Valencia se coronó campeón de la Liga 2003-2004

Vicente (14) fue la mejor figura del campeón frente al Sevilla. 200x250
Vicente (14) fue la mejor figura del campeón frente al Sevilla.
AFP

MADRID - Campeón de Liga hoy por segunda vez en tres años al derrotar al Sevilla por 2-0, el Valencia arrebató en la fase final del torneo el título al todopoderoso Real Madrid, ilustrando dos conceptos totalmente diferentes de preparar el equipo para la disputa de varias competiciones.

El equipo que entrena Rafa Benítez inició su andadura esta temporada cargado de dudas, después de que en la pasada campaña las expectativas se vieran frustradas al no clasificar para la Liga de Campeones, pero logró enderezar y contradecir esos temores a partir del segundo tercio del torneo.

La regularidad, la amplitud de banquillo y la enorme efectividad que dieron al técnico su filosofía de rotaciones permanentes, mostró que la política del Valencia resultó mucho más rentable que la espectacular y mediática practicada por un Real Madrid plagados de estrellas que no dieron la talla al final del torneo.

Altamente endeudado, el Valencia fue prudente y sabio a la hora de comprar y renovar jugadores. Vendió al noruego John Carew y con ese dinero y la cesión de Salva adquirió jugadores de poca monta y "baratos" como el brasileño Antonio Oliveira, el uruguayo Fabian Canobbio o el maliense Mohamed Sissoko, convertido en la revelación entre los suplentes.

A tal extremo la afición no creía en este equipo mientras las divergencias entre el entrenador y el director técnico aumentaban que a la presentación del brasileño Oliveira asistieron sólo diez aficionados.

El día del presentación del equipo, el pasado verano, el presidente Jaime Ortí fue increpado por unos 50.000 hinchas que le reprochaban falta de ambición. Nueve meses después, el primer equipo cumple con la mejor temporada de la historia del club.

Mucho mérito corresponde a Benítez, un hombre muy metódico, permanentemente informado sobre las tendencias e innovaciones que suceden en el mundo del fútbol, curtido como entrenador en las divisiones inferiores del Real Madrid. Su primer equipo fue el Valladolid, del que salió cesado, y luego dirigió al Osasuna y al Extremadura.

Tras ascender al equipo extremeño a Primera, no fue capaz de mantenerlo en la división de oro. Repitió la proeza ascendiendo luego al Tenerife y pasó al Valencia, con el que logró la Liga en la primera temporada que le dirigió (2001-02) tras la dificil papeleta de tener que suceder al "mítico" argentino Héctor Cúper que se exilió al Inter de Milán.

En su segunda temporada, Benítez fracasó, logrando sólo el quinto puesto. Pero su filosofía dio como resultado un equipo en el que sus integrantes se conocen a la perfección.

Un ramillete de buenos jugadores, comenzando por el argentino Pablo Aimar, conforman la columna vertebral de este equipo aparentemente imbatible: los defensores argentinos Fabián Ayala y el "flaco" Mauricio Pellegrino que cierran atrás bajo la dirección del incombustible italiano Amedeo Carboni.

Un arco poco vencido gracias a la presencia del internacional Santiago "cañete" Cañizares y hombres como los centrocampistas defensivos Carlos Marchena, David Albelda y Rubén Baraja y el lujo de un hombre en ataque como Vicente, tal vez el hombre más en forma del equipo, acompañado de un goleador oportunista Miguel Angel Mista, que Benítez trajo del Tenerife.

Aprovechando la consistencia de este bloque, Benítez llegó un momento que, ante los compromisos en Copa del Rey, UEFA y Liga, comenzó a jugar con las rotaciones y se convirtió en el ejemplo para los restantes equipos que disputan la Liga, sobre todo para un impotente Real Madrid que debió rendirse ante la efectividad valencianista en el último tramo de la Liga.

AFP

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