No causa sorpresa que Estados Unidos sancione al vicepresidente de Venezuela por supuesto vínculo con el narcotráfico. Tareck el-Aissami está señalado de ese modo desde la Administración Obama, y una de las razones de su ascenso puede tener que ver, precisamente, con el rol que cumpliría en el tráfico de la cocaína, "estatizado" desde los tiempos de Hugo Chávez.
En rigor, el involucramiento de los militares venezolanos con el narcotráfico es anterior a Chávez. A principios de los noventa, miembros de la cúpula de la Guardia Nacional se habrían asociado con militares colombianos que manejaban la frontera y facilitaban el paso de la cocaína. Nació así el "cartel de los soles", cuyo nombre alude a los soles que tienen como insignia los altos mandos militares de Venezuela.
La "estatización" del narcotráfico habría empezado cuando Chávez expulsó la DEA, en el 2005. Poco después, ex altos funcionarios chavistas afirmaron que el poderoso Diosdado Cabello se encargaba personalmente de la cadena narco que, a esa altura, comenzaba en la selva colombiana con las FARC, pasaba por Venezuela y, posiblemente, la siguiente escala era Cuba, desde donde partían los embarques rumbo a Europa y Estados Unidos.
Por entonces, ya aparecía el nombre de Tareck el Aissami. Su nombramiento como vicepresidente por Nicolás Maduro tendría un doble objetivo: neutralizar el referéndum revocatorio ya que, pasado el diez de enero, de realizarse y perder el chavismo, no habría elecciones anticipadas sino que el vicepresidente asumiría la presidencia que dejaría Maduro. Y Aissami es el más fanático inquisidor del chavismo, por lo tanto votar contra Maduro en un referéndum es darle el poder al más jacobino del régimen. De hecho, ni bien asumió el cargo, se abocó a generar un aparato para perseguir disidentes.
Pero su encumbramiento a la vicepresidencia tiene también el objetivo de asegurar que el chavismo se perpetúe en el poder y controle totalmente la Justicia. Sucede que, tanto Tareck el Aissami como Diosdado Cabello, por estar señalados por vínculos con el narcotráfico, están condenados a sostener un gobierno que les sirva de guarida inexpugnable. Para ellos, así como para otros funcionarios chavistas y altos mandos militares, salir del poder implicaría entrar a la cárcel.
LA BITÁCORA