Dalai Lama renuncia al liderazgo político de tibetanos tras 60 años

Anuncio. Igual seguirá siendo líder espiritual, China denuncia un "ardid"

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DHARAMSALA | AP, AFP Y ANSA

El Dalai Lama, jefe del budismo tibetano, renunciará a su papel político y dejará su puesto a alguien "libremente elegido", aunque conservará su liderazgo espiritual. China lo acusa de intenciones separatistas y cree que la declaración es un "ardid".

El Dalai Lama, de 75 años de edad, presentará un texto al Parlamento tibetano la semana que viene donde manifiesta su voluntad de dimitir a su cargo político, según anunció ayer.

"Mi deseo de transmitir la autoridad no tiene nada que ver con una voluntad de renunciar a las responsabilidades", declaró en un discurso en Dharamsala, en el norte de India, donde vive exiliado. "Es por el bien a largo plazo de los tibetanos. No porque me sienta desanimado", añadió.

El Dalai Lama recordó: "desde fines de los años 60 repetidamente subrayé que nuestra gente necesita un líder, electo libremente, al que le transmitiré el poder (…). Ahora llegó el momento de pasar de las palabras a los hechos. En ocasión de la inminente undécima sesión del 14° Parlamento Tibetano en exilio, que comienza el 14 de marzo, propondré formalmente que se hagan las enmiendas necesarias a la Carta de los Tibetanos en exilio que reflejen mi decisión de restituir mi formal autoridad al líder electo", agregó.

La decisión del jefe espiritual, en ocasión del 52° aniversario de la sublevación popular contra la ocupación china del Tíbet, no resultó del todo inesperada, pues el 21 de noviembre en una entrevista había adelantado sus intenciones.

A cuánto se llegará en ese cambio, sin embargo, aún no está claro. El papel político del Dalai Lama es ampliamente ceremonial, un primer ministro electo es el líder formal del gobierno en el exilio, pero el estatus de Dalai Lama supera cualquier otro papel jerárquico. De hecho, el actual retiene un estatus casi de Dios ante muchos de sus seguidores.

Ayer Samdhong Rinpoche, primer ministro en el exilio, indicó poco después del discurso del líder que la transición política puede que no suceda pronto. "Pese al pedido de Su Santidad, el pueblo y el gobierno no se sienten competentes para dirigirnos" solos, comentó, calificando la transición de "un largo y difícil proceso". Además relató que su gente "necesita todavía de su guía espiritual y política. Él representa el gobierno en exilio y sin él existe el riesgo de una deslegitimación".

"SECESIONISTA". Después del anuncio, China calificó la declaración del Dalai Lama como un "ardid" para "engañar a la comunidad internacional". "El Dalai Lama a menudo ha hablado de retirarse en los últimos años. Pienso que se trata de ardides para engañar a la comunidad internacional", dijo a la prensa la portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu. Según la vocera, "el gobierno en el exilio es una organización política ilegal que no es reconocida por ningún país en el mundo".

A pesar de los intentos de diálogo con Beijing desde el fracaso del levantamiento contra China en 1959 para la obtención de una autonomía cultural, y de sus tomas de posición moderadas, el Dalai Lama constituye un problema para el poder chino, que lo considera un "secesionista" en busca de la independencia de su país.

El caso es que el tibetano -premio Nobel de la Paz en 1989- llama incansablemente a la utilización de medios pacíficos para oponerse a Beijing.

En sus palabras de renuncia, Lama dedicó un aparte a China, que lo acusa de haber orquestado las revueltas de 2008 donde habrían muerto 200 personas a manos de Beijing.

El líder no sólo rechazó estas acusaciones, sino que además dijo que "los tibetanos viven en constante temor y ansiedad" y que "la actual represión (...) ha provocado un generalizado resentimiento profundo contra la actual política oficial". Además, propuso el envío a la provincia china de delegaciones de tibetanos en el exilio para verificar in situ las condiciones de vida de la gente y pidió la cooperación de organismos internacionales "independientes".

En todos estos años al frente del liderazgo de los tibetanos, el hombre de la túnica azafrán y la sonrisa contagiosa se ganó el respeto en todo el mundo, donde es recibido por jefes de Estado y representa la esperanza de seis millones de tibetanos, ya sea del Tíbet o del exilio.

En Nepal, donde viven unos 20 mil tibetanos exiliados, hubo una manifestación por el 52° aniversario de la sublevación. Cientos de personas salieron a las calles; hubo 9 detenidos.

Guía desde los cuatro años

Nacido el 6 de julio de 1935 en una familia campesina de la aldea de Taksar, en el noreste del Tíbet, Lhamo Dhondrub fue elegido como la XIV encarnación del jefe supremo del budismo tibetano, el Dalai Lama, cuando apenas tenía cuatro años, el 22 de febrero de 1940.

Entonces fue conducido al palacio de Potala de Lhasa, en la capital del Tíbet, un edificio de mil salas donde recibió instrucción hasta que, en 1950 y con 15 años, fue entronizado a toda prisa a raíz de la entrada de las tropas comunistas chinas en el Tíbet.

Durante nueve años intentó mantener a su pueblo en la filosofía de la no violencia, pero en 1959 estalló una rebelión antichina reprimida con sangre y fuego por Beijing.

Disfrazado de soldado y acompañado por 37 seguidores, el Dalai Lama partió al exilio cruzando a pie el Himalaya y llegó a India el 30 de marzo del año 1959.

Se dice que después de enterarse de la huida del Dalai Lama, Mao Tse Tung declaró: "En este caso, hemos perdido la batalla".

Cuando el Dalai Lama y su gente cruzaron el Himalaya, el primer jefe de gobierno de la India independiente, Jawaharlal Nehru, ofreció asilo a los tibetanos en la localidad de Dharamsala. Desde ese momento el líder religioso y político estableció en esa zona su cuartel general.

El 10 de diciembre de 1989 concedieron al Dalai Lama el Premio Nobel de la Paz por su constante resistencia al uso de la violencia en la lucha de su gente para recuperar la libertad.

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