El extraño caso del crimen del country entra en su recta final

García Belsunce. La fiscalía llama a sus últimos testigos contra el viudo

Buenos Aires LA NACION/GDA Y AGENCIAS

Esta semana culminaría una etapa judicial para uno de los casos policiales más impactantes en Argentina y en los últimos años: el asesinato de María Marta García Belsunce. Una historia que incluye dinero, mafias y encubrimiento familiar.

Se espera que en estos días el fiscal del caso, Diego Molina Pico, termine de citar a 70 testigos. Con ello, entendería que ya está probada la culpabilidad como autor o coautor del asesinato del único imputado en la causa actual: el viudo de García Belsunce, Carlos Carrascosa.

En los últimos días, los testigos que pasaron por el juzgado afirmaron cosas que complican seriamente la situación del inculpado. Un ex presidente del country donde ocurrió la muerte, el 27 de octubre de 2002, afirmó que fue Carrascosa quien instaló la teoría de la muerte accidental, como se pensó en un principio. Otros que durante el velatorio había más un clima de "reunión social" que de congoja. Dos peritos avalaron la idea que los cinco orificios de bala encontrados en el cadáver de la víctima fueron "tapados" con un pegamento de acción rápida (aunque esto no fue confirmado por la Gendarmería Nacional, que también examinó el cadáver). El jueves pasado, una amiga íntima de García Belsunce aseguró que el viudo había pagado para que no se practicara autopsia alguna.

No todas fueron flores para el fiscal Molina Pico. Dos empleadas domésticas relataron el martes cómo limpiaron de sangre la escena del crimen, además de deshacerse de un pantalón ensangrentado que era de Carrascosa. Sin embargo, en su testimonio afirmaron que lo hicieron porque era "su tarea" y no porque se lo ordenaron los familiares de la víctima. Esto enfureció al fiscal que pidió -sin éxito- que se detuviera a esas empledas por "falso testimonio", al argumentar que no era lo mismo que habían afirmado en la investigación.

En dos semanas será el turno de la defensa de llamar a sus testigos, entre 60 y 70. Se cree que el proceso culminará, con el veredicto, a fines de mayo. Su estrategia es derribar todas las sospechas que existen en torno al viudo, que siempre clamó su inocencia, y apuntar hacia un antiguo vecino, Nicolás Pachelo, considerado el principal sospechoso por la familia.

Carrascosa es considerado un hombre adusto y poco propenso a demostrar emociones. Sin embargo, durante la instancia judicial de ayer se lo vio por primera vez sollozando. Fue cuando uno de los testigos de la fiscalía, Roberto Effling, elogió a su ex mujer: "Para mí, primero estaba mi madre, después mi mujer y después María Marta". Es que García Belsunce era una asidua colaboradora del comedor comunitario "Niños Alegres", en el que trabajaba Effling. En ese lugar se atendían 170 niños.

En otra parte de su testimonio, Effling aseguró que tres desconocidos le ofrecieron dinero si implicaba en la causa a Irene Hurting, hermanastra de María Marta, a lo que se negó.

García Belsunce, una socióloga de 50 años, fue hallada muerta en la bañera de su casa en un exclusivo country porteño. En un principio se consideró que fue un accidente. Sin embargo, luego de una serie de declaraciones, el fiscal Molina Pico ordenó exhumar el cadáver en diciembre de ese año. Ahí se reveló que la mujer fue asesinada de cinco balazos en la cabeza. Otra bala, que no llegó a penetrar el cráneo de la víctima, fue arrojada (y luego encontrada) por el inodoro.

En medio de versiones y acusaciones de ocultar información, eliminar pruebas y obstruir la acción judicial, siete personas -sin contar a Carrascosa- serán juzgados en un futuro por "encubrimiento". Entre ellos hay un hermano, un hermanastro, el padrastro y un cuñado de García Belsunce. Además están un vecino, un médico y su masajista.

El hecho que familiares de la víctima estén acusados de encubrimiento no hace más que aumentar las intrigas y el interés en el caso.

El 20 de febrero comenzó el juicio a Carrascosa, actualmente en libertad bajo fianza. Está siendo procesado por "homicidio calificado por el vínculo", según la agencia Télam.

El móvil de la muerte de García Belsunce es una incógnita. Se han barajado muchas hipótesis que van desde una amante lesbiana y despechada hasta la acción del cartel de Juárez (Carrascosa es un ex corredor de bolsa y agente bancario que se habría prestado a operaciones de lavado de dinero). Todo ello, en el entorno de un barrio privado, provoca más morbo en el público, que sigue las instancias del caso como si fuera una novela de misterio.

Comienzo: No fue hasta dos meses luego de la muerte, que se supo que era homicidio

La coartada de Carlos Carrascosa

El viudo de María Marta García Belsunce siempre negó su responsabilidad en el crimen. En su lugar, él y su entorno apuntaron a Nicolás Pachelo, un vecino del country, acusado de robar palos de golf y que tenía problemas con otros residentes, incluyendo a la mujer fallecida.

Carlos Carrascosa siempre sostuvo que al momento del crimen estaba en la casa de su cuñado Guillermo Bártoli (uno de los sospechosos por encubrimiento) mirando un partido de fútbol. Ese día jugaban River y Boca. Sin embargo, una mucama de esa última familia dijo que después de las 18 horas -cuando ocurrió la muerte- ya no había nadie.

Otra versión es la de la encargada del Club House de Carmel (el country donde vivían), Alba Benítez, quien dijo que Carrascosa estuvo durante un cuarto de hora, entre las 18 y las 19 horas, tomando un café y un lemoncello. Según el fiscal, esto ocurrió después de cometido el homicidio. la nacion/gda

Quién es quién entre los "encubridores"

GUILLERMO BARTOLI - Cuñado de María Marta García Belsunce (foto). Según el fiscal, "gestionó" certificados de defunción falsos.

SERGIO BINELLO - Vecino de Carmel. El fiscal sostiene que ordenó y "coimeó" a la policía para que se retiraran del lugar el día del crimen.

HORACIO GARCÍA BELSUNCE (h) - Hermano de la víctima, quien se encargó de hacer "desaparecer" la bala que no penetró el cráneo de María Marta.

JUAN HURTIG - Hermanastro de la víctima.

CONSTANTINO HURTIG - Padrastro de la fallecida. Impidió, junto a otros, que se hiciera autopsia.

JUAN GAUVRY - Fue el primer médico que vio el cadáver, sin hacer la denuncia policial.

BEATRIZ MICHELINI - Masajista de la víctima, "lavó" la escena del crimen.

(Fuente: Télam)

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