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Cumbre del G7: guerra en Ucrania, China y los nuevos desafíos de la Inteligencia Artificial

Los líderes de las siete economías más grandes del mundo se reúnen hoy en la ciudad de Hiroshima, ícono de las consecuencias catastróficas de las armas nucleares.

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Reunión bilateral entre presidentes de EE.UU. y Japón, Joe Biden y Fumio Kishida, en Hiroshima, previo a la Cumbre del G7
Reunión bilateral entre presidentes de EE.UU. y Japón, Joe Biden y Fumio Kishida, en Hiroshima, previo a la Cumbre del G7.
Foto: AFP

El presidente Joe Biden comenzó ayer jueves su breve viaje por Asia en Hiroshima, una ciudad que se dedica a recordarle al mundo lo que sucede cuando una guerra brutal se convierte en una nuclear. Allí se preparó para discutir con sus aliados más cercanos sobre dos temas cruciales: cómo armar mejor a Ucrania cuando entre en su contraofensiva contra los invasores rusos y cómo frenar, o detener, la espiral descendente en las relaciones con China.

Ambos son ahora temas familiares para los líderes del G7, que se han mantenido sorprendentemente unidos desde que Rusia comenzó su invasión a Ucrania hace 15 meses. Pero en algún momento durante los tres días de discusiones, también se espera que los líderes del G7 se aventuren en un nuevo territorio: las primeras conversaciones entre las economías democráticas más grandes del mundo sobre un enfoque común para regular el uso de programas de inteligencia artificial generativa como GPT-4.

La inteligencia artificial no estaba en la agenda inicial cuando el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, invitó a los otros seis líderes, junto con el primer ministro Narendra Modi de la India y, por video o en persona, el presidente Volodimir Zelenski de Ucrania, a la cumbre.

Pero a medida que el nuevo modelo de lenguaje de inteligencia artificial de OpenAI hizo que las naciones de todo el mundo se enfocaran por primera vez en las posibilidades de desinformación, caos y destrucción física de infraestructura crítica, el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, comenzó a llamar a sus contrapartes para buscar un acuerdo común.

No está nada claro que los líderes del G7 (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Italia y Japón) puedan sostener una conversación sobre una tecnología que pareció irrumpir en la escena tan rápido, aunque desarrollada hace años. Los esfuerzos anteriores para lograr que el G7 aborde problemas de seguridad cibernética mucho más sencillos generalmente se convirtieron en lugares comunes sobre “asociaciones público-privadas”, y nunca ha habido una discusión seria sobre las reglas para guiar el uso de armas cibernéticas ofensivas.

Los funcionarios estadounidenses dicen que, en el caso de los chatbots, incluso una discusión básica vaga puede ayudar a establecer algunos principios compartidos.

Joe Biden: Foto: AFP

La guerra

Pero cuando los líderes del G7 se reúnan a partir de hoy viernes, será Ucrania quien dominará la conversación, en un momento crítico para Zelenski y para las principales democracias occidentales que ahora tienen la misión urgente de lograr lo que Biden llama el “ derrota estratégica de Rusia en Ucrania”.

Biden suele decir que Rusia ya está derrotada. Pero el temor que impregna a las siete grandes democracias aquí es que, a menos que la contraofensiva tenga un gran éxito, Ucrania se hundirá en un conflicto sangriento y congelado en el que la mejor esperanza sería un armisticio, que recuerda al que puso fin a los combates en la Península de Corea hace 70 años.

Tal confrontación parecía casi imposible de imaginar en 1997, cuando el presidente Bill Clinton y el primer ministro Tony Blair de Gran Bretaña invitaron a Rusia a convertirse en miembro de pleno derecho del grupo, ampliándolo, durante casi dos décadas, en el G-8. Rusia fue “suspendida” después de la anexión de Crimea en 2014 y se retiró del grupo tres años después.

Ahora, con sus tropas ya tratando de destruir los depósitos de armas rusos antes de la contraofensiva, Zelenski acaba de completar una serie de visitas rápidas a las capitales europeas para reforzar el apoyo al continuo gasto en armamento y ayuda militar. Se espera que se dirija virtualmente a los líderes del G7 en Hiroshima, pero ha habido conversaciones detrás de escena sobre si correr el riesgo de que vaya personalmente.

De cualquier manera, tendrá una gran audiencia. Además de India, estarán presentes como invitados los líderes de Australia, Corea del Sur, Brasil, Indonesia y Vietnam. Es parte de una estrategia más amplia de Biden y sus aliados para atraer a naciones que, en diversos grados, han sido indiferentes a la guerra en Ucrania, negándose a condenar a Rusia con demasiada dureza, a aplicar sanciones o a suministrar armas a Ucrania.

Cuando estuvo en Gran Bretaña, el primer ministro Rishi Sunak le dio a Zelenski un abrazo de oso y le dijo a los periodistas: “Necesitan el apoyo sostenido de la comunidad internacional para defenderse del aluvión de ataques implacables e indiscriminados que han sido su realidad diaria durante más de un año. No debemos defraudarlos”.

Gran Bretaña y los Países Bajos han estado presionando a Washington para que permita que Ucrania comience a entrenar en el uso de aviones de combate F-16. Pero así como Biden se mostró reacio al principio a entregar las baterías de misiles HIMARS y Patriot y otras tecnologías, ahora se muestra cauteloso con el F-16, un avión que fácilmente podría alcanzar y golpear el Kremlin.

