EFE, AFP
El norte de Israel sufrió ayer miércoles una oleada masiva de ataques con más de 200 proyectiles, lanzados desde el Líbano, en una jornada marcada también por un nuevo fracaso en las negociaciones para lograr un acuerdo de tregua en la Franja de Gaza.
“Nos vienen por delante días complicados y no sabemos esta situación dónde nos va a llevar porque ya durante la semana pasada vivimos una escala de la situación y estoy segura que van a venir más ataques de Hezbolá”, explica a EFE Sarit Zehavi, fundadora de ALMA, un instituto que monitoriza la situación en el norte de Israel.
Durante las primeras horas de ayer miércoles, el Ejército israelí confirmó la llegada de al menos 160 cohetes hacia diferentes puntos del norte de Israel, incluida la región de Baja Galilea, lanzados desde el Líbano en dos diferentes tandas: una primera con 90 y otra con 70 proyectiles.
Los cohetes llegaron incluso a la ciudad de Tiberias, a 65 kilómetros de la frontera, y otras localidades más al sur donde las alarmas no han dejado de sonar.
“Varios proyectiles fueron interceptados y otros cayeron en distintas localizaciones del norte de Israel. Como resultado se produjeron incendios en varias áreas”, indicó un comunicado del Ejército.
Los servicios de emergencias israelíes informaron de que no se reportaron ni víctimas, ni heridos.
Esta oleada de ataques llegó después de que Israel confirmara la muerte de Taleb Abdullah, un alto comandante de la milicia proiraní durante un bombardeo, lo que supone el cargo más alto de Hezbolá matado por parte de Israel desde el pasado mes de octubre.
El Ejército asegura que este alto comandante estuvo detrás de numerosos ataques lanzados contra el norte de Israel en estos los últimos ocho meses, principalmente contra la ciudad de Kiryat Shmona y que participó en la guerra del 2006, el último gran enfrentamiento abierto entre ambas partes.
Las hostilidades en la frontera norte de Israel comenzaron el pasado 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza, en solidaridad de Hezbolá con el grupo terrorista palestino Hamás.

¿Y la tregua?
El miedo a que ese fuego diario cruzado derive en una guerra total cada día crece entre los mediadores entre Israel y Hamás, como el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que considera que solo a través de un alto el fuego en Gaza se podrá calmar este otro frente.
“Un alto el fuego eliminaría la justificación que Hezbolá ha reclamado para los ataques en los que ha participado y abrirá un camino para resolver esto diplomáticamente”, manifestó Blinken ayer durante su visita Catar.
Blinken llegó en el marco de su gira en Oriente Medio a Catar, uno de los mediadores en el conflicto junto con Estados Unidos y Egipto que examinan actualmente la respuesta de Hamás al plan para un alto el fuego en el territorio palestino.
Entre los reclamos del grupo terrorista palestino, “algunos cambios son realizables, otros no”, declaró el secretario de Estado norteamericano.
El plan, anunciado por Biden, contempla en una primera fase un alto el fuego “inmediato y completo”, el canje de rehenes por presos palestinos, la retirada del ejército israelí de las zonas pobladas de Gaza y el ingreso de ayuda humanitaria.
Osama Hamdan, alto cargo de Hamás, declaró a AFP que las enmiendas propuestas exigen “un alto el fuego permanente y la retirada completa” de las tropas israelíes de Gaza.
“Estamos determinados a intentar subsanar los huecos. Y creo que esos huecos se pueden remediar”, indicó Blinken. “Eso no quiere decir que serán remediados porque, a fin de cuentas, es Hamás quien tendrá que decidir”.
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