En EE.UU. perciben más miedo que crisis en situación argentina

Visión. Los inversionistas se "mudarían" a países vecinos, como Uruguay

DANIEL HERRERA LUSSICH

En WASHINGTON

CORRESPONSAL PERMANENTE

Argentina ocupa la atención de los centros financieros, la prensa y los analistas políticos y económicos de Estados Unidos. Según The Washington Post el país sudamericano "no está atrapado por la crisis, está atrapado por el miedo a la crisis".

Las cadenas de televisión durante el fin de semana, especialmente la CNN, dedicaron largos programas a informar sobre la situación argentina y a dialogar, a través de enviados especiales, con agricultores, gente de gobierno, taxistas y personas que abordaban en plena calle.

La gran mayoría exhibió un claro pesimismo sobre el actual panorama, sobre el futuro inmediato y se pronunció, en general, contra el gobierno y contra lo que muchos llamaron el "poder K", sin hacer distingos entre Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su esposa y sucesora.

En tanto, en los ambientes de Washington se mira con cierto asombro el brusco cambio registrado en poco tiempo en el ánimo del público. Hasta hace menos de tres meses, todas las conversaciones giraban sobre la avasallante y creciente cotización de las materias primas en el exterior. "Argentina es el granero del mundo", se repetía a niveles de gobierno, de productores y en la calle.

Hoy todos los protagonistas están enfrentados. Piquetes en las rutas y en las avenidas céntricas, discursos de alto volta- je y declaraciones agresivas y amenazantes de las partes en pugna: gobierno, productores, sindicatos, y también en la opinión del público, caminando nervioso por el centro de Buenos Aires.

"Los problemas se multiplican apenas iniciamos la jornada. La radio, la televisión y los diarios nos transmiten los problemas, se habla de desabastecimiento y de miedo a la escasez de gas a la vez que se anuncia que entramos en invierno", comenta en plana calle Lavalle un transeúnte a una reportera de la CNN. "Son todos asuntos suficientes para cambiar el carácter de la vida cotidiana, afecta desde los más poderosos a los más humildes", explica el hombre, que dice ser abogado.

"Las cosas se presentaban buenas últimamente, ahora tenemos que poner un signo de interrogación", le declaró un taxista en otra entrevista de la periodista norteamericana.

Acá en Washington, la gente -más preocupada por los serios problemas que afectan a los Estados Unidos- no deja de observar los informativos y leer la prensa sobre lo que sucede en Sudamérica. En general se objeta con énfasis la "estrecha relación" de los Kirchner con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez; se cuestiona la colocación de bonos de deuda en ese país; se piensa que Brasil es el gran beneficiado de la situación de los mercados mundiales y el país mejor preparado para enfrentar el problema de los combustibles y se pondera lo que se califica de posición moderada y mesurada del presidente Lula.

El influyente The Washington Post recordó ayer en un artículo, escrito desde Buenos Aires, que los argentinos han visto momentos peores que los de hoy; señala que a finales del 2001 la economía se derrumbó sumiendo a millones en la pobreza. Estos últimos episodios, sostiene el comentarista estadounidense, sumada a la agitación social que siempre ha vivido Argentina y los golpes militares -transformados en un hecho habitual, al menos una vez cada década del 30 al 90- alimentan dolorosos recuerdos.

Estos recuerdos dan base, para el periodista, a la ansiedad actual y al nacimiento de una crisis de confianza, que obliga a pensar que "si no se toman rápidas medidas, pueden degenerar en un doloroso hecho real".

Para los estadounidenses, los inversionistas internacionales están deseosos de capitalizar en la Argentina ante la baja de precios y el auge empresarial. Pero avisan que "ante la alerta de los propios empresarios argentinos, que dicen que las cosas han cambiado en los últimos tiempos, esos inversionistas están jugando a la espera, observan el rumbo de la nueva la situación, aunque grupos importantes se han desviado hacia Uruguay, Brasil y Chile", puntualizan.

El artículo apunta a que nadie podía "prever esta tragi- comedia que está sucediendo ahora. Se podría haber evitado con total tranquilidad, aunque había sectores pesimistas que advertían que en Argentina podrían reventar varias burbujas cuando la inflación empezó a subir más rápidamente de lo que el gobierno quería y se empezaron a `retocar las estadísticas oficiales`, lo que sacudió la fe de muchas de las personas que han apoyado al presidente Kirchner y su esposa, la actual presidenta". Luego vino el episodio de los impuestos y las detracciones, y las protestas y los paros de los agricultores se multiplicaron.

De acuerdo con el matutino estadounidense, los Kirchner y sus amigos han hecho un emblema de que por la vía de esos impuestos "lograrán la riqueza populista para erradicar la pobreza, sin notar que los oponentes, los empresarios y también desde el exterior observan que está naciendo un creciente gobierno autoritario". Y ya hay inversores importantes, industrias de gran volumen, entre ellas energéticas, que tienen temor de invertir en la Argentina por la injerencia constante del gobierno en la empresa privada.

Se observa que la Argentina no tiene una estrategia a largo plazo para cualquier ramo de la actividad, "es la política de la improvisación", lo que llevó a que ocupara el lugar 124 en una lista de 127 países del Foro Económico Mundial, basado en una encuesta sobre la confianza de los empresarios en su gobierno y el respeto a la propiedad privada".

El articulista señala que en 2001, en el centro de Buenos Aires, se vivieron reacciones de violencia en las calles y que se espera que las cosas no empeoren y se mantenga la calma. "Hoy todavía las soluciones parecen fáciles, siempre que todos pongan algo de su parte".

Defensor del vecino, mediador

El Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, dijo ayer que "hará todo lo posible para que se retome el diálogo" entre el gobierno y el sector agropecuario, que hoy cumplen 85 días de conflicto, y que está interrumpido desde el acto ruralista del 25 de Mayo en Rosario. Mondino aceptó la misión luego de reunirse dos horas y media con los dirigentes de las cuatro entidades rurales que llevan adelante el paro. Estas mismas son las que habían decidido el lunes prolongar la huelga -cuyas medidas incluyen la no comercialización de granos- hasta el próximo domingo a la medianoche. A su vez la Iglesia convocó a una reunión extraordinaria de obispos para mañana para estudiar la situación; una medida similar tomó en enero de 2002, en lo peor de la última crisis.

El gobierno reiteró su rechazo a dialogar durante la huelga

Buenos Aires | El gobierno argentino reiteró ayer que no dialogará con los productores rurales en conflicto desde hace 85 días, mientras mantengan el paro patronal que decidieron continuar el lunes.

Interrogado por la prensa sobre la decisión de los agricultores, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo que "el gobierno no va a dialogar si no se levanta el paro. Lo que deberían hacer los dirigentes agropecuarios, si quieren cambiar el rumbo económico, es ir a elecciones como en cualquier país democrático``, añadió.

Los productores exigen la derogación del nuevo sistema de retenciones móviles a las exportaciones de soja y girasol, demanda inicial que han ido ampliando a un cuestionamiento general de la política económica gubernamental en su totalidad.

La respuesta oficial fue ratificar el sistema de retenciones, aunque ofreció modificar aspectos de su aplicación, que los "ruralistas`` rechazaron por insuficientes.

Desde el sector agrario, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, declaró ayer que "el conflicto va para largo. Necesitamos un gesto (del gobierno) de que si terminamos el paro, va a haber diálogo``. AP

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