Por lo tanto, parece probable que Estados Unidos argumente en Hiroshima que los aviones de combate, aunque simbólicamente impresionantes, serían tan caros que convendría enviar a Ucrania sistemas mucho más útiles y económicos, incluidas las defensas aéreas que han demostrado ser sorprendentemente exitosas en derribar los misiles rusos.

Biden siempre ha sido cauteloso (demasiado cauteloso en la mente de Zelenski y algunos aliados de la OTAN) acerca de darle a Ucrania armas que él cree que podrían conducir a una rápida escalada de la guerra y a las renovadas amenazas de Putin de usar arsenal nuclear.

Gran Bretaña comenzó a darle a Ucrania otra arma de precisión con mayor alcance que el HIMARS de Estados Unidos, un sistema de misiles llamado Storm Shadow.

Sanciones

Estados Unidos anunció ayer viernes nuevas sanciones contra Rusia. Todos los miembros del G7 preparan nuevas medidas, y Estados Unidos contribuye con un paquete “consecuente” de sanciones que “harán más difícil aun para Rusia alimentar su máquina de guerra”, afirmó un funcionario de la Casa Blanac.

Las medidas tienen por objetivo “restringir de manera importante el acceso de Rusia a los productos necesarios para sus capacidades de combate”, señaló.

Rusia bombardea pero Ucrania anula a la mayoría de sus misiles

Rusia volvió a atacar varias regiones y ciudades de Ucrania, entre ellas la capital Kiev y el puerto de Odesa, mientras que en el bastión oriental de Bajmut está perdiendo la iniciativa ante los contraataques diarios de las fuerzas ucranianas.

Rusia lanzó varias oleadas de ataques desde la noche del miércoles y toda la madrugada del jueves desde diferentes direcciones sobre el centro y el sur del país, además de Kiev, el noveno bombardeo sobre la capital ucraniana en lo que va de mes.

Vladimir Putin. Foto: AFP.
Russian President Vladimir Putin meets with the winners of the Leaders of Russia competition, the flagship project of the Russia - Land of Opportunity presidential platform, at the Kremlin in Moscow on July 7, 2022. (Photo by Mikhail KLIMENTYEV / SPUTNIK / AFP)
MIKHAIL KLIMENTYEV/AFP fotos

El bombardeo se produjo mientras el enviado especial de China, Li Hui, aún se encontraba en Kiev, donde mantuvo reuniones para impulsar la iniciativa de paz del presidente chino Xi Jinping.

Rusia aseguró que destruyó en el bombardeo “reservas considerables de armas y municiones del Ejército ucraniano y se evitó el envío de reservas a las zonas de combate”.

Las fuerzas rusas lanzaron 30 misiles de crucero terrestres, aéreos y marítimos, entre ellos Kh-101 y Kh-555, Kalibr e Iskander-K.

La Fuerza Aérea ucraniana derribó 29 de ellos, además de dos drones iraníes y dos vehículos no tripulados de reconocimiento.

El portavoz de la Fuerza Aérea, Yuriy Ignat, explicó que, a diferencia del ataque masivo del martes, que estuvo centrado en Kiev, en esta ocasión Rusia no lanzó misiles balísticos.

El ataque contra Odesa en las costas del mar Negro, fue uno de los primeros de la noche.

En el caso de Kiev se trató del noveno ataque aéreo consecutivo sobre la capital desde principios de mayo, pero más allá de daños materiales no causó víctimas, indicó el jefe de la Administración Militar de la ciudad, Serhiy Popko, en la misma red social.

El secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Oleksiy Danílov, tuiteó que “el Kremlin necesita ataques sin sentido y súper costosos para Rusia en la capital para elevar el grado de histeria patriótica dentro del país”.

“En Rusia se está desarrollando un proceso de desesperación y decepción con las autoridades en el contexto del fracaso de la ofensiva y los reveses en el frente”, dijo. (EFE)

Xi Jinping

“Nueva era” de China en Asia Central

El presidente chino, Xi Jinping, celebró ayer jueves el inicio de una “nueva era” en las relaciones con los países de Asia Central, al abrir una cumbre inédita con cinco exrepúblicas soviéticas de esa región. “Estoy convencido de que nuestro compromiso común hará de la cumbre un gran éxito e inaugurará una nueva era en las relaciones China-Asia Central”, declaró Xi en un banquete en Xi’an (centro de China) con los mandatarios de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

Xi Jinping
Xi Jinping.
Foto: EFE

Esta es la primera cumbre de este tipo desde que se establecieron relaciones diplomáticas entre China y estos países en 1992, tras el colapso de la URSS. La reunión se celebra en la excapital imperial de Xi’an, que fue igualmente el extremo oriental de la antigua Ruta de la Seda por la cual China realizaba intercambios comerciales con Europa y Medio Oriente.

Los cinco países invitados estuvieron ligados durante siglos al Imperio Ruso y posteriormente a la Unión Soviética y mantienen hasta ahora vínculos económicos, lingüísticos y diplomáticos estrechos con Moscú.

Pero, con la guerra en Ucrania, la influencia rusa ha languidecido y, según los expertos, el presidente chino busca llenar el espacio dejado por Moscú para expandir la proyección internacional y la influencia de su país.

La cumbre coincide con la reunión del G7 en Hiroshima.

La cumbre en Japón probablemente se centre en elaborar una estrategia para “contrarrestar la creciente influencia de China en el mundo”, según Zhiqun Zhu, profesor de Relaciones Internacionales en la universidad de Bucknell, en Estados Unidos. Pero la “importancia diplomática y estratégica” de la reunión sin precedentes en Xi’an “no debe ser subestimada”, señaló.

Con información de The New York Times

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