Fieles colman las plazas e iglesias en todo el globo

La beatificación de Karol Wojtyla. En todo el planeta la gente se unió a la fiesta | Los polacos recordaron de manera especial al Papa que remozó la Iglesia Católica

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En todo el mundo se llenaron iglesias y plazas para rezar y seguir la ceremonia de beatificación del Juan Pablo II y recordar su paso por esas tierras, pues mientras estuvo vivo visitó casi todos los países del globo.

En el santuario de la Gracia de Dios, en Cracovia, miles de polacos asistieron a la proyección de las imágenes del Vaticano. La multitud formaba un mar de sombrillas y banderas blancas y amarillas, los colores papales, que cubría la mayor parte del prado afuera del santuario, pues adentro sólo cupieron 4.500 personas.

En Polonia, un país donde más del 90% de la población se declara católica, la organización sindical local más grande, OPZZ, decidió cancelar por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial la celebración por el Día de los Trabajadores.

Más cerca, en México, miles de personas hicieron una vigilia de oración el sábado de noche en la Basílica de la Virgen de Guadalupe y luego acamparon hasta ayer para ver en directo la beatificación. En Guadalajara, segunda ciudad más importante del país, miles de personas se reunieron en un estadio, mientras que en Puebla, caracterizada por sus numerosas iglesias, la arquidiócesis organizó eventos musicales y una exposición de fotos que recordó la visita de Juan Pablo II en 1979.

La televisión Nacional de Cuba anunció la transmisión especial, en forma diferida, de la ceremonia de la plaza de San Pedro y el noticiero del mediodía del canal estatal también emitió un reportaje sobre Juan Pablo II que visitó la isla en 1998 y que fue recibido por Fidel Castro. Informó también que una delegación oficial de Cuba asistió a la ceremonia en Roma.

En Brasil, el país con más católicos del mundo, organizaron misas solemnes y en acción de gracias por el Papa beatificado. La comunidad polaca de Curitiba, ciudad del sur de Brasil, realizó una vigilia en el "Bosque del Papa", un parque que recibió ese nombre tras una visita de Juan Pablo II en 1980, informó la Gazeta de Maringá.

En Argentina hubo rezos y una vigilia desde la noche del sábado en la catedral de Buenos Aires, colocándose un busto del beato que visitó el país en 1982 y 1987. "¡Juan Pablo II, te quiere todo el mundo!``, cantaban los jóvenes que desafiaron el frío de la madrugada. La ceremonia se siguió por pantallas gigantes y luego el cardenal Jorge Bergoglio celebró una Misa.

En Venezuela -visitada por Juan Pablo II en 1983 y 1996- decenas de personas se reunieron desde las tres de la mañana en una plaza de Caracas para observar en vivo, por pantalla, la ceremonia del Vaticano.

Las reuniones de gente para seguir las transmisiones se repitieron en otros tantos países del globo. En Corea del Sur, por ejemplo, unos 800 católicos asistieron a un servicio religioso en la iglesia de Hwaseong en el sur de Seúl; y en Filipinas la gente salió en multitudes para ver reliquias del beato. En Australia cientos de personas se reunieron en la catedral de Santa María en Sydney para celebrar la beatificación con varias Misas a lo largo del día.

Celebraciones también en Uruguay

Montevideo, Melo y Salto dieron gracias a Juan Pablo II

El Arzobispo de Montevideo monseñor Nicolás Cotugno celebró a las 11 de la mañana de ayer una Misa en acción de gracias en la Catedral Metropolitana por la beatificación de Juan Pablo II. También se anunció que el 15 de mayo a las 10 habrá una Misa en la base de la Cruz de Tres Cruces, erigida para la primera visita de Juan Pablo II a Uruguay en 1987. Será presidida por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos de la Santa Sede, y en ella se ordenarán tres diáconos y tres sacerdotes.

En Melo, en tanto, en la explanada del Barrio La Concordia, en el mismo lugar donde Juan Pablo II dirigió su homilía en su visita el 8 de mayo de 1988, más de un centenar de personas, sin más publicidad que el boca a boca acudieron a rezar el Rosario en espera de la beatificación.

"Estuve cuando vino", dijo una señora joven: "Era la niña que le entregó las flores en el aeropuerto".

Ayer, en tanto, en la Iglesia Catedral hubo Catequesis sobre la Divina Misericordia y adoración del Santísimo Sacramento y a las 17 hubo una Misa presidida por el Obispo y concelebrada por sacerdotes de la ciudad. En Salto, en tanto, la feligresía acompañó las celebraciones con un acto en el lugar y a la misma hora donde el Pontífice ofició una misa el día 9 de mayo de 1988, y de tarde en diversos templos se hizo lo propio.

Presidido por el Obispo de la Diócesis de Salto, Mons. Pablo Galimberti, y ante autoridades departamentales encabezadas por el Intendente Germán Coutinho, bajo lluvia se cumplió con la programación en la zona del Parque Mattos Netto, a pocos metros del Río Uruguay y en la calle que ahora lleva el nombre del beato. Se escucharon grabaciones de la homilía que en aquella histórica jornada pronunció Juan Pablo II.

Varios de los presentes que fueron testigos de aquel acontecimiento se emocionaron hasta las lágrimas al escuchar en un claro español los mensajes de fe y esperanza que el Santo Padre impartió. (Producción: Melo: N. Araújo; Salto: L. Pérez).

El Pontífice que acercó la Iglesia a la gente

Viajes apostólicos lo llevaron por varios países del mundo

"La rica personalidad del joven Karol maduró gracias al entrelazamiento de sus dotes intelectuales, espirituales y morales con los acontecimientos de su época, que marcaron la historia de su patria y de Europa".

De esta manera definió al nuevo beato Agostino Vallini, vicario general para la diócesis de Roma que, junto a monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa, pidió a Benedicto XVI que se procediera a la beatificación de Juan Pablo II. Antes de hacerlo leyó esta semblanza del Papa polaco.

Karol Józef Wojtyla nació en Wadowice, cerca de Cracovia (Polonia), el 18 de mayo de 1920 en una familia modesta, su padre era aprendiz de sastre. Perdió a su madre cuanto tenía nueve, y tres años más tarde murió su hermano Edmund, médico. En 1941, a los 21 años, se murió su padre y quedó solo.

Durante la Segunda Guerra Mundial animó un grupo de teatro clandestino y terminó sus estudios de seminarista, ordenándose sacerdote en 1946.

Fue profesor de Teología y en 1964 fue nombrado obispo de Cracovia y participó en el Concilio Vaticano II. En 1967 llegó a cardenal. Su pontificado pasó a la historia por los viajes apostólicos por el mundo y por haber remozado a la Iglesia Católica tras la crisis posconciliar.

Apenas asumió impuso un estilo que contrastaba con los usos de la Curia romana y se acercó a la gente, tomando contacto directo con los fieles.

El 13 de mayo de 1981 estuvo al borde la muerte, cuando el turco Ali Agca lo hirió de tres balas en el pecho y la mano.

"El optimismo arrollador, fundado en la confianza en la Providencia divina, llevó a Juan Pablo II (...) a mirar siempre hacia horizontes de esperanza, invitando a la gente a abatir los muros de las divisiones, a eliminar la resignación para volar hacia metas de renovación espiritual, moral y material", resumió el cardenal Vallini. AFP

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