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Asesinato de un niño por su madrastra golpea a España

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Los restos de Gabriel Cruz fueron velados ayer en la Cámara de Diputados de Almería. Foto: EFE

EL CASO GABRIEL CRUZ

El caso reabre el debate sobre la pena de muerte y la condena perpetua.

Los restos de Gabriel Cruz fueron velados ayer en la Cámara de Diputados de Almería. Foto: EFE
Los restos de Gabriel Cruz fueron velados ayer en la Cámara de Diputados de Almería. Foto: EFE

El hallazgo del cadáver de Gabriel, un niño de ocho años, en el maletero del automóvil de la novia dominicana de su padre sumía ayer lunes a España en la consternación, al punto de generar llamados a restablecer la pena de muerte abolida en 1995.

"¡Pena de muerte! ¡Hija de p...!", se escuchó la noche del domingo frente a la dirección de la Guardia Civil en Almería, donde una multitud mostró su cólera contra la mujer de 43 años, allí detenida.

Los llamados a una justicia dura también se multiplicaban por las redes sociales. Una petición en internet firmada a media jornada de ayer lunes por 158.000 personas reclamaba prisión perpetua contra la mujer, sin que haya sido todavía imputada.

Otra petición, con más de 220.000 rúbricas, instaba a República Dominicana a reclamar su extradición, para evitar que Ana Julia Quezada disfrute de la "comodidad" de las prisiones españolas ni sean los contribuyentes españoles los que costeen su encarcelamiento.

Ante esto, Patricia Ramírez, la madre del niño, hizo un llamado a evitar las "palabras de rabia".

"¡No he sido yo!".

Quezada fue detenida el domingo en la población Puebla de Vícar donde reside, en flagrante delito: el cuerpo de Gabriel estaba en el maletero de su vehículo, envuelto en una manta.

"¡No he sido yo! ¡Yo he cogido el coche esta mañana!", se escucha decir a la mujer a los guardias civiles cuando es detenida, según muestra un video amateur.

Los medios españoles siguieron de cerca el caso desde el 27 de febrero, cuando Gabriel salió de la casa de su abuela en la pequeña población de Las Hortichuelas, a pocos kilómetros de las playas de Cabo de Gata, un parque natural con playas paradisíacas en el sur de España.

Hijo único de padres separados, fue a casa de sus primos a jugar, pero nunca llegó. Según la prensa, la autopsia reveló que murió de asfixia, quizás estrangulado.

Centenares de voluntarios enfrentaron el viento y las lluvias de marzo en sucesivas batidas por la zona, tratando de encontrar al pequeño de cabellos oscuros y amplia sonrisa.

El viernes pasado, unas 8.000 personas acudieron a la llamada de los padres para concentrarse en Almería y pedir que su hijo regresara a casa, a la que asistió también la ahora detenida. Allí su madre, Patricia, pidió respaldo a la iniciativa del colegio del niño para que miles de "pescaíto" —como llamaba a su hijo cariñosamente por su pasión por los peces y el mar— ayudasen a que el pequeño volviera a casa.

Hasta antes de ser detenida, Quezada era para el público la compañera del padre desesperado de Gabriel, quien daba entrevistas a la prensa vistiendo una camiseta con la imagen del pequeño. Pero la Guardia Civil la vigilaba desde hacía días.

Las alarmas se dispararon cuando ella descubrió una camiseta de Gabriel en una zona que ya había sido revisada dos veces. Pero también porque en dos ocasiones, cuando los investigadores le solicitaron el teléfono móvil al igual que al resto de personas cercanas al niño, dijo haberlo perdido.

La clase dirigente española mostró su consternación este lunes, desde el rey Felipe VI, que guardó un minuto de silencio, hasta el presidente Mariano Rajoy, que presentó sus condolencias a la familia.

En un comunicado oficial, la Embajada de la República Dominicana en España expresó "su más sentido pesar y profundo repudio" por el asesinato del niño "cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en Almería, en un vehículo conducido por la ciudadana de origen dominicano Ana Julia Quezada".

Para la Embajada dominicana, la muerte de Gabriel es una "tragedia" que "ha estremecido a nuestra laboriosa comunidad en España y a la sociedad dominicana que ha seguido muy de cerca el caso", a la vez que transmite "un mensaje de solidaridad a los padres y familiares" del pequeño.

Prisión permanente.

Aunque España es uno de los países con la tasa de homicidios más baja del mundo, el caso reavivó un debate en curso sobre la prisión perpetua, reservada para los crímenes más graves, contra menores o de naturaleza terrorista. El Partido Popular de Rajoy quiere ampliar la llamada prisión permanente revisable a otros crímenes, mientras que la izquierda desearía revocarla.

La pena, desaparecida en 1928 y restablecida en 2015, implica una "revisión" tras 25 o 35 años (según la condena), pero si es negativa, el reo puede permanecer toda su vida en prisión. "La oposición ha de ser responsable y reflexionar sobre la conveniencia de derogar la prisión permanente revisable", dijo este lunes el portavoz del PP, Pablo Casado.

El Congreso sostendrá un debate al respecto esta semana, mientras el Tribunal Constitucional estudia un recurso sobre la legalidad de la pena.

El diario La Razón indicó en un editorial que el asesinato de Gabriel configura un caso típico para su aplicación.

"Que no se extienda la rabia", pide la madre

Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, pidió ayer lunes, en memoria del "Pescaíto", le decía a su hijo, que "no se extienda la rabia, que no se hable de esta mujer más y que queden las buenas personas", en referencia a la detenida como supuesta autora del crimen, Ana Julia Quezada. La madre habló en Onda Cero, donde ha agradecido las muestras de cariño y solidaridad y ha expresado su deseo de que cesen los mensajes de odio contra la detenida.

Abren caso de muerte de una hija de la detenida en 1996

Una hija de cuatro años de Ana Julia Quezada, detenida este domingo en Almería con el cuerpo del niño Gabriel en el maletero de su coche, murió tras caer por una ventana hace 22 años en Burgos, en 1996. La muerte de la pequeña fue investigada entonces por la Policía Nacional y se concluyó que fue un accidente. En aquella época, Ana Julia Quezada tenía 21 años y vivía en la conocida barriada de Gamonal con su marido, con el que tenía una hija dos años, y la menor fallecida, que el hombre había adoptado, según fuentes de la investigación. Tras el arresto de Quezada por el crimen de Almería, la Policía Nacional está revisando el caso.

La pequeña murió el 13 de marzo, tras precipitarse desde su vivienda, situada en un séptimo piso. El padre adoptivo relató a la Policía que, sobre las 7.30 se había dado cuenta de que la niña no estaba en su cama. Fue a ver si la encontraba en otro cuarto contiguo que utilizaban para jugar. En ese momento, según fuentes de la investigación, vio que la ventana de doble hoja de la habitación estaba abierta y desde ese lugar descubrió a la niña tendida en el suelo del patio interior del primer piso. Estas fuentes insisten en que, por aquel entonces, "no se apreciaron indicios de criminalidad", aunque ahora "se están realizando gestiones con el juzgado que llevó la causa". (El País de Madrid)

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