Congreso rechazó renuncia de Mesa

| Oposición y gobierno llegaron a un pacto social que le permite al presidente continuar fortalecido en su cargo

SALUDO. Durante la larga serie de reuniones, Mesa salió en un par de ocasiones a un balcón 200x140
SALUDO. Durante la larga serie de reuniones, Mesa salió en un par de ocasiones a un balcón
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LA PAZ | AFP, ANSA Y EFE

El presidente de Bolivia, Carlos Mesa se mantiene al frente de su país luego que el Congreso rechazara su pedido de renuncia tras alcanzarse un preacuerdo con las fuerzas políticas representadas en el Congreso para el desarrollo de un pacto social que alivie la crisis.

La elaboración de una agenda mínima de consenso para un acuerdo social, en el marco del cual se den por terminadas las protestas sociales y económicas en Bolivia, fue lo que demoró el inicio de la sesión del Congreso que debía decidir si aceptaba la renuncia de Mesa. Con cinco horas de retraso, la sesión rechazó, por unanimidad en menos de 30 minutos el pedido.

La demora fue la primera prueba de que las partes estaban empezando a coincidir. Fuentes políticas ya habían adelantado que se estaba cerrando un acuerdo.

Eso significaba que los líderes políticos y Mesa habían alcanzado un consenso en los asuntos clave sque han causado la última crisis social y política en Bolivia.

Se trata de la controvertida reforma petrolera, las protestas y bloqueos de carreteras que afectan al país desde que Mesa llegó a la Presidencia hace 17 meses, la votación directa de prefectos (los gobernadores departamentales) y un referéndum de autonomía, detalló Cardozo.

Con concesiones de ambas partes y previa ratificación en el Congreso, Mesa sigue siendo el presidente boliviano e incluso salde fortalecido de la crisis, al lograr, algo inédito en su mandato que una mayoría parlamentaria lo apoye.

RECHAZO. En esta reunión también participaron representantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), encabezado por el líder cocalero Evo Morales, el principal promotor de las protestas.

El MAS se opondrá a ese preacuerdo político, al tiempo que anunció que también rechazará el pedido de renuncia de Mesa "porque nadie se la pidió" y, por el contrario, concertará acuerdos con las organizaciones sociales para continuar las protestas en todo el país, aseguró el diputado Santos Ramírez, del MAS.

Ramírez, quien preside la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara de Diputados, dijo que Mesa "está chantajeando al país y al Congreso al pretender imponerle que se apruebe su ley de hidrocarburos". De paso le dedicó a Mesa el insulto favorito de su organización política: "neoliberal".

Mesa había condicionado su continuidad a la celebración de un pacto político y social que le permita gobernar. De lo contrario, el mandatario amenazaba con renunciar de modo irrevocable en las próximas horas.

Similar postura a la del MAS asumió el minoritario Movimiento Indigenista Pachacuti, del líder agrario Felipe Quispe, que controla una vasta extensión del altiplano boliviano, por donde se emplazan los caminos a Perú y Chile.

En las inmediaciones del Banco Central, donde se celebró el encuentro entre Mesa y los líderes políticos, así como a las puertas del Congreso de la Nación, miles de personas están concentradas para mostrar su apoyo al presidente.

Se esperaba que Mesa, un ex periodista devenido político, podría asistir al Congreso, desde donde se dirigiría a la nación. El clima de conflicto remitió hasta reducirse prácticamente al feudo del líder de los productores de coca y de Morales.

Horas antes, la dirigencia vecinal de El Alto había anunciado el cese parcial de los cortes de ruta lo que implica la reanudación del tráfico hacia el interior del país y la frontera con Chile y Perú.

El petróleo divide las aguas

LA PAZ

Una polémica ley de hidrocarburos dividió Bolivia en dos corrientes encarnadas en el renunciante presidente Carlos Mesa, defensor de la inversión privada exterior, y el líder socialista Evo Morales, propulsor de una tendencia nacionalista.

Los diputados discuten hace cinco meses un proyecto de nueva legislación, de corte nacionalista, propuesto por su comisión de Desarrollo Económico, tras desestimar otra del poder Ejecutivo.

La ardua polémica irrumpió al momento de aplicar los resultados de un referendo vinculante realizado en julio pasado y que, entre otros puntos, ordena que se cobre impuestos y/o regalías a las empresas petroleras llegando al 50% del valor de la producción del gas y el petróleo en favor del país.

La propuesta de la comisión —avalada ampliamente por Morales y calificada por Mesa de inviable por considerar que ahuyentaría las inversiones extranjeras— plantea elevar unilateralmente el pago de regalías, del actual 18% a 50%.

El presidente propone mantener el 18% de regalías y crear un Impuesto Complementario a los Hidrocarburos (ICH) del 32%, fórmula que no satisface a Morales y tampoco es vista con buenos ojos por las petroleras.

Morales replicó que la ley propuesta por el Ejecutivo de Mesa favorece íntegramente a las consorcios internacionales en desmedro de los intereses del Estado. Por esa razón, el líder cocalero lidera cortes de rutas, especialmente en el centro del país, para presionar por una legislación que aumente las regalías.

Veintiséis empresas —entre ellas Total (Francia), Petrobras (Brasil), British Gaz (Gran Bretaña), Repsol-YPF (Argentina) y Exxon-Mobil (Estados Unidos)— enfrentan la amenaza de que sus 70 contratos sean anulados si el proyecto de ley sobre los hidrocarburos que defiende Morales es adoptado en los próximos meses por el Congreso. AFP

Apoyo

LA PAZ

Simpatizantes de Carlos Mesa volvieron a reunirse ayer por la tarde frente al Congreso boliviano, para pedir que se rechace la renuncia que presentó el jefe de estado. "Mesa sí, otro no", coreaba la multitud, que estalló en aplausos y vítores cuando el presidente se asomó a un balcón de la casa presidencial.

"Creo en Bolivia", dijo Mesa en una de esas apariciones, y ratificó su confianza "en la mayoría silenciosa que quiere un país productivo y sin bloqueos de caminos". "Mesa, amigo, el pueblo está contigo", coreó la multitud, en cánticos matizados con rechazos a los dirigentes opositores Evo Morales y Abel Mamani, a quienes el presidente atribuyó la "ingobernabilidad" en la que fundamentó su renuncia. ANSA

Historial de Renuncias

La renuncia de Carlos Mesa, puesta a consideración del Congreso, es la cuarta de un gobernante desde 1982, cuando se restableció la democracia y el sistema constitucional en el país.

Su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, renunció el 17 de octubre de 2003, luego de la muerte de 64 personas tras una violenta represión a manifestaciones multitudinarias contra la exportación de gas a Chile.

En abril de 2000 renunció el entonces presidente Hugo Banzer Suárez, aquejado de un cáncer que causó su muerte en 2001.

En 1985, en medio de una grave crisis económica, el entonces presidente Siles Zuazo renunció a un año de comenzado su mandato.

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