Redacción El País
Corea del Sur, Estados Unidos y Japón iniciaron el lunes el ejercicio militar Freedom Edge, en medio de tensiones con Corea del Norte que calificó estas maniobras como un “temerario alarde de fuerza”.
El Freedom Edge se celebra como un ejercicio anual para reforzar la disuasión y la capacidad de respuesta frente a la creciente amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte, dijo el portavoz del Estado Mayor Conjunto (JCS) Yang Seung-kwan el lunes.
El entrenamiento, que se prolongará hasta el viernes, es la demostración “más avanzada” de defensa conjunta de las tres naciones hasta la fecha y demuestra el compromiso compartido de lograr y mantener la paz en la región de Asia-Pacífico, explicó el Comando del Indopacífico en su sitio web.
Tiene el objetivo de reforzar la disuasión frente a las crecientes amenazas nucleares y de misiles de Pionyang, según el JCS. Se realizarán entrenamientos de defensa antimisiles y aérea, evacuaciones médicas y operaciones de interdicción marítima.
Es el tercer simulacro tras los realizados en junio y noviembre del año pasado. En Seúl hubo algunas protestas que consideran el ejercicio una intensificación de la “nueva Guerra Fría” en la región.
El entrenamiento comienza un día después de que Kim Yo-jong, hermana del dictador norcoreano, calificara las maniobras de un “temerario alarde de fuerza” y advirtiera de “consecuencias desfavorables”.
El régimen norcoreano ha protestado repetidamente contra estas maniobras conjuntas y acusado a los aliados de formar un bloque militar liderado por Washington. “Hasta el momento no se han detectado movimientos inusuales de Corea del Norte”, dijo Yang.
En paralelo, Seúl y Washington pusieron en marcha el Iron Mace, un ejercicio de mesa en la base de Camp Humphreys centrado en coordinar el uso de las capacidades nucleares estadounidenses con las armas convencionales surcoreanas. EFE