Nash Keen llegó al mundo un 5 de julio de 2024, 133 días antes de la fecha estimada, pesando 280 gramos. Nació en el Hospital Infantil Familiar Stead de la Universidad de Iowa y automáticamente se convirtió en el bebé más prematuro del mundo en sobrevivir. Tras permanecer seis meses internado en la unidad de cuidados intensivos neonatales, logró superar la etapa más crítica. Y este mes celebró su primer cumpleaños.
El parto se aceleró luego de que Mollie, su madre, asistiera al control prenatal de las 20 semanas. Allí descubrieron que tenía dos centímetros de dilatación, por lo que era de urgencia salvar la vida del bebé, que nació con apenas 21 semanas de gestación.
Cómo está hoy
Aunque Nash todavía depende de una cánula para respirar y una sonda de alimentación, sus padres y el equipo médico aseguran que cada día gana más fuerza. Incluso comenzó a aprender a ponerse de pie, algo que fue sorpresivo para el personal médico, considerando el largo tiempo en cuidados intensivos y las secuelas que suelen dejar este tipo de nacimientos.
Para la familia Keen, el nacimiento de Nash significó un momento de tensión, ya que Mollie y su esposo Randall ya habían sufrido un aborto espontáneo en un embarazo anterior. Hoy Mollie comparte con sus seguidores la vida cotidiana del niño en redes sociales.
La obstetra Malinda Schaefer, quien atendió el parto, reconoció a Associated Press, que les explicó a los padres los riesgos de “complicaciones médicas graves”, pero celebró el progreso del niño.
Un Récord Guinness
El caso fue reconocido por el Libro Guinness de Récords como el nacimiento más prematuro registrado del que se tenga constancia con supervivencia. Nash superó por un día al anterior poseedor del récord, tras pasar solo 147 días en el vientre de su madre.
O Globo/GDA