bruselas.

Ambos lados del Atlántico se dijeron satisfechos del gesto de Bush de cruzar el océano para ofrecerse a colaborar con Europa durante los próximos cuatro años de su gobierno, después del desencuentro provocado por la intervención de su país en Irak, rechazada principalmente por Francia y Alemania, países fundadores y economías de peso de la Unión Europea (UE).

La crisis de Irak se dio por zanjada porque Washington ha conseguido que los europeos participen de una forma u otra en la reconstrucción: Francia, Alemania y España financiarán la misión de la OTAN de entrenamiento de militares iraquíes y entrenarán policías.

"Nos pusimos de acuerdo para dejar de subrayar constantemente las cuestiones en las que estamos en desacuerdo", describió con humor el canciller alemán, Gerhard Schroeder.

PRODUCTOS. El reencuentro ya ha dado algunos frutos, como el anuncio de Siria de su intención de acelerar su retirada sus tropas de Líbano tras el reclamo de ambos bloques. También se espera que Washington y Bruselas respalden en la práctica el proceso de paz entre israelíes y palestinos, que toma un nuevo impulso.

Por otra parte, el desacuerdo norteamericano ante la voluntad europea de levantar el embargo a la venta de armas a China está por resolverse, y tampoco se sabe cuánto durará el apoyo de Bush a la vía diplomática que utiliza Europa para que Irán abandone su programa nuclear. Otras discrepancias son la negativa estadounidense a participar en el Tratado de Kioto, cuestiones comerciales o los planes rusos de vender misiles a Siria.

Más allá de la UE, Bush no olvida a Moscú y su cruzada en favor de una Rusia más democrática y más respetuosa de los derechos humanos es compartida por Bruselas, frente a un Vladimir Putin que ve con preocupación la mayor influencia europea hacia el este, y sigue objetando que la modernización política debe adaptarse a las tradiciones de Rusia.

"En suma, esta semana los europeos y Rusia intentaron convencer a Bush de que se acerque más a ellos, aunque no sabemos cuál será el resultado", concluye Michael Emerson.

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