El caso Madeleine McCann: un misterio de 13 años a punto de aclararse

Al inicio se sospechó de los padres y fueron investigados por la policía portuguesa, pero se los exoneró de toda responsabilidad. Foto: Reuters

INVESTIGACIÓN

Un hombre preso por abuso sexual en Alemania es ahora el principal responsable de la desaparición de la niña británica, en un balneario de Portugal.

El caso de la niña Madeleine McCann podría estar finalmente por resolverse, 13 años después de su desaparición en un balneario de Portugal. La respuesta puede tenerla un hombre ya preso en Alemania, ahora el principal sospechoso de la desaparición de la niña británica cuando tenía tres años.

El hombre tiene 43 y fue identificado como Christian B. por el diario alemán Bild. Vivió en la región portuguesa de Algarve entre 1995 y 2007.

Según el semanario Der Spiegel, tiene un amplio historial delictivo, desde agresiones, robos y asuntos relacionados con drogas. Su primer juicio por un delito sexual fue en 1994, cuando tenía 17 años, en que fue condenado en Baviera por abusar de un niño. El último caso relacionado con menores fue un proceso por tenencia de pornografía infantil, en 2016.

Actualmente cumple condena en Kiel, en el norte de Alemania, por una violación cometida en 2005 en Portugal, cuya víctima fue una estadounidense de 72 años a la que ató, pegó, agredió sexualmente y finalmente robó.

No fue detenido y procesado hasta diez años después, a raíz de las pruebas de ADN realizadas en un cabello que se encontró en el lugar de los hechos.

El día de la desaparición de la niña se encontraba cerca de la casa de Praia da Luz, donde los McCann pasaban las vacaciones.

“Asumimos que la niña está muerta”, dijo ayer jueves Christian Wolters, portavoz de la fiscalía de Braunschweig.

El equipo de Scotland Yard (la Policía Metropolitana de Londres) que dirige la llamada Operación Grange, destinada a hallar pistas de la niña desde 2011, ha identificado dos vehículos que pudo utilizar el hombre. Se trata de un Jaguar XJR 6 de color oscuro y una furgoneta VW T3 Westfalia de color claro, con la que aparentemente pudo secuestrar a la niña.

El guión perfecto.

Desde aquel fatídico 3 de mayo de 2007, el caso Madeleine reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas: enfrentamientos entre la policía británica y portuguesa, contradicciones sobre la versión de los padres y su entorno, multitud de sospechosos y pruebas poco concluyentes.

El caso Madeleine reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas. Foto: Reuters
El caso Madeleine reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas. Foto: Reuters

El cóctel perfecto para que la historia llegara también a las pantallas a través de varios documentales.

La investigación portuguesa, liderada en sus inicios por Gonçalo Amaral, puso en el punto de mira a los padres, Kate y Gerry McCann. Se llegó a sospechar de que los padres habían sedado a su hija para salir a cenar con unos amigos. Fueron detenidos e investigados por homicidio, pero finalmente exonerados.

Amaral, que acabó siendo despedido, encontró vacilaciones en el testimonio de los progenitores que siempre han defendido que la niña desapareció cuando dormía junto a sus hermanos (los gemelos Amelie y Sean, de dos años), en el apartamento de Praia da Luz, mientras ellos cenaban en un restaurante cercano con una pareja de amigos.

Tras 14 meses de investigaciones infructíferas, la policía portuguesa cerró el caso en 2008 antes de reabrirlo cinco años después.

En 2009, unos detectives privados afirmaron que buscaban a una mujer “un poco parecida a Victoria Beckham”, con acento australiano, que habló con un hombre británico fuera de un bar en Barcelona tres días después de la desaparición de la pequeña en Portugal. Una extraña línea de investigación que también cayó en saco roto.

En una entrevista con EFE en 2019, Francisco Moita Flores, exinvestigador de la Policía Judicial de Portugal, defendió la tesis portuguesa de que la respuesta a este misterio está en el entorno de la familia, por las “contradicciones” que aseguró había en las declaraciones de los amigos que cenaban con los McCann.

Flores señaló que para aclarar lo sucedido era fundamental llevar a cabo una reconstrucción de los hechos, un procedimiento habitual que, sin embargo, en este caso nunca se hizo.

Se llegó a barajar también la posibilidad de que la niña fuese raptada por una organización dedicada a la pedofilia y la atención internacional que cobró el suceso hizo que, a lo largo de este tiempo, varias personas aseguraran haberla visto, a veces en varios continentes el mismo día, sin que se haya podido demostrar nada.

Tampoco ha ayudado el que se hayan sucedido los enfrentamientos entre los diferentes cuerpos policiales, que actualmente prosiguen sus investigaciones por separado: por un lado Scotland Yard y por otro la Policía de Oporto.

Desde ayer se sabe que ahora también la Policía alemana se ha sumado a las pesquisas.

Verdad y justicia.

Tras más de una década de búsqueda infructuosa con multitud de apariciones públicas para tratar que el caso no cayera en el olvido, los McCann recibieron ayer jueves con esperanza la nueva línea de investigación.

Gerry y Kate McCann “están agradecidos y se congratulan por este llamamiento a testigos”, dijo su portavoz, Clarence Mitchell, a la BBC.

“Sólo quieren saber qué le pasó a su hija, averiguar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia”, agregó. “No han perdido la esperanza de encontrarla viva, a pesar del paso del tiempo” pero “son realistas”, afirmó.

La investigación en torno a Maddie ha desembocado hasta ahora en más de 2.000 diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona del Algarve y 12.000 páginas de proceso que hasta ahora no han conseguido arrojar luz sobre qué le ocurrió a la pequeña.

Con la ayuda de celebridades como el futbolista inglés David Beckham y el portugués Cristiano Ronaldo, los padres de la niña lanzaron en su momento una mediática campaña de petición de ayuda internacional. Católicos creyentes, los McCann, ambos médicos de profesión, incluso se entrevistaron con el entonces papa Benedicto XVI, que bendijo una foto de Madeleine.

Recaudado cuantiosos fondos, ofrecieron millonarias recompensas a cambio de información, contrataron a detectives privados y dieron incontables ruedas de prensa antes de ver el caso girarse en su contra.

El caso de la niña sigue siendo un misterio. Foto: Archivo El País
El caso de la niña sigue siendo un misterio. Foto: Archivo El País

“Asumimos que la niña Madeleine está muerta”, dice fiscalía alemana

La Fiscalía de Braunschweig, en el centro de Alemania, parte de la base de que la niña británica Madeleine McCann está muerta, en función de los antecedentes del ahora más firme sospechoso, un hombre de 43 años que está preso, cumpliendo condena y con un amplio historia de antecedentes por violencia sexual, también contra menores.

“Asumimos que la niña está muerta”, dijo el jueves Christian Wolters, portavoz de la fiscalía de Braunschweig.

Las sospechas sobre este hombre, identificado como Christian B., se difundieron en primer lugar en Reino Unido, a través de Scotland Yard.

La Fiscalía de Braunschweig indicó que se está investigando el asunto “en estrecha colaboración” con la Policía Metropolitana Police británica y con la Polícia Judicial portuguesa.

El portavoz de la fiscalía alemana declinó dar más detalles acerca de las sospechas o identidad del individuo, por estar el caso en curso de investigación.

Pidió, sin embargo, la colaboración ciudadana para el esclarecimiento del caso y recordó que la última residencia del sospechoso en Alemania era en Braunschweig, razón por lo que ha correspondido a esa fiscalía asumir las diligencias.

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