BUENOS AIRES | LA NACIÓN/GDA YAGENCIAS
El agro argentino volvió a cortar las rutas. Los productores cumplieron con su amenaza y, luego que no se lograra quórum ayer en el Congreso para discutir la eliminación de las retenciones, volvieron a protestar del mismo modo que hace un año.
La jornada empezó mal. El oficialismo no se presentó en la Cámara de Diputados para discutir una propuesta de la oposición que buscaba ponerle fin a las retenciones a las exportaciones de granos para pequeños productores. Tras esto, el agro se enojó y el tránsito comenzó a ser bloqueado en varios puntos del interior y la capital.
"La gente está muy embroncada, está harta de que la Presidenta anuncie cosas que no se cumplen", manifestó desde Gulagüaychú -donde se realizaron cortes intermitentes durante toda la jornada-, Atilio De Ángeli, hermano del presidente de la Federación Agraria (FA), Alfredo. El clima era tenso, pero la temperatura de los ruralistas subió mucho más cuando la presidenta Cristina Fernández anunció, en la tarde, la creación de un fondo de coparticipación con las retenciones a la soja.
Acompañada por todo su gabinete, la mandataria presentó el "fondo federal solidario", que distribuirá en las provincias y los municipios los derechos de exportación a la soja. El "fondo" se creará a través de un decreto que repartirá los recursos, un 70% para la Nación y un 30% para las provincias. La medida, según explicó Fernández, significará la redistribución de 1.776 millones de dólares.
En 2008, las exportaciones de granos significaron para el fisco ingresos por casi 8.000 millones de dólares, que representan el 12% de la recaudación total del Tesoro, que arrojó un superávit fiscal de 4,6% del PIB.
"Se trata de una resignación importantísima de recursos", dijo la Presidenta, que sostuvo que la medida se tomaba porque "la recaudación creció menos" y eso tuvo impacto en las economías provinciales.
"Estos fondos serán destinados a infraestructura social como viviendas, escuelas, cloacas, entre otras cosas", agregó.
La iniciativa de Fernández se concretará a través de un "decreto de necesidad y urgencia". "Creo que este es el tercero que firmo, y tiene que ver con dar, no sacar ni quitar. Tiene que ver con un criterio de país en el cual todos tenemos que articular esfuerzos y ayudar", dijo. Tras el anuncio, la Presidenta abordó un avión rumbo a Brasil para reunirse con su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva.
UNA BOMBA. En el campo, el decreto de urgencia cayó como una bomba. "Esto es una trapisonda política que no resuelve el problema", manifestó el titular FA, Eduardo Buzzi.
"Se alienta a la gente en las rutas. Se ve que no hay honestidad en la decisión que se tomó. Primero, tiene que ver una disminución del monto (de las retenciones) para no ahogar a los productores", agregó. El dirigente agropecuario, en una entrevista con el canal de cable argentino TN, manifestó que al gobierno "no le interesan los productores" y sostuvo que los Kirchner están "estrangulando a los ruralistas".
"Esto tiene olor (a campaña) electoral. Es una actitud que raya la provocación. Hay un autoritarismo en el gobierno que sorprende", sostuvo Buzzi. El anuncio de Fernández se da un día antes de que Senadores vote una ley, propuesta por la Presidenta, para que se adelanten los comicios legislativos de octubre a junio (ver aparte).
En tanto, el representante de la Sociedad Rural -que igual que el FA integra la Comisión de Enlace que reúne a las entidades del agro-, Hugo Biolcati, dijo que era "una pena que la Presidenta anuncie un decreto de necesidad y urgencia el mismo día que se debatía en el Congreso las retenciones". Además, el dirigente agropecuario adelantó que insistirán la semana que viene en la Cámara de Diputados para habilitar la misma discusión.
Desde la oposición, las críticas se hicieron oír desde la Coalición Cívica (CC), la Unión Cívica Radical (UCR), PRO y el socialismo. El titular de la UCR nacional, Gerardo Morales y la líder de la CC Elisa Carrió afirmaron que se trata de "otra declaración de guerra al campo" y que "en esta guerra el Gobierno quiere sumar a su ejército a gobernadores e intendentes".
La pelea del gobierno con el agro comenzó en marzo de 2008 cuando la Presidenta quiso imponer -sin éxito- un esquema tributario que ataba las retenciones al precio internacional de los granos. La discusión terminó en el Senado, cuando el vicepresidente Julio Cobos votó en contra de la iniciativa y se pasó a la oposición. Esto generó una continua sangría de legisladores oficialistas y que el gobierno de Fernández perdiera un 55% de adherentes durante el año pasado.
Reacción
Atilio de Ángeli (Dirigente): "Con el discurso de la presidenta nos dan un empujoncito para cortar las rutas".
Eduardo Buzzi (Titular de la FA): "A lo mejor les llegue una moneda a los intendentes, pero no hay mayor coparticipación que más plata en el bolsillo de la gente. Hay que recomponer la rentabilidad del productor".
Alfredo de Ángeli (Presidente de la FA): "El año que viene, cuando haya menos producción, ¿a quién le van a ofrecer la coparticipación?".
Mario Llambías (Titular de Confederaciones Rurales Argentinas ): "Fue una jugada política para confundir a la gente y tener mejor imagen en el Congreso